Lechería: se emplean unas 60 mil familias directamente

Es la estimación que realizó ante LA OPINION el presidente del Centro de la Industria Lechera, Miguel Paulón, durante el primer encuentro provincial de la Cadena de Valor Láctea que se cumplió ayer en el INTA. Desde Apymel apuntaron a mejorar la comercialización directa de los productos para no perder rentabilidad.

Por Elida Thiery (redacción LA OPINION). - En 2009 Santa Fe tomó la iniciativa de promover la actividad y mejorar la calidad de las pequeñas y medianas industrias lácteas, extendiéndose hasta todas las etapas de la cadena de valor, vinculando a la entidad denominada Apymil, con el Ministerio de la Producción, el INTA; y el INTI.
El trabajo que se vino realizando, en varios aspectos, que van desde las buenas prácticas, a la producción más limpia, se mostró ayer en el INTA Rafaela, durante el primer encuentro provincial de la Cadena de Valor Láctea.
Con la presencia del Ministro Bertero durante la presentación, el director técnico del INTI Lácteos, Lic. Roberto Castañeda; y el director Regional INTA Centro Regional Santa Fe, Ing. Agr. José Luis Spontón, se dio inicio a una agenda de actividades que concluyó con la degustación de quesos y helados que producen las pymes que están siendo receptoras de los adelantos que en conjunto desarrollan las entidades, de manera innovadora y proactiva.
Para Jorge Speranza, director del INTI Lácteos en Rafaela, consideró que el objetivo principal de la jornada fue "ver en un mismo día dos eslabones principales de la industria láctea, tanto el establecimiento productor como las pymes, por eso los temas tratados fueron para uno, para otro; y para los dos, con lo cual se ha bajado una línea clara sobre que el negocio es de todos y es por eso que está la idea de cadena con sus eslabones". El responsable local del Instituto fue contundente al concluir que "lo fundamental es el trabajo asociativo de las partes, que a través de las instituciones terminan conformando un grupo, desde una figura similar a la de socios estratégicos, tanto del INTA como del INTI".
Speranza relata una tarea continuada durante 2011 que proyecta seguir ampliando los trabajos realizados con las empresas, pero al mismo tiempo seguir fortaleciendo las tareas a un año de la firma del acuerdo inicial, con la idea de asemejar objetivos y hacer causas comunes los adelantos de productores e industriales.

EL EMPLEO

Si bien las diferentes disertaciones apuntaron a diversos aspectos de las empresas de menor envergadura en el mercado, junto con sus tambos proveedores de materias primas, el presidente del Centro de la Industria Lechera, Miguel Paulón, más allá de representar a las firmas más importantes del sector, tuvo un papel muy importante al poner de relieve el valor laboral de estas empresas en todo el país.
Como toda cadena productiva, la lechería construye su propio capital social, tomando esta línea Paulón analizó la cantidad de trabajo que se genera, tanto en el plano primario como industrial, la influencia en el territorio, su impacto, entre otras variables. "Hay algunos valores que son importantes. Mi estimación es que cada mil litros que se producen diariamente en la Argentina, trabajan dos familias entre el tambo y la industria, lo que hace que unas 56 mil familias de forma directa estén ocupadas en esta actividad". La cifra se amplía ya que "si a eso le sumamos que hay muchos propietarios que usan la figura de mediería para la producción en el tambo, se podrían incorporar entre cinco y seis familias más, con lo cual se superan las 60 mil familias involucradas en esta actividad, solamente entre la producción primaria y la industria".
Este número es muy importante, más aún si se tiene en cuenta el tipo de calidad social que genera en los ámbitos donde la población se sustenta en la actividad, según Paulón "vemos que justamente se da en comunidades más homogéneas desde el punto de vista social, sin grandes brechas entre la calidad de vida de unos y otros, que desarrollan sistemas de solidaridad, cooperación, transparencia y seguridad, todas cuestiones que la gran ciudad anhela y no lo puede lograr". Se llama entonces a la valoración y al cuidado de estos factores que tienen mucho que ver con las pymes que están instaladas de manera más dispersa. Sin embargo, Paulón se encarga de poner claridad en la falta de diferencias en la generación de empleo que se contrapone entre pymes y grandes industrias. "La cantidad de empleos generada entre unas y otras es aproximadamente la misma, porque la gran empresa no se limita a procesar la materia prima, sino que se la acondiciona, se la distribuye, se la comercializa, con lo cual se generan redes administrativas y comerciales más poderosas. En conjunto hay mucha gente que se termina empleando en la cadena láctea".

LAS MAS CHICAS

Para Pablo Villano, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas a nivel nacional, la jornada cumplida ayer en el INTA fue considerada muy necesaria, por la simple razón que "integra a todo el sector lácteo, desde la producción, las pymes, la parte técnica, e incluso el estado provincial. Con todos estos sectores unidos se puede lograr una cadena que por lo general siempre estuvo desperdigada, para poder llegar a integrarnos con la fase comercial, porque nosotros nos ocupamos mucho de la tarea propia, pero no le prestamos tanta importancia a lo que pasa al momento de salir los productos de la fábrica y perdemos el valor agregado que tienen por ejemplo los quesos artesanales, quedando eso en manos de mayoristas". Para el representante de las industrias más chicas del sector lácteo "cada vez es más necesario que nos integremos a la parte comercial, para mejorar nuestra propia rentabilidad".
Esto es lo que siempre generó un gran abismo entre los valores que los productos tenían en las plantas y los que se pagaban en los comercios. "En general en los quesos duros, la diferencia de precios llega al orden del 80 por ciento, en quesos blandos del 30 al 50 por ciento, pero en general es muchísima la diferencia si tenemos en cuenta que entre el productor y la industria está el mayor esfuerzo; y para los comerciantes los lácteos son un producto más".
Villano señaló ante este Diario que las pymes deben apuntalar el proceso de marketing y comercialización, para soportar el valor de quesos artesanales, por ejemplo, ya que "en nuestro país compramos por marca y no por calidad, entonces muchos productos en serie nos teminan superando".
Ese es el desafío de las industrias pequeñas y medianas, así como del ordenamiento que tengan con sus tambos proveedores, para salir a tener una mejor competencia en el mercado; y por supesto una rentabilidad mucho más notoria.

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