La desigualdad no se resuelve dividiendo, sino multiplicando.
En las últimas horas se conoció un comunicado de Confederaciones Rurales Argentinas titulado "¿La“riqueza”crece cuando se divide o cuando se multiplica?". Aquí trasladamos el documento original que lo motivó, bajo la autoría de la contadora Mariana Martínez, integrante de la Comisión de Impuestos y Legislación CRA.
Los tributaristas, en su amplia mayoría, clasifican al “aporte solidario y extraordinario
para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”, como inconstitucional, por
confiscatorio, por su retroactividad, por no contemplar la capacidad contributiva y
por desigual, entre otras cosas.
Entiendo que la retroactividad es referida a que se valuaría sobre el patrimonio
existente al 31/12/2019, sin tener en cuenta la capacidad contributiva actual del
contribuyente, no contempla la posibilidad de que el mismo haya tenido que reducir
su capital en este año. en el que nadie trabajó con normalidad.
La desigualdad es
planteada principalmente, porque afecta a quienes corren riesgos invirtiendo en
actividades que generan trabajo, del mismo modo que al que elije tenerla en un
banco en el exterior, es confiscatorio porque no sólo logrará apoderarse de la
pequeña porción de utilidad que pueda quedar, luego de pagar el resto de los
tributos, sino que se “devora” parte del patrimonio.
Si Ud, al 31/12/19, era poseedor de un patrimonio nacional, que supere, los
200millones de pesos en $1.-, no significa que cuente con la posibilidad de pagar HOY
4 millones en carácter impuesto, ¿se deberá pedir un préstamos personal, con un
costo que puede llegar al 110% para pagar el impuesto a la riqueza?
Por otro lado, el
proyecto deja afuera todas las excepciones que contempla la ley del impuesto a los
Bienes Personales, es decir incluye tenedores de bonos nacionales, provinciales y
municipales (con los que los estados pudieron pagar a algún proveedor, que
esperaba una transferencia y no un bono), dinero en cuentas bancarias de ahorro, los
inmuebles rurales de las personas físicas, las maquinarias agrícolas por el valor de
compra, todo ajustado por inflación y sin tener en cuenta las deudas que aún se
estén pagando por estos bienes (se pagaría impuesto por algo que aún no es propio).
Obviamente que el planteo, desde nuestro lugar, es que no se puede hablar de
“riqueza” cuando a los 200 millones se llega con una máquina y unas 200 hectáreas
en zona centro, del mismo modo que le sucede a una PyME cuyo propietario es una
persona física titular de un inmueble, instalaciones y maquinarias con tecnología.
Lejos de favorecer a la inversión, ésto nos invita a los pequeños productores a
producir para la subsistencia y al industrial a buscar nuevos horizontes donde
trasladar su inversión.
El Banco Mundial, a través de un estudio que realiza un equipo formado por más
de mil tributaristas de todo el mundo, (donde 11 son argentinos) pertenecientes al
sector público y privado de cada país y una decena de firmas legales y contables,
categorizan hace 6 años, a nuestro país, en el puesto 189 del ranking de “Imposición
Fiscal”, lo que significa que, tomando el “caso testigo” como base, los impuestos
totales argentinos se consumen la utilidad antes de impuestos y también parte del
capital.
Si hace más de una década que los porcentajes de imposición fiscal superan
el 100%(entre el 106% y el 137%), quizás éstos números nos estén mostrando que la
creación de más impuestos, que nacen por emergencias que resultan eternas, no
estaría siendo el camino correcto para promover el desarrollo.
En este mismo
informe, califican al Sistema Tributario argentino con un “0” sobre 100, lo que
demuestra que NO hemos logrado dictar normas propias de un sistema fiscal que
funcione. Un Sistema Fiscal correcto logra una sana relación entre los ingresos
generados por el sistema tributario y el gasto público.
Es el propio INDEC quien
puede brindar información que demuestre que llevamos más de 70 años de déficit
fiscal ininterrumpido.
Lo que se pretende mostrar, en este informe, es que si la intención es lograr el
desarrollo productivo, el incremento del ingreso de divisas al país y por sobre todas
las cosas, mejorar la situación en la que estamos sumergidos la gran mayoría de los
argentinos, no hace falta ser un especialista para poder afirmar que el incremento de
la carga tributaria, NO es el camino, la historia reciente nos muestra que la baja de
impuestos incrementa la producción, por el contrario su incremento, sólo ha
conseguido incrementar la desigualdad, haciendo crecer el gasto público y la
pobreza.
Multiplicar la “riqueza” sólo es posible favoreciendo la posibilidad de generar
recursos a través del trabajo y no destruyendo los capitales productivos.
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