La continuidad de la lechería depende de la definición rápida del precio por litro

En una entrevista exclusiva con LA OPINION, Gustavo Colombero, presidente de la Federación de Centros de Tamberos, expuso la situación que vive el sector productivo, frente a la falta de determinaciones que mantienen a la lechería en un cuadro crítico.Se calcula que para el 15 de marzo los tamberos deberán determinar que es lo que van a sembrar en sus campos, con lo cual se definirá si continuan o no en la actividad lechera. Alfalfa o trigo, pueden modificar el panorama nacional.
Hace un año el sector estrenaba un plan de devolución de dinero que nunca fue aplicado, lo cual con el sufrimiento climático agravó una crisis que horas después que en diciembre asuma la presidenta Cristina Fernández, derivó en el bloqueo de plantas en nuestra provincia y a partir de allí la historia tomó otro rumbo. Una asamblea nacional en San Francisco había decidido luchar y fue aquel miércoles 12 que durante una reunión en la Socidad Rural de Rafaela, de una treintena de dirigentes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno se comunicó con Gustavo Colombero para disponer una reunión y así destrabar el conflicto. El dirigente aceptó, con el consenso de otros presentes, pero al día siguiente a las 17 horas sólo acompañado por el Ing.Roberto Porta, durante cuatro horas estuvo en el despacho del Ministerio de Economía, para escuchar la postura nacional, "respondí con el conocimiento de todos los presentes, ya que por educación teniamos que ir, habiendo pasado antes de llegar a Buenos Aires, por el Gobierno de Santa Fe", dijo en exclusiva para LA OPINION el dirigente.
El Ministerio de la Producción reunió a las gremiales y a la industria, dando paso al encuentro de ese lunes, concensuado entre Moreno y Colombero que inició la firma del acta acuerdo del sector abarcando a todo el país. Aún hoy sin definiciones, se sigue pagando el mismo precio de noviembre por litro, que ronda los 80 centavos, pero cada mes los tamberos aguardan por posibles variaciones, sin saber los números a corto plazo. La siembra que se comienza a mediados de marzo puede determinar que se sigan perdiendo explotaciones dedicadas a la leche, para pasarse a la agricultura, que pese a las quitas impositivas, continúa teniendo una alta rentabilidad.Sin firmarGustavo Colombero, el presidente de la Federación de Centros de Tamberos, fue el único gremialista que no estampó su firma en el acuerdo-marco, su disconformidad con la situación actual que tiene a muchos productores, especialmente los pequeños y medianos a la espera, de lo que de inmediato se debe accionar, "un mecanismo de fijación de precios automático y un precio rentable y sustentable que les llegue a todos". "El acuerdo original no era tan malo", explicó el dirigente que en los últimos días consultó a más de cien productores para tener una sensación más concreta de la actualidad. Mientras se desaprovechó la oportunidad de negociar con la fuerza del desabastecimiento, el tambo nacional perdió la posibilidad de segmentar su producción y conseguir incentivos constantes por el crecimiento, luego de un año climáticamente negativo y que hoy podría comenzar a rendir económicamente (el 20 por ciento productivo se pagaría 78 centavos, se liberaría el resto para las negociaciones con las industrias y el excedente se pagaría 1,40 pesos). "No accedí a la firma, porque era un acuerdo muy global y con dos artículos que me parecían peligrosos. El N°2, donde se elevaba el precio de corte de 2.100 a 2.770 dólares, permitía pagar entre 80 y 81 centavos; y además en el artículo 9 se hacía referencia a la vigencia hasta junio de 2008 y con un análisis rápido, dejaba anclado el precio por muchos meses y eso era peligroso", teniendo en cuenta el incremento de costos y la inflación reinante.Los tamberos quieren números concretos para proyectar sus explotaciones, los alquileres de los campos se cotizan a valor soja, mientras los valores de la leche están "planchados", por lo tanto el 50 por ciento de los tambos santafesinos que se encuentran en tierras arrendadas se meten en una complicación que dejó en el camino desde el año 2001 a más de 2.000 establecimientos y que redujo en dos mil millones un total de 10.500 millones de litros anuales, por lo que sólo se estaría cubriendo al mercado interno. Exportándose un diez por ciento de lo producido se desaprovecha la oportunidad internacional, es por eso que Colombero enuncia que "todos somos responsables, porque estamos en un punto donde si hacemos las cosas bien podemos pasar a pensar en una lechería grande, pero si damos un paso en falso caemos en un abismo, donde no tengamos la producción necesaria para el país, siendo algo nefasto para los industriales, porque los tamberos si pueden cambiar de explotación, pero ellos no".
La faltante de producto hace que "si en los próximos 20 días no se define una política, un número en lo coyuntural, que permita producir y un ordenamiento estructural, que vislumbre un planeamiento a mediano y largo plazo, la gente va a decir alfalfa no, trigo si y ahí aparece el fantasma del desabastecimiento", con lo cual las definiciones deben atender a diversos planos, el financiero, el productivo y el social, por la condición de irremplazable que tiene la leche.
"Si queremos un sector acotado con pocos y grandes productores, que se aclare, o seguimos todos en el rubro y se defiende a los medianos, pequeños y grandes. Estamos en un momento terminal y dificil, por eso hay que hacer algo urgente, para que no tengamos que decir en unos meses que teníamos todo para crecer e hicimos lo contrario", sostuvo Colombero.

Salida

Quizá el tambero no encuentra en las gestiones del Grupo Lácteo la transmisión de sus necesidades, en un camino de transparentación de costos que tienen a la espera a los hombres y mujeres que cada amanecer inician su trabajo, mientras los precios concretos se desconocen en ese inicio de la cadena, más allá de los incentivos que pueden paliar las emergencias. "De esta coyuntura salimos rápidamente, buscando un número que habrá que consensuar y que permita seguir produciendo, todo lo demás se puede tratar después de eso, porque actualmente en concreto no tenemos nada", así reclama la claridad de las reglas de juego el dirigente que pretende que el trabajo se haga con cierta comodidad, pero sin afectar a los consumidores, por lo tanto "los industriales tendrán que desnudar sus números y ver los márgenes hasta donde pueden ganar y el Estado deberá entender los límites contributivos para que a los consumidores les llegue todo a buen precio, es una cuestión de justicia distributiva a la que se puede acceder si hay una decisión firme de las partes de la cadena productiva", reflexionó el dirigente.
Dejando de lado los intereses políticos y mediáticos, el sector y sus representantes podrían hallar a corto plazo la salida de un problema que ya está sumando a la crisis al conglomerado cárnico, por lo tanto la fijación de pautas es de inmediata necesidad, para incluir a todos los productores y beneficiar al país ruralista en su conjunto.

Elida Thiery

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