La profesión del chisme

Cuando uno comienza en esto del periodismo lo que menos se imagina es que los códigos profesionales se puedan embarrar tan pronto. Trabajando con noticias, informaciones, trascendidos y en honor a la verdad, con convicción es dificil entender que a muchos se les intrinque tanto el quehacer gracias a la intromisión de los terceros.
Sabiendo de qué se trata la cosa, más allá de las vivencias personales, hay mucho de esto en el ambiente. El que piensa que con un serrucho ganará terreno, se equivoca, porque si bien hay muchos que viven en función a su "Carrera", hay que cimentarla con capacidad y con el respeto de los valores por sobre todas las cosas.
Lamentablemente en ningún negocio se vende la verdad, la lealtad, el compromiso, como tampoco las malas jugadas y sus alternativas, pero esas cuestiones se consiguen más fácil y se emplean más rápido, porque las malas acciones se pueden llevar a cabo de un momento a otro y no hace falta tener una conducta constante para causar un efecto.
En definitiva, el periodismo es así, una constante competencia con el tiempo para ganar las primicias y llegar al cierre de un diario, o a un programa a tiempo; mientras hay que resguardarse de los competitivos compañeros que a veces no miran el monitor de su propia computadora para entrometerse en un tema ajeno y así afectan al desempeño de un grupo, un medio e incluso con chismes y correrías, desprestigian un oficio con el que se nace y es dificil construir si no se tiene el ímpetu innato correspondiente.

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