Audrey, la síntesis de la clase y el estilo


Pocas imágenes son tan refinadas como la del inicio de la película "Desayuno en Tiffanys", donde Audrey Hepburn luce un largo vestido negro de Givenchy, que descubre parte de su brazo, combinado con guantes de caña larga, cabello recogido, lentes negros y una tiara de las casi únicas que se pueden lucir, para no parecer una reina sin trono. Todo esto se completa con la vista de las joyas más exclusivas a través de los vidrios que dan a la Quinta Avenida de Nueva York, que añaden en una taza de café y una medialuna que aparece de una bolsa pequeña de papel, la composición de las ilusiones de una chica de pueblo que con llegar a la gran ciudad se transformó en la exéntrica y simple Holly Golightly.
Gracias a la casa de subastas londinense, Chritie´s, el vestido negro, pensado por el genio de la costura para la esbeltísima figura de la actríz belga en 1961, podrá ser adquirido por alguna coleccionista adinerada, o por que no por un caballero que admire a la persona de esta mujer que entregó los últimos años de su vida a la lucha por los derechos humanos y en especial de los niños africanos (falleció en 1993 a los 63 años). La oportunidad de adquirirlo será el 5 de diciembre; y con lo recaudado sus actuales dueños, el escritor francés Dominique Lapierre y su esposa, destinarán lo que recauden a su ONG, Ciudad de la Alegría, en la India.
Diseñado por Hubert para la casa francesa Givenchy, la pieza tiene un valor estimado 105.000 euros, pero con una consideración que supera lo económico si se piensa en lo que añade el haber representado la novela del genial Truman Capote, donde lo pensado era cazar a un hombre rico, sin descartar algún recluído en prisión; junto con los dos Oscars obtenidos y el símbolo de los años ´60 en lo que se convirtió.

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