Hoy se celebra el “Día mundial de la leche”

Se cumplen dos décadas de la fijación de este primer día de junio como la fecha para celebrar a uno de los alimentos más completos e indispensables en la dieta cotidiana, en todo el mundo.

Por Elida Thiery - Hace 20 años la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estableció al 1° de junio como el “Día mundial de la leche”, una jornada para reconocer la importancia de este alimento a nivel mundial. 
Más de seis mil millones de personas en el mundo cada día consumen leche en sus diferentes presentaciones, con productos lácteos variados, para todas las preparaciones y gustos, colaborando con el sostenimiento de una dieta saludable, una necesidad muy remarcada en este año y medio que transitamos como planeta a través de una pandemia sorpresiva y desconocida.

La leche es una fuente completa de nutrientes esenciales que se encuentran en una combinación única y simple de consumir, siendo tres porciones diarias las recomendadas para los adultos.

Para los niños se recomiendan hasta tres tazas diarias de leche, sobre todo en el desayuno, para comenzar de una manera más completa el día.

La leche o sus derivados aportan energía con sus vitaminas del complejo B, el suero y la caseína, favorecen la recuperación y el crecimiento de los músculos, así como el potasio previene los calambres.

Los lácteos han sabido adaptarse a los cambios y adaptaciones en los gustos de los consumidores actuales, acoplándose a las necesidades de los diferentes tipos de dieta y sin lugar a dudas su desembarco en mercados como el de China en los últimos años, promovieron una revolución alimentaria que no se frena con ninguna promoción negativa.

La leche aporta proteínas de alto valor biológico e hidratos de carbono, fundamentalmente en forma de lactosa, además de grasas y minerales como calciomagnesio, fósforo y zinc, así como vitamina DA y del complejo B, especialmente la vitamina B12 y la riboflavina.

Según datos aportados por el sitio WorldMilkDay.Org, organismo al que adhiere la FunPEL, explica que en el mundo son mil millones de personas la fuerza laboral que depende del sector lechero. Hay 600 millones de personas que viven en tambos, con los restante 400 millones que prestan servicios a la cadena. Además son 240 millones de puestos de trabajo directo e indirecto que se generan desde el sector, que cuenta más de 133 millones de tambos, de los cuales 37 millones están liderados por mujeres.

El nuestro es un país de gran tradición lechera, de una gran actividad tambera y también industrial reconocida a nivel global, pero también de gran importancia en un balance de consumo. Son 184,5 litros por habitante por año, 1,2 por ciento más que en 2019 los que en 2020 terminaron promediándose.

Retomando datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, en 2020 la producción argentina creció 7,4 por ciento interanual, hasta los 12.061 millones de litros, con una oferta adicional de 770 millones de litros, con una reducción de  38 millones de litros equivalentes de productos importados.
El mayor consumo se dio fundamentalmente en los productos básicos, leches no refrigeradas, leches en polvo, quesos de pasta blanda, manteca, dulce de leche y yogures bebibles, donde las ayudas sociales jugaron un papel preponderante y ese mayor consumo de productos commodities fue en detrimento de productos de mayor valor agregado (yogures en pote, postres, leches saborizadas y quesos de pasta dura, semidura y untables), ya que el deterioro de los segmentos medios de la pirámide de ingreso, retrajo el consumo de productos considerados de mayor valor unitario, informó OCLA.
Las exportaciones crecieron un 31,7%, absorbiendo algo más del 80% de la oferta total de 835 millones de litros. Las exportaciones alcanzaron los 2.810 millones de litros de leche equivalente, 25,3% de la producción total, que lo ubica dentro de los tres registros más altos de los últimos 30 años.

En nuestro país, el Código Alimentario Argentino define por alimentos lácteos a los que provienen de “leche obtenida de vacunos o de otros mamíferos, sus derivados o subproductos, simples o elaborados, destinados a la alimentación humana”.

En el artículo 554 se detalla que “con la denominación de Leche sin calificativo alguno, se entiende el producto obtenido por el ordeño total e ininterrumpido, en condiciones de higiene, de la vaca lechera en buen estado de salud y alimentación, proveniente de tambos inscriptos y habilitados por la Autoridad Sanitaria Bromatológica Jurisdiccional y sin aditivos de ninguna especie”.

La leche es de animales mamíferos y nada más, el resto son bebidas, extrusados, exudados, exprimidos, jugos, pero jamás algo con una denominación que se refiera a los verdaderos lácteos.

Es remarcable que el incumplimiento de estas cuestiones puede y debe denunciarse, ante las defensas del consumidor local, provincial, o nacional, e incluso en el 0800-222-6110 del INAL (Instituto de Alimentos dependendiente de la ANMAT) recibe los reclamos por etiquetas y denominaciones engañosas.

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