El campo cambia la modalidad de protesta

Los productores del departamento Castellanos decidieron levantar los "piquetes" y aplicar otra forma de reclamo, con una parálisis del intercambio comercial.Los productores agropecuarios del departamento Castellanos, nucleados en las sociedades rurales de Rafaela, Sunchales y Humberto Primo, decidieron en la tarde de ayer modificar la modalidad de la protesta.Esta decisión que anoche terminó con el "piquete" que se había trasladado a Ataliva desde Rafaela, abre una nueva situación nacional.
En el comunicado de las entidades se remarca que "el Gobierno no tiene claro cuál es el formato de la política agropecuaria para el desarrollo de todo el país" y mientras se consideran valederos los reclamos, quedó demostrada la falta de autonomía de las dirigencias del interior frente al Ejecutivo Nacional.
La "intransigencia" gubernamental hace que la gente del campo salga a asegurar la paz social, afirmando "no somos golpistas, somos fervientes defensores de la democracia" y por la adhesión es que se agradece a cada uno de los que con sus pequeños o grandes gestos colaboraron con la causa.Si el Gobierno piensa que sólo con los cortes, el campo se puede expresar, tal como lo adelantó el titular de la SRR, Juan Imvinkelried, "cambia la modalidad de protesta, que cumplió su ciclo, pero seguimos en estado de alerta y movilización", lo cual se replica en toda la región ampliada. "Nuestro consejo va a ser la no inversión, que nadie invierta en maquinaria, en mejoramiento de tecnología, tratando de vender y de comprar lo menos posible, para de esa manera transmitir la desazón y la preocupación", con lo cual se generará una paralización en el tesoro nacional, que según trasciende se enmagrece con el correr de los días de gestión.
Los pasos a seguir se delinearán esta tarde en Entre Ríos, pero se sabe que "con el tiempo vamos a seguir ejerciendo presión en la mesa de negociación que quedó abierta, para las actividades específicas, que en el caso nuestro están detrás de la ganadería y la lechería". La educación sobre el caso en las escuelas, con cifras reales, permitirá que por diferentes formas se comprenda la crisis actual y los motivos que la generaron.

Más palabras

En una plaza repleta por gestión política, con sistemas por demás conocidos, con los espectáculos de siempre y las mismas caras que desde hace mucho simulan representar a todo el país, Cristina Fernández de Kirchner, con un tono endeble, cayó en la banquina y no precisamente la de los "piquetes rurales", sino que anduvo por el peor camino para llevar un mensaje de conciliación que marchó a un nuevo llamado de segmentación camino al bicentenario de la Patria, aún faltando dos años de historia.La necesidad de decir bien fuerte que es mujer y que le cuesta todo mucho más por esa razón, e incluso remarcar su puesto en el Gobierno, dan la pauta del poco sentido de realidad que tiene sobre su persona, porque como ella misma dice, la eligió la mayoría de la ciudadanía en elecciones constitucionales.
Es mujer, es la Presidenta -como le gusta autodenominarse- de todos y todas, reiterando infinidad de veces nuestra nacionalidad gastándola en reververancia, sin embargo pareciera no haberse dado cuenta que al menos la mitad de la población adhirió al reclamo del campo, le pidió que comprenda que es lo que va a pasar en un futuro nada lejano. Creer que por una protesta generalizada se está gestando un golpe de estado, demuestra un temor infundado en los peores recuerdos de 1976, que quedaron demostrados en sus palabras.
El campo no quiere un golpe, sino el delineamiento de una política agropecuaria que devuelva la rentabilidad a todos sus sectores y que de esta manera se expandan los beneficios hacia el resto de la industria y el comercio, que tal como quedó demostrado no pueden escapar de lo que da la tierra y esta región lo sabe muy bien.
Está claro que su mirada femenina no es abarcativa, como dijo el lunes, porque no se permite caminar el país, mezclarse en uno de los "piquetes de la abundancia" detrás de unos vidrios polarizados para ver que los asados que solicitó se abolieran, tenían origen genuino, sin intención de ostentar. No leyó nunca un diario del interior, se quedó con los porteños y lamentablemente se limitó a cambiar de tanto en tanto de canal de televisión, para considerar a este país, a través de la mirada de otros. Lejos quedó el freno de su segundo discurso sobre el primero, o el tono explicativo del lunes, pero siempre se mantuvieron los aplausos de manos reiteradas.
El campo está herido y no porque haya llamado "yuyo" a la multimillonaria soja, sino que sufre un corte profundo y letal, porque el propio dinero de los productores no regresa, no hay impulsos gubernamentales y se extingue la patria grande, quedando sólo una parte de la economía en condición endeble, si el deceso tan temido se produce, dejando en manos de parte de la industria y el comercio la continuidad nacional.

Elida Thiery

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