La gran actividad empresarial e industrial de la ciudad de Rafaela, llevaron hace unos 25 años a que algunas firmas locales se vean atraídas a exportar sus productos, sentando las bases para lo que hoy es una realidad concreta y creciente, articulada por la Cámara de Comercio Exterior, presidida desde hace dos mandatos por Osvaldo Acastello.
El hombre que gerencia Crucetas Etma, exportador importante dentro de la ciudad, con destinos que incluyen todo el continente americano, Europa, e incluso Egipto, encabeza el organismo local con unas 70 empresas asociadas; con el apoyo de la Municipalidad de Rafaela, la Subsecretaría de Comercio Exterior de la Provincia de Santa Fe; y la Fundación Exportar con su experiencia y estructura. Esta organización brinda desde el inicio de esta colaboración mutua, por la participación del sector especializado del Centro Comercial e Industrial de la Ciudad en la Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina (FeCaCERA) y entidades similares regionales y se brinda desde Rafaela lo que Acastello denomina “la ventanilla local de la Fundación”, mientras ellos disponen la contratación y organización de stands conjuntos en ferias internacionales, para que desde las empresas grandes, hasta las más pequeñas puedan acceder a los encuentros de comercio y negocios, con una base sólida de capacitación y los elementos necesarios para que los líderes de cada firma sólo deban llegar con horas de anticipación a los encuentros para ultimar detalles y dedicarse a ofrecer sus productos y conocer a la competencia de otras latitudes, para poder nivelarse dentro de un mismo mercado.
El hecho que una empresa decida dedicarse a exportar parte de su producción no tiene que nacer de una necesidad coyuntural, sino como parte de una necesidad intrínseca de la firma para crecer, más allá de las realidades politicas y económicas del momento, ya que la actividad reclama un trabajo de muchos años, que se extienda en el tiempo, de ardua de preparación y capacitación para todo el personal que deberá afrontar, en muchos casos, un marcado incremento productivo para poder responder a la demanda externa, con todos los requerimientos cualitativos y cuantitativos previstos para los mercados ubicados fronteras afuera, donde el cumplimiento de condiciones es esencial y donde un error puede llevar a la pérdida de clientes, que difícilmente puedan volver a recobrarse, si las cosas fallan más allá de cuestiones lógicas, ya que Acastello remarca “En el mercado internacional se cree, se da por sentado, que los convenios siempre se cumplen. Es por eso que los acuerdos siempre tienen origen en las referencias brindadas en las ferias de la forma de trabajo del país y de la ciudad; y en esto Rafaela cuenta con un respaldo de seriedad, donde la continuidad es clave en los negocios, más allá de la rentabilidad que por momentos puede ser muy poca”.
Por lo tanto, no es extraño que las fluctuaciones económicas en muchos casos desalienten a quienes se ponen a la cabeza de las rondas de negocios internacionales, pero siempre están los números que alientan a una constante labor.
Desde 2001 funciona el Resguardo Aduanero Rafaela, algo así como una sucursal de la Aduana santafesina, de acuerdo a la gran actividad local en ese segmento económico. Desde su apertura, donde se negoció un total de 40.484.653 dólares en 771 operaciones que sacaron de la ciudad casi 14 mil toneladas de productos, con un precio récord de 2.895 dólares por cada una de las unidades de peso, hasta la actualidad la actividad tuvo en cinco años un crecimiento del 163 por ciento.
La evolución se puede seguir con las cifras de 2002, que llegaron a elevar al 45 por ciento las operaciones, con 58.679.546 dólares negociados en 1.252 convenios donde las toneladas se negociaron a un precio muy bajo de 1.820 dólares por cada una de las 32.237 que se exportaron. Para 2003, el total negociado ascendía a los 85.687.114 unidades de la moneda estadounidense, creciendo 44 puntos porcentuales la actividad aduanera con 39.895 toneladas negociadas a 2.148 dólares cada una, promediándose semanalmente en 1.616.738 dólares el ingreso en 27 acuerdos.
En comparación con 2004, el crecimiento trepó al 53 por ciento, con un mercado más estable a nivel general de acuerdo a las cotizaciones más controladas de divisas, que llevaron a los 130.451.481 dólares los ingresos para las empresas de la ciudad, que llevaron al extranjero 52.823 toneladas, apreciadas en 2.468 dólares, para 35 acuerdos promedio en cada semana, para 1.804 operaciones totales.
Si bien el crecimiento para 2005 fue menor, del 23 por ciento, se destacan los 165.792.800 dólares ingresados por 2.183 acuerdos (42 semanales en promedio) que sacaron 64.770 toneladas de productos, habiéndose pagado por cada una de ellas 2.560 dólares promediables, para totales aproximados de 75.497 dólares por acuerdo.
Por lo tanto, los valores negociados a diciembre de 2005 y desde enero de 2001 llegan a los 481.095.595 dólares, en 7.433 operaciones (unas 29 por semana) que promediaron los 64.724 dólares cada una, con 203.741 toneladas entregadas fuera del país a un precio promedio de 2.361 dólares.
Son los números favorables los que alientan a las empresas a seguir creyendo en las posibilidades dentro de una nación con desatenciones en la seguridad jurídica, política, económica y demás aspectos que hacen a la confianza inversora, es por eso que la Cámara de Comercio Exterior de Rafaela plantea para 2006 el “Programa Semillero de Exportadores”, que tiene cuatro objetivos concretos. La diversificación de la oferta exportable del Centro-Oeste santafesino; la potenciación de Rafaela como polo exportador; la contribución en capacitación de Recursos Humanos en el área de comercio exterior, desencadena en la principal meta, el incremento de empresas que se sumen al movimiento exportador, que tal como señala Osvaldo Acastello “No tenemos objetivos en cuanto a volúmenes, pero si en cuanto a empresas que deseen sacar sus productos al mundo, donde la competencia existe en todas las áreas, por un exceso de oferta ante la demanda”, todo a sabiendas de las capacidades cualitativas de una ciudad pujante desde sus comienzos, que actualmente atraviesa una realidad próspera que hace frente a la falta de competitividad sistémica, por la inestabilidad de un país que debe seguir ajustando fallas para poder ofrecer mejores condiciones a compradores e inversores interesados en llegar a uno de los socios mayoritarios del Mercado Común del Sur.
Exportaciones 2005
Las autopartes son los productos estrella de las exportaciones rafaelinas, más allá de la gran influencia local por la gran ocupación laboral que generan las diferentes firmas dedicadas al rubro, con 1.017 operaciones, promediando las 20 por semana, fueron 35.319.735 dólares los negociados por 3.785 toneladas que se pagaron a razón de 9.331 dólares por cada unidad de peso. Con un total de 56.248 toneladas de productos alimenticios en 2005 este es el segundo sector más beneficiado por las exportaciones dentro de la ciudad, a un precio promedio de 2.148 dólares, lo cual generó un ingreso a firmas del sector de 120.799.492 dólares en 823 operaciones.
Completando el podio exportador del año que recién concluye, se encuentran las maquinarias y los equipos, que concretaron 145 operaciones por 7.367.178 dólares para 1.580 toneladas vendidas a 4.661 dólares, siendo las segundas más costosas de los productos negociados con el exterior.
El hombre que gerencia Crucetas Etma, exportador importante dentro de la ciudad, con destinos que incluyen todo el continente americano, Europa, e incluso Egipto, encabeza el organismo local con unas 70 empresas asociadas; con el apoyo de la Municipalidad de Rafaela, la Subsecretaría de Comercio Exterior de la Provincia de Santa Fe; y la Fundación Exportar con su experiencia y estructura. Esta organización brinda desde el inicio de esta colaboración mutua, por la participación del sector especializado del Centro Comercial e Industrial de la Ciudad en la Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina (FeCaCERA) y entidades similares regionales y se brinda desde Rafaela lo que Acastello denomina “la ventanilla local de la Fundación”, mientras ellos disponen la contratación y organización de stands conjuntos en ferias internacionales, para que desde las empresas grandes, hasta las más pequeñas puedan acceder a los encuentros de comercio y negocios, con una base sólida de capacitación y los elementos necesarios para que los líderes de cada firma sólo deban llegar con horas de anticipación a los encuentros para ultimar detalles y dedicarse a ofrecer sus productos y conocer a la competencia de otras latitudes, para poder nivelarse dentro de un mismo mercado.
El hecho que una empresa decida dedicarse a exportar parte de su producción no tiene que nacer de una necesidad coyuntural, sino como parte de una necesidad intrínseca de la firma para crecer, más allá de las realidades politicas y económicas del momento, ya que la actividad reclama un trabajo de muchos años, que se extienda en el tiempo, de ardua de preparación y capacitación para todo el personal que deberá afrontar, en muchos casos, un marcado incremento productivo para poder responder a la demanda externa, con todos los requerimientos cualitativos y cuantitativos previstos para los mercados ubicados fronteras afuera, donde el cumplimiento de condiciones es esencial y donde un error puede llevar a la pérdida de clientes, que difícilmente puedan volver a recobrarse, si las cosas fallan más allá de cuestiones lógicas, ya que Acastello remarca “En el mercado internacional se cree, se da por sentado, que los convenios siempre se cumplen. Es por eso que los acuerdos siempre tienen origen en las referencias brindadas en las ferias de la forma de trabajo del país y de la ciudad; y en esto Rafaela cuenta con un respaldo de seriedad, donde la continuidad es clave en los negocios, más allá de la rentabilidad que por momentos puede ser muy poca”.
Por lo tanto, no es extraño que las fluctuaciones económicas en muchos casos desalienten a quienes se ponen a la cabeza de las rondas de negocios internacionales, pero siempre están los números que alientan a una constante labor.
Desde 2001 funciona el Resguardo Aduanero Rafaela, algo así como una sucursal de la Aduana santafesina, de acuerdo a la gran actividad local en ese segmento económico. Desde su apertura, donde se negoció un total de 40.484.653 dólares en 771 operaciones que sacaron de la ciudad casi 14 mil toneladas de productos, con un precio récord de 2.895 dólares por cada una de las unidades de peso, hasta la actualidad la actividad tuvo en cinco años un crecimiento del 163 por ciento.
La evolución se puede seguir con las cifras de 2002, que llegaron a elevar al 45 por ciento las operaciones, con 58.679.546 dólares negociados en 1.252 convenios donde las toneladas se negociaron a un precio muy bajo de 1.820 dólares por cada una de las 32.237 que se exportaron. Para 2003, el total negociado ascendía a los 85.687.114 unidades de la moneda estadounidense, creciendo 44 puntos porcentuales la actividad aduanera con 39.895 toneladas negociadas a 2.148 dólares cada una, promediándose semanalmente en 1.616.738 dólares el ingreso en 27 acuerdos.
En comparación con 2004, el crecimiento trepó al 53 por ciento, con un mercado más estable a nivel general de acuerdo a las cotizaciones más controladas de divisas, que llevaron a los 130.451.481 dólares los ingresos para las empresas de la ciudad, que llevaron al extranjero 52.823 toneladas, apreciadas en 2.468 dólares, para 35 acuerdos promedio en cada semana, para 1.804 operaciones totales.
Si bien el crecimiento para 2005 fue menor, del 23 por ciento, se destacan los 165.792.800 dólares ingresados por 2.183 acuerdos (42 semanales en promedio) que sacaron 64.770 toneladas de productos, habiéndose pagado por cada una de ellas 2.560 dólares promediables, para totales aproximados de 75.497 dólares por acuerdo.
Por lo tanto, los valores negociados a diciembre de 2005 y desde enero de 2001 llegan a los 481.095.595 dólares, en 7.433 operaciones (unas 29 por semana) que promediaron los 64.724 dólares cada una, con 203.741 toneladas entregadas fuera del país a un precio promedio de 2.361 dólares.
Son los números favorables los que alientan a las empresas a seguir creyendo en las posibilidades dentro de una nación con desatenciones en la seguridad jurídica, política, económica y demás aspectos que hacen a la confianza inversora, es por eso que la Cámara de Comercio Exterior de Rafaela plantea para 2006 el “Programa Semillero de Exportadores”, que tiene cuatro objetivos concretos. La diversificación de la oferta exportable del Centro-Oeste santafesino; la potenciación de Rafaela como polo exportador; la contribución en capacitación de Recursos Humanos en el área de comercio exterior, desencadena en la principal meta, el incremento de empresas que se sumen al movimiento exportador, que tal como señala Osvaldo Acastello “No tenemos objetivos en cuanto a volúmenes, pero si en cuanto a empresas que deseen sacar sus productos al mundo, donde la competencia existe en todas las áreas, por un exceso de oferta ante la demanda”, todo a sabiendas de las capacidades cualitativas de una ciudad pujante desde sus comienzos, que actualmente atraviesa una realidad próspera que hace frente a la falta de competitividad sistémica, por la inestabilidad de un país que debe seguir ajustando fallas para poder ofrecer mejores condiciones a compradores e inversores interesados en llegar a uno de los socios mayoritarios del Mercado Común del Sur.
Exportaciones 2005
Las autopartes son los productos estrella de las exportaciones rafaelinas, más allá de la gran influencia local por la gran ocupación laboral que generan las diferentes firmas dedicadas al rubro, con 1.017 operaciones, promediando las 20 por semana, fueron 35.319.735 dólares los negociados por 3.785 toneladas que se pagaron a razón de 9.331 dólares por cada unidad de peso. Con un total de 56.248 toneladas de productos alimenticios en 2005 este es el segundo sector más beneficiado por las exportaciones dentro de la ciudad, a un precio promedio de 2.148 dólares, lo cual generó un ingreso a firmas del sector de 120.799.492 dólares en 823 operaciones.
Completando el podio exportador del año que recién concluye, se encuentran las maquinarias y los equipos, que concretaron 145 operaciones por 7.367.178 dólares para 1.580 toneladas vendidas a 4.661 dólares, siendo las segundas más costosas de los productos negociados con el exterior.
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