"El Pato" con toda la historia

Podía haber sido otro torneo más, uno de esos en que un golfista encaraba la cancha y se iba derrotado, habiendo dado lo mejor de sí, pero sin el resultado ansiado.
Dos días de 69 y 71, llevaron a Angel Cabrera a lo más alto del US Open 2007, eran siete birdies e igual cantidad de bogeys para empezar a enfrentarse realmente con el Oakmont Country Club en Pensylvania. Sólo 63 profesionales pasaron el corte, pero la convicción del cordobés pocos la tenían , se le pudo haber escapado el sábado cuando pegó 76, con siete bogeys y un sólo birdie en el 4, pero para los que alguna vez lo vieron pegar para mal o para bien, en su rostro yacía la razón de la esperanza, Cabrera sentía en orden todo su juego. De estar primero se cayó al séptimo lugar con el tercer score de la tabla.
La presión era la de siempre, con un plus de Major, uno de esos cuatro torneos que diferencian a los elegidos. La competencia estaba servida, Tiger Woods salía en el último grupo, pero siempre se está a tiempo de marcar el ritmo aunque sea dos twosomme más adelante.
Esta en el putting green y lo aclaró que con 70 tenía posibilidades, pero con 69 podía llevarse el campeonato. El mensaje era claro y el golf era todo suyo, estaba en el mejor momento para demostrar el talento innato que lo hizo salir de la casilla de palos del Córdoba Golf Club en Villa Allende, para llegar a codearse con los más reconocidos.
Fueron los descuentos en el 4; 5; 8; 11; y 15, con sumas en el 6; 9; y 16, las que preludiaron el final. El 17 le deparó otro bogey, producto de la potencia conocida de sus brazos y un swing natural que lo hicieron pasarse de la bandera, pero la recuperación más correcta y la templanza años atrás impensada lo dejaron en la salida del 18 con el tiro más complicado según comentó en la conferencia de prensa posterior. Los golpes fueron exactos para el añorado 69, sumando 285 para subir en 5 el par de campo y retirarse al club house a esperar la sentencia.
Por detrás, el ganador del Abierto en 2003, Jim Furyk no soportó el ritmo y en los últimos tres hoyos enredó los impactos. Tiger Woods, quería seguir acercándose a la marca de Niclaus pero se queda con 12 grandes. Par en el 17, lo ponía a uno del "Pato", era el final que aguardaba por un posible play-off, aunque la pelota fue por el medio, tal como indican las leyes del buen golf, el birdie no llegó y Cabrera que se mostraba sonriente y confiado, confirmó su presentimiento y abrazado a su manager Manuel Tagle y a su caddie, inició la celebración que tendrá su merecido corolario cuando vuelva a su Villa Allende natal y en familia con un asado y todos los amigos, termine de dar forma al sueño de todo aquel que agarra un palo de golf y planea vivir ligado al deporte más preciso.
Faltando 28 días para que se cumplan 40 años del memorable triunfo del "maestro" Roberto De Vicenzo en el British Open de 1967, aquel 15 de julio en el británico Hoylake Country Club, Angel Cabrera se mete en la historia más relevante, con la garra que distingue al deporte nacional cimentado en figuras que revirtieron el que pudo ser un futuro oscuro y supieron desarrollar el talento natural y la destreza.
"El Pato" siempre con un andar firme y un gesto concreto, reconoció sus puntos débiles pero también supo pegar esos tiros propios y tomar por momentos la astucia de su amigo y socio Eduardo Romero, para poder hoy levanta una de las copas más ansiadas y con 1.260.000 dólares se da el lujo de seguir siendo "el Angel" de siempre y arrebatarle por un golpe al más invencible la idea de otro gran triunfo, brindando la alegría para todos los que de alguna u otra manera queremos al golf y admiramos los valores de la destreza nacional, cualquiera sea la disciplina.
Fue su momento y lo supo aprovechar, esperó hasta los 37 años para conseguirlo, pasaron muchos grandes triunfos en su casa, con récord incluído, tantos otros a nivel nacional y tres en el European Tour, para dar paso a la gloria y ahora, simplemente disfrutar.

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