Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Mediodía de lunes muy confuso en las plantas de SanCor Cooperativas Unidas Limitada, a horas de la publicación de un comunicado de la empresa en el que se advierte el riesgo no sólo de la láctea, sino de toda la fuerza laboral, iniciándose ya la cuarta semana de conflicto gremial.
Con el eje puesto en los plazos dispuestos para la conformación económica del fideicomiso que un grupo de empresarios y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina intentan impulsar a la fuerza y lejos de la situación salarial de los trabajadores, se siguen acumulando tensiones, mientras los interrogantes no se quedan atrás.
Si bien el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, va a estar este martes en la ciudad de Sunchales, no tendrá ninguna relación en este conflicto, aunque la dirigencia sindical no dejará de buscar una nueva foto que intente impulsar esta ambición de meterse en la cooperativa, aunque estén en riesgo 899 trabajadores que serían despedidos si llegan los ansiados 60 millones de dólares para generar una administración irregular de la láctea.
“SanCor está ampliando los canales de diálogo específicos con el personal, para que cada uno pueda informarse adecuadamente y con claridad para evacuar las dudas que se le presentan antes de tomar decisiones”, decía la Cooperativa en las últimas horas y esto tiene relación con la Circular N° 1.716 que Atilra envió a los trabajadores afiliados en cuestión que son 1.280, por la que este lunes se desarrollaron asambleas y asesoramientos al respecto en los turnos laborales.
El Consejo Directivo Nacional del sindicato dispuso que todos deben enviar un telegrama laboral gratuito dirigido al presidente de la Cooperativa, Alberto Sánchez, con una intimación al pago en un plazo de cinco días de las “diferencias salariales adeudadas periodo abril del 2017 a octubre de 2023, inclusive, pagando ustedes en menos un promedio de 30% mensual durante dicho lapso, suma equivalente a tres haberes mensuales por año, con más la actualización e intereses desde que cada suma es debida. Contrario, procederé a iniciar reclamo judicial”.
El texto obligatorio agrega, “dentro del mismo plazo, deberán depositar al Sistema de la Seguridad Social las sumas deducidas a tal fin de mis recibos legales de haberes, indebidamente retenidas por ustedes, bajo apercibimientos de interponer las correspondientes denuncias penales por defraudación y evasión fiscal, y ante el INAES”. Dicen que esto se enmarca en la figura legal de Excepción de Incumplimiento Contractual.
Siguen así las retenciones laborales, la materia prima se deriva a otras plantas de la región con la flexibilización de los controles en otras empresas por parte del gremio y ante la inminencia del balotaje, para no afectar al candidato oficialista a quién el gremio cree que debe sostener hacia la presidencia nacional y por el que milita en todas las industrias con mensajes atemorizantes que se inician con la temática de la reinstauración del impuesto a las ganancias.
Sin embargo, lo que muchos se preguntan es ¿por qué desde antes de empezar su Plan de Reestructuración SanCor paga de manera diferente los salarios respecto a las demás empresas y teniendo en cuenta los métodos de exigencia que siempre impone Atilra?.
La respuesta es sencilla, está en la edición del 15 de agosto de 2017 del Boletín Oficial de la República Argentina, según la Resolución 658-E/2017.
En ese texto se homologan los acuerdos marco directos de carácter colectivo suscriptos entre SanCor CUL y Atilra, ante el Ministerio de Trabajo de la Nación en los que se acordaron suspensiones de personal, ante el inicio de un “Procedimiento de Crisis con carácter previo al despido o suspensión de personal, atento al consentimiento prestado por la entidad sindical en los Acuerdos bajo análisis, se estima que ha mediado un reconocimiento tácito a la situación de crisis que afecta a la empresa”.
De esta manera se accedió al pago en cuotas de los salarios, a demoras en la actualización de paritarias, al adeudamiento de aguinaldos y vacaciones, pero sobre todo se pusieron en condición de Jornada Libre y sin determinación por parte de los mismos trabajadores a decenas de personas que desde ese momento cobran un proporcional salarial que jamás se movió de los diez mil pesos por mes. Bajo la promesa sindical de ser retomados de forma completa por la cooperativa y por lo cual no aceptaron retiros voluntarios, desde entonces están en esa condición precaria y al aguardo de novedades laborales. Atilra jamás explica este punto públicamente.
Ahora el gremio que ha dejado de manera constante a los trabajadores en medio de esta presión al Gobierno Nacional y a la Cooperativa, para que cedan cuatro plantas y negocios al fideicomiso, los obliga individualmente a hacer un reclamo de una deuda que el propio sindicato aceptó y habilitó hace ya más de seis años.
El reclamo salarial es justo, sin embargo con la paralización de la empresa se hará cada vez más complicado cumplir con las obligaciones económicas de este mes. Pareciera que al gremio sólo le importa tomar parte del fideicomiso y el uso de dineros públicos, aunque con ello se despidan a 899 personas, siendo 746 afiliadas propias, aunque se espiraliza la situación si el sosten laboral de más de 1.500 individuos está en riesgo en todos los puestos y responsabilidades.
El Gobierno Nacional toma una posición de silencio muy riesgoso, porque no hay nuevo encuentro pactado en el Ministerio de Trabajo, los altos funcionarios que no están a favor de este reclamo escandaloso no lo manifiestan púbicamente y ya no quedan dentro de la estructura ejecutiva aquellos que trabajen para favorecer el otorgamiento irregular de fondos, lo cual no está avalado ni por la Comisión Nacional de Valores, ni por AFIP, pero tampoco por el BICE.
Siendo la ciudad de Sunchales el eje de este ahogo de la empresa cooperativa que le pertenece a 235 socios tamberos, en estos más de dos años tampoco el Gobierno de la Provincia de Santa Fe se manifestó públicamente de manera alguna, aunque hubo en ciertos tramos algunas vinculaciones no sólo con la gremial, sino con empresarios ávidos del desembarco en la empresa.
SanCor superó hace casi siete años su momento más complejo en cuanto a la situación financiera y el proceso de materia prima, sin embargo tiene hoy un desafío aún mayor con un gremio que ambiciona no sólo ahogarla, sino controlarla, a pesar de haber conseguido la rehabilitación de una planta, la distribución de más productos; y el avance en el pago de deudas y compromisos.
La decisión de sus verdaderos dueños es clara, no entregarla y así realmente encontrar una alternativa saludable para su continuidad, ojalá eso se pueda cumplir en el corto plazo.
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