El noroeste vive tres años de sequía y tres meses sin lluvias

La situación descripta por el presidente de la Comuna de la localidad de Gregoria Pérez de Denis, Carlos Radimak, refleja la desesperación de los habitantes del Departamento de 9 de Julio, que reciben agua potable para el consumo humano, por parte de la Provincia, pero aún no está resuelta la ayuda para las explotaciones agropecuarias.

La valoración de los servicios básicos para la vida actual, llega cuando alguno de ellos escasea, o simplemente no está disponible.
Por estos días la prioridad en gran parte del país es la energía, ya sea eléctrica o gasífera, debido a la gran demanda ante una oferta más que ajustada en comparación con las necesidades sociales e industriales.
En el caso del agua, Rafaela conoce mucho de faltantes, especialmente estivales, pero está muy lejos de padecer la realidad de Gregoria Pérez de Denis. Este pueblito del noroeste santafesino, emplazado a poco del límite con la provincia del Chaco, vive uno de los momentos más crudos en cuanto a la provisión del líquido vital.En un diálogo exclusivo con LA OPINION, Carlos Radimak, presidente comunal de esta localidad con un extenso nombre, pero de reducidas dimensiones y grandes necesidades en un mapa de contrastes."La emergencia que estamos viviendo también la están pasando Santa Margarita, El Nochero, Gato Colorado, todo lo que es el norte del Departamento Nueve de Julio, esta es la zona más grave, porque es una sequía que viene desde hace tres años. Otro de los problemas es que tenemos las napas salinizadas, tenemos no muy profunda el agua de napa de buena calidad que sea buena para el consumo de animales, pero esta sequía hace que bajen las napas se llenen mucho más de sales y hace que los animales no lo puedan tomar y terminen muriendo", las circunstancias conducen a una conclusión difícil, "la situación es grave a partir de ahora y hacia adelante, más allá de lo que se venía acumulando".

Ayudas

Sobre el consumo humano, las necesidades están cubiertas, gracias a los camiones con agua potable que envía el Gobierno de la Provincia, pero lo más preocupante es el retraso en las producciones agricolo-ganaderas, siendo las más destacadas el algodón, soja, sorgo, girasol y la crianza de vacunos para el consumo de carnes."En todas las campañas se ha ido perdiendo, pero la algodonera fue la que más sufrió, ya que es nuestro fuerte. Se ha perdido muchísimo en kilos, mucha gente ha sembrado en seco y después no llovió, por cuanto el algodón no nació, han perdido y resembrado, se han apocado las hectáreas y todo eso a causa de la seca", comenta Radimak, con números nada alentadores y pronósticos que no colaboran. "La última lluvia fue en abril, fueron dos aguaceros que hicieron 22 milímetros", por lo tanto son tres meses sin que la tierra reciba el elemento esencial para su desarrollo.A su paso por las dependencias del Gobierno, Carlos Radimak, obtuvo marcadas intenciones de colaborar en la resolución del inconveniente.
"La gente del Ministerio de la Producción está evaluando como ayudar al productor, porque nuestra zona tiene algo muy particular, estamos en un lugar donde no hay estancias, hay muchos minifundistas, pequeños y medianos agricultores, entonces es una realidad distinta a otros departamentos, por eso se está evaluando como llegar a esa gente que quizá tenga 50 o cien cabezas de ganado. De acuerdo a lo que pasa hoy y lo que se estima para que vuelva a llover, creemos que va a haber una mortandad importante en el porcentaje de los animales", para el titular de la Comuna de Denis en este caso la dificultad se centra en encontrar la salida adecuada, pudiendo ser a través de subsidios u otro tipo de salvataje.

Pocas salidas

Tal como se hace en el caso de los incendios, los aviones hidrantes podrían emplearse como alternativas de riego artificial, si se tienen en cuenta los vehículos empleados para la fumigación de plantaciones, pero los obstáculos de la ubicación y sus condiciones, también se interponen. "Aquí nosotros para conseguir agua, la tendríamos que traer de muchos kilómetros y deberían ser muchos camiones y mucha cantidad, por lo tanto es imposible paliar esta situación no siendo trasladar a la hacienda a otro lugar, donde haya agua y pasto, pero a quien hoy paga un pastaje, no le convenga tener las vacas al costo que va a tener que pagar por lo que vale el animal y lo que cuesta el pastaje, no hay relación en los números".
La esperanza de reencontrar el milagro de la lluvia continúa presente en los habitantes del norte, que específicamente en Gregoria Pérez de Denis son dos mil personas en el casco urbano y unos 1.500 en la colonia. Sobre lo que no recaen demasiadas expectativas es sobre los Grandes Acueductos. Carlos Radimak expone el caso de la comuna a la cual representa, "en diez años que estoy en la administración, sobre los acueductos se habla del proyecto Centro-Norte, del proyecto Vera-Romang-Tostado, y de todas manera quedaría la zona norte de 9 de Julio sin agua. El que pasa por Rafaela, que vendría por Sunchales y San Cristobal, supuestamente se toma ese recorrido, pero tampoco nos beneficia, porque llega a Tostado y nosotros estamos a 120 kilómetros, entonces hablar de acueductos sería lo mejor, pero sabiendo hasta donde llega y que abarque a esta zona". El proyecto no incluye esta punta del territorio provincial, aunque no se descarta una idea anexa, pero el cuestionamiento del presidente comunal suena intrigante "de última deseamos que llegue hasta Tostado, pero cuanto más vamos a seguir esperando, porque esto es hoy y el tema es que no sabemos cuantos días más podemos esperar".
La falta de un elemento fundamental para la vida, dispara cuestionamientos sobre el desarrollo de la permanencia en un lugar alejado del ajetreo citadino, pero con encantos que sin dudas son más valiosos que cualquier otra variable de confort. Si bien el cielo no ayuda, la inclusión de esta zona en un proyecto tan primordial como el de los acueductos, brindaría al menos algo de tranquilidad para un futuro no tan lejano.

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