En una reunión donde se dio cumplimiento a las condiciones de la orden del día, con un balance que logró cerrar positivo, lo más saliente se dio con la elección de un nuevo presidente, en reemplazo de Alberto Sánchez que estuvo dos períodos a cargo. Desde hoy es Oscar Sapino el titular del Consejo de Administración, teniendo la opción de ser reelecto por tres años consecutivos, según lo considere la estructura de consejeros.
En estas semanas, paralelamente a estas cuestiones formales, estuvo avanzando una decisión que tomó la Cooperativa respecto a una mínima parte del personal que estaba liberado de sus responsabilidades hace ya más de cuatro años. Era la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina la que había definido esas condiciones sobre trabajadores que no estaban alineados con su mirada, con la anuencia de responsables de Recursos Humanos.
Lo que sucedió ahora fue la aparición de una estrategia renovada de reestructuración. De la mano de Atilra, un medio adelantó algo que se desarrolla en estas horas y varios se enteraron antes que les llegue la comunicación formal. A varias decenas de trabajadores que tenían un régimen de pago fijado en diez mil pesos, se los tenía al margen de sus tareas en el marco de la Resolución E658/2017, donde sindicalistas y directivos de entonces habían acordado recortar de manera transitoria las erogaciones en salarios, además de avanzar en retiros voluntarios. Algunos pasaron meses en esa condición y otros están así hace años.
Se definió entonces citar a esas personas en sus sedes de trabajo, aunque sin tareas actualizadas, avanzando hacia un arreglo respecto a la deuda acumulada en sentido indemnizatorio y sus desvinculaciones posteriores, con una liquidación a pagarse en cuotas. Aquellos que no acuden al llamado son considerados despedidos.
Con unos 400 mil litros de proceso diario de leche, con la caída de la producción de leche, del consumo interno, algunas complicaciones en los negocios de exportación, el alza en el valor de la materia prima y la pelea sostener los niveles de proceso en el mercado nacional, SanCor debe ajustar sus números, gastos, sobre todo con un mal acuerdo de pago de deudas que se cerró con el gremio en julio, anticipándose incluso a la llegada de fondos para diversificar negocios, que podría darse antes de fin de año, pero que aún no esta cerrada.
Cumplir también con sus socios-productores, los verdaderos dueños de la firma, acelerar los plazos de pago de la leche cruda es uno de los puntos clave en lo inmediato y que asegurará la recuperación ansiada.
De alguna manera, sigue el achicamiento de la Coooperativa esta vez con el acuerdo gremial explícito, aunque públicamente se intente disimular, ofreciéndose a la vez el retiro anticipado a trabajadores de más de 56 años, en salidas acordadas, que incluso llega a la reducción de los 80 delegados para menos de 1.500 personas empleadas que se irá recortando progresivamente, hasta llegar a la lógica legal de uno cada cien.
El secretario General de Atilra, Héctor Ponce, no está abatido pero debió comenzar a dar otra pelea, la de la interna camino a las elecciones nacionales del gremio en el segundo semestre de 2025, que ya le muestra las contiendas cotidianas en todas las plantas del país, pero sobre todo en la falta de adhesión a sus iniciativas, al menos en el tenor al que estaba habituado. SanCor fue su gran cruzada y el resultado no fue el que pretendió, de ahí las modificaciones internas.
Por su parte, la Cooperativa entendió hace mucho que no es más una grande, que de eso sólo le queda la marca y calidad, pero ahora empieza a darle forma a una nueva manera de manejar el vínculo con el gremio que la bloqueó durante unos ocho meses y se rearma para poder mirar con esperanza el futuro, con todos los desafíos de la lechería en general y con todos los propios en particular.
A un año de uno de los momentos más complejos, SanCor está de pie, despierta, refrescándose la cara para poder seguir adelante.
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