Se realizó en el tambo de la UNL una jornada especial para el eslabón
primario lechero, con indicios de mejora en los sistemas productivos para poder
mirar más allá de la crisis.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - En la cuenca lechera, el espíritu de los pueblos y ciudades está dado
en lo social y económico por los tambos; y en general por los de menor
producción. Pero las eternas crisis del sector los ponen en riesgo de manera
constante, es por esto que las alternativas son necesarias y conocer casos de
éxito, fundamentales.
Hoy, desde las 8:30 en el tambo de la Escuela de Agricultura, Ganadería
y Granja de la Universidad Nacional del Litoral se cumplió con una capacitación
abierta y gratuita a la que asisten más de 800 productores y profesionales, en
la ciudad de Esperanza, incluso el director nacional de Lechería, Alejandro
Sammartino, que vió y escuchó la realidad de la producción e incluso podrá
intercambiar charlas con quienes padecen las condiciones del sector.
La jornada “Lechería eficiente en tambos chicos” surge de la iniciativa
de Javier Baudracco, ingeniero agrónomo, investigador y profesor a la UNL y el
veterinario Martín Maciel, con reuniones mensuales para la puesta en común en
cuanto resultados productivos y financieros de la explotación, durante varios
años.
“Este es un tambo que se tiene que sustentar solo y vimos que con 53
hectáreas, con una mayor carga que hoy tiene 106 vacas, dos mil litros por día,
en una tierra que no es tan buena porque está cerca del Río Salado, con una
instalación de la sala de ordeño muy cómoda, que hace ágil la tarea, sumado a
un buen trabajo en crianza y reproducción, concentrando los partos en siete
meses, logramos en el último año llegar a los 22,7 litros por vaca”, lo cual genera
los elementos para “dar un mensaje positivo para los jóvenes, porque si sólo
renegamos y decimos todo el tiempo que nos va mal nadie nos va a ayudar,
trabajar con nosotros o a prestar plata”, reflexiona Baudracco.
Según el organizador, “con bases sólidas, datos tomados en los últimos
tres años en lo productivo y económico, de forma simple creemos que los
productores pueden tomar ideas de todo lo expuesto, les puede servir de forma
simple”.
Con más aguadas por parcela, para evitar que las vacas tengan sed, o
con más sombra en los lotes, como someros ejemplos, la actividad tuvo muy buena
aceptación.
Lo que se sabe de la lechería es que “el precio no es bueno, hay muchos
productores que están cansados, pero tenemos un buen mensaje, positivo. Podemos
hacer una lechería eficiente, por eso Jesica y Juan, que son una pareja joven
que abrió un tambo hace dos años, compraron 60 vacas viejas en ordeño y ahí
están peleándola, repensando la forma de trabajar. Por eso así reforzamos el
mensaje para los jóvenes”. El tambo, la lechería es posible como medio de vida.
La necesidad de rejuvenecer a la lechería, con el peso de la
experiencia, debe dar la combinación para fortalecer al sector primario. “Puede
haber muchos caminos, pero necesitamos mostrar un camino de producción
eficiente y simple que puede permitir que se desarrolle el tambo”, sabiendo de
la importancia de esta producción en la vida cotidiana, porque “cada vaca que
vemos en los campos desde la ruta significa unos 35 a 40 mil pesos por año que
llegan a los pueblos, por eso el mensaje que damos positivo, pero no liviano,
ni de optimismo vacío, sino en base a los últimos ejercicios, ver que se puede
ganar plata con el tambo”.
Con presidentes comunales y algún intendente presente, Baudracco señaló
que el problema de base en la lechería es que el tambo chico siempre está en
riesgo, “hay cuestiones culturales muy arraigadas que se pueden ligar a las
vacas que tienen sed, a las instalaciones oxidadas, a una tierra que tiene
hambre de fertilizantes, estamos produciendo con baja eficiencia, pero no es
fácil dar ese salto productivo porque estamos desinvertidos en la lechería
desde hace 40 años, por falta de créditos históricas, cuestiones políticas,
porque no es que el productor sea caprichoso y no quiera mejorar”.
“Concretamente, en lo técnico nuestros tambos necesitan mejores
instalaciones, mejores viviendas para el personal, agua para las vacas, todo
eso suma a la baja eficiencia y que un alquiler represente cada vez más
respecto la producción, por eso creo que con la gente que hay hoy en la
lechería podemos producir mucha más leche, debemos dar eficiencia a la mano de
obra”, explica.
Claro que la rentabilidad es clave, sobre todo para la incorporación de
tecnología, por eso cuando se piensa en la robotización para el ordeño, como
alternativa de simplificación de tareas, todo queda demasiado lejos, por demás
idílico. “Hoy se tienen que hacer tantas inversiones y tareas en un tambo
normal, que si se invierte en un robot que significa más de dos mil dólares por
vaca, sin haber arreglado todo el resto antes, no va a resultar”, explica
Baudracco, derribando el mito de la inmediata tecnificación del tambo chico
para su subsistencia. La solución viene por otro lado, por el de ajustar las
formas y procesos con los elementos actuales y la mano de obra existente.
Lo que pasa tranqueras adentro es fundamental y mejorar cada aspecto,
trascendente. Pero la política tiene un peso superlativo.
“El Estado tiene que hacer cosas por el tambero y siempre se puede
hacer más, desde las comunas, los municipios, las provincias y la Nación”. Las
obras de infraestructura que faltan, la mediación de partes ausente, todo suma
a la problemática actual a partir de la política. Para Baudracco hay otros
eslabones de interés que deben modificar actitudes, como los proveedores de
insumos “que tienen que entender que le deben vender al tambero lo que
necesita, no lo que ellos quieren, sino la recarga de deuda pesa cada vez más.
Los bancos deben colaborar con el acceso al crédito. Las universidades deben
investigar lo que los productores necesitan y no lo que los científicos quieren.
Por eso todos tenemos una parte de responsabilidad”, y se puede empezar por lo
más simple en la producción diaria, sobre la base de sistemas exitosos, de
modelos que se pueden copiar y que la Universidad Nacional del Litoral está
dispuesta a compartir no sólo en este viernes, sino para quienes lo precisen.
Existen tambos rentables, es posible transformar formas de hacer las
cosas en las explotaciones y muchas de ellas no demandan más dinero, sino
miradas que cambien el destino cruel de las crisis reiteradas.
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