De la mano de Lanata, nace el diario Crítica

El célebre diario argentino 'Crítica', que marcó un hito en el periodismo iberoamericano durante medio siglo, de 1913 a 1962, y en su esplendor vendió nada menos que 900.000 ejemplares diarios, reaparece este domingo 2 de marzo en Buenos Aires en una edición remozada y moderna.
Se llamará, en verdad, 'Crítica de la Argentina' porque los nuevos editores no lograron un acuerdo económico con el propietario de la cabecera del viejo 'Crítica', para hacerse con ella y plasmarla en letra impresa, por lo que deben conformarse con utilizar una versión recreada del nombre.
El nuevo periódico se presenta a sí mismo como "el último diario de papel" y viene a competir con la variada oferta de lectura de noticias que los bonaerenses enfrentan cada mañana: 'Clarín', 'La Nación', 'Ambito Financiero', 'Página 12', 'Crónica', 'Diario Popular', 'La Prensa', 'El Cronista' y 'Buenos Aires Económico'.
Esta nueva publicación, dirigida por el periodista Jorge Lanata, se perfila con cierto cariz opositor al Gobierno de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner. Un artículo publicado el viernes en la página web del diario salió titulado: 'Cristina Kirchner, en caída'.
Allí se informa que "la aprobación de la gestión de Cristina Kirchner bajó un 17% en febrero", según el índice de confianza en el gobierno (ICG) que mide la Universidad Torcuato Di Tella. Y comenta que "el derrumbe de la confianza en su gestión complica también la comparación con el ex presidente Kirchner: los números de Cristina se ubican 23% por debajo de febrero del año pasado, cuando gobernaba su marido".
Otro artículo adelantado por el digital asegura que el ex presidente Néstor Kirchner se plantea asumir como virtual ministro de Economía del Gobierno de su esposa. "En cualquier momento, los sacó a todos estos Chicago boys (economistas monetaristas) y me pongo yo a manejar el Ministerio de Economía" dijo Kirchner, según la publicación.
Según dicho adelanto, Kirchner se jactó de que "con cinco horas por día me alcanza. De 7 a 12 manejo la economía porque hoy está todo en orden. Yo soy el que tomé las grandes decisiones de la economía, el que negoció con el Fondo Monetario Internacional sin arrugar (echarme para atrás)".


Diario El Mundo - España



Locos por los diarios - Jorge Fontevecchia

Me había acostado a las 4 de la mañana para dejar escrito el reportaje a Quindimil. Desayuné al mediodía, antes de volver a la redacción. La mucama me sirve el café y me dice: “Le puse la mesa adentro, porque afuera el tiempo está feo. Además, desde ayer hay un gato que se perdió y quiere entrar a la casa”. Dormido aún, no le presté atención y seguí revisando los diarios del día, hasta que un gato se paró en dos patas frente a la puerta de vidrio que da al jardín, maulló y me miró. Saqué la vista de los diarios, lo miré durante unos segundos y, quizá porque todavía estaba bajo los efectos de postsueño, mi mente instantáneamente fue al inconsciente y rescató un recuerdo. Primavera de 2005: llego a mi casa el día que se imprimió el primer número cero de este PERFIL. Me dicen: “Llamó Lanata, pide que lo llames, no importa la hora”. Me comunico, y Lanata me explica: “Este diario va a ser un éxito. Creeme, boludo. Cuando saqué Página/12 y tuve el primer cero, un gato se acostó sobre aquel ejemplar y Soriano, al que le gustaban los gatos, me dijo: ‘Es un gran augurio, vas a ver’.
Lo mismo me pasó ahora con el cero de PERFIL: mi gato se acostó sobre él”. Volví al presente, abandoné el desayuno y le pregunté a la mucama: “¿Tenemos leche para el gato?”, y salí al jardín. Allí descubrí que tenía un pequeño collar con su nombre: “Doloro”, y un teléfono: 1535669... Llamé, y finalmente encontramos a su dueño. Luego, en el auto, mientras venía a PERFIL,no pude dejar de pensar en la escena: yo, con un platito de leche, jugando con un gato por primera vez en mi vida, “justo hoy que el gordo saca su diario...”. Lanata va a saber que esta introducción con el gato es la mejor demostración de afecto. Ojalá sea para Crítica, el diario que lanza hoy, el mismo augurio de la buena suerte que tuvieron en su lanzamiento Página/12 y en su relanzamiento PERFIL.
Es triste ver cómo los diarios publicamos con gran destaque cualquier información sobre los medios electrónicos y, cuando aparece un diario, mezquinamente se lo ningunea, y luego sólo se resaltan sus desaciertos. Yo lo sufrí en carne propia las dos veces que salió PERFIL, y no me perdonaría hacer lo mismo con Crítica. Lanzar un diario serio es una obra mucho más ciclópea que la construcción de la mayor parte de los medios audiovisuales. Un ejemplo, para que el lector tenga una dimensión económica comparativa: la radio donde Lanata fue segundo en audiencia, Del Plata, se vendió en dos millones de dólares.
El lanzamiento de un diario, dependiendo de su envergadura, puede costar de dos a diez veces más ese valor. Y luego hay que tener éxito. Decir que también en un diario trabajan de dos a diez veces la cantidad de personas que lo hacen en las mayores radios del país es otra forma similar de reflejar esa magnitud. Lanzar un diario es, además, una de las obras más complejas de realizar, porque una vez que el contenido está terminado no se aprieta el botón de una consola y la audiencia lo recibe, sino que la tarea recién comienza para los gráficos, que deben imprimir millones de kilómetros de papel, para luego transportar toneladas de ejemplares. Sólo las páginas de esta edición de PERFIL, pegadas una a una por su lado más corto, como las sostiene el lector en su mano, ocupan 26 metros de largo, y todos sus ejemplares sumados, más de dos mil kilómetros de hojas, que pesan 100 toneladas, que suben a centenas de camiones y aviones para llegar a 17.000 kioscos de todo el país.
¿No merece eso tanto esfuerzo como para que todos los demás colegas lo destaquemos? Yo creo que, independientemente del resultado, debemos reconocerle a su mentor las ganas, la dedicación y la entrega que una obra así demanda.
Mi trabajo me ha permitido viajar realmente mucho, hasta vivir de puente aéreo con el exterior durante varios años. Pero cada vez que me siento en un avión no puedo dejar de maravillarme de que eso en lo que voy, vuele. O desde tierra, al ver un avión aterrizar, que aterrice. Ya lo conté: la misma sensación tengo cada vez que entro a la planta de impresión y aparece ese edificio de ocho pisos de hierro que es la máquina de impresión, donde el papel avanza a 700 kilómetros por hora (sí, leyó bien). ¿Cómo hace para que cada letra y cada imagen salgan sin moverse?, me pregunto cada madrugada de sábado y domingo.
Pero es Lanata una de las pocas personas que ví mirar la máquina de impresión de PERFIL como la miro yo. Con los ojos bien abiertos, moviendo la cabeza de arriba abajo y haciendo un esfuerzo para que no se le abra la boca. Como un hombre enamorado mira a la mujer de sus sueños. Enamoramiento, como decía Lacan: una forma de locura. No se podría explicar si no que el periodista más famoso, más creíble y más reconocido de la Argentina se aleje de los medios electrónicos e hipoteque sus horas, su prestigio y su patrimonio material e intelectual en un proyecto que sabe que no le va a dar nada a cambio, más –lo que no es poco– que la satisfacción de hacerlo. Alcohólicos Anónimos difunde una publicidad que dice: “Si tenés problemas con el alcohol, llamanos. Nosotros ya estuvimos allí”.
En estos días previos al lanzamiento del diario de Lanata, cada vez que escuché por radio ese “nosotros ya estuvimos allí”, recordé mis propias experiencias, sonreí y me dije: “Uy, pobre gordo, los problemas que debe estar enfrentando”. “Sarna con gusto no pica”, decía mi abuela asturiana. Y también: “No cualquiera”, cuando quería destacar a alguien que sobresalía. No cualquiera lanza no uno, sino su segundo diario, como lo está haciendo Lanata.
Mis respetos a esa incontinencia creativa, a que la locura –para Freud, los creativos pueden sacar utilidad de su neurosis– se sublime en un diario y no, como tantas otras personas destacadas, en hacer de su talento dinero, y a que su pecado de ambición desmedida sea convertirse en papel todos los días.

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