Dudas sobre la apertura a China

El acuerdo sobre ampliación de exportaciones cárnicas no da detalles sobre ampliación de certificación sanitaria necesaria.


El titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, Miguel Angel Schiariti, puso en duda que China haya extendido el certificado sanitario, indispensable para ingresar carne argentina a ese territorio. "Dudo de que tengamos certificado sanitario expedido por China. Esta apertura del mercado tiene más de dos años y en su momento no pudimos lograr que ese país lo extendiera", expresó el titular de CICCRA. 
De acuerdo con los anuncios realizados por el Gobierno nacional, lo que se firmó son documentos que habilitan el comercio de carnes, cebada cervecera y lácteos entre Argentina y China, pero no existen exactitudes sobre la decisión de ese país de extender la certificación sanitaria a las carnes, sin la cual según, aclaró Schiariti, "es imposible exportar". 
"Para que esto tenga relevancia el Senasa debe ratificar que China otorgó el certificado sanitario", confirmó ayer Schiariti. 
Los argumentos para no extender esa autorización siempre tuvieron carácter político, aun cuando recordó que en su momento China pretendía que a cambio la Argentina autorizara el ingreso de carne porcina proveniente de ese país. "Argentina no puede permitir el ingreso de carne porcina desde China porque ellos tienen peste porcina y nuestros rodeos están libres de esa epizootia. Es posible que lo que China esté buscando es un salvoconducto de la Argentina que le sirva para presionar a otros países a que compren sus carnes", subrayó Schiariti que especuló que durante el primer trimestre de 2011 podrían producirse quebrantos en algunas empresas de consumo debido a la asfixiante competencia a las que son sometidas por las empresas exportadoras. 
Agregó, que históricamente la Argentina ha exportado el 15 por ciento de lo que produce, pero durante este año los cupos se han reducido al 50 por ciento de lo exportado en 2009 por el "dedo" de Moreno. Esta situación provoca que las plantas de faena deban trabajar por debajo de su punto de equilibrio y las empuja a participar del mercado interno.

RECHAZO
DE SUBAS

Los consumidores no están dispuestos a convalidar nuevas subas de precios de carnes durante las fiestas de fin de año, debido a los elevados precios en los mostradores y a pesar de la oferta cada vez más escasa. 
La faena de octubre pasado habría sido la más baja para ese mes en 37 años y la de noviembre sería más baja aún, explicó el analista Ignacio Iriarte. Esto podría potenciar un aumento de precios, pero el alto valor 
de los cortes en las góndolas lleva a que los consumidores cada vez consuman menos y no convaliden los incrementos. 
"Si hoy estamos en un índice de faena 100, para marzo podría esperarse un índice 87". Esta situación significa que "de acuerdo con la experiencia 
histórica reciente, la oferta declinaría mes a mes hasta tocar su piso anual en marzo". "Si se considera esta probable caída en la faena y se toma en 
cuenta que tanto para fin de año como en marzo se producen picos de demanda, se podría concluir que todavía pueden esperarse nuevos aumentos en el precio de la hacienda y de la carne", añadió. 
En octubre, y pese a las fuertes caídas en las exportaciones, elconsumo habría sido de sólo 53 kilos por habitante, un nivel que sería más bajo aún en noviembre. 
Las reducciones adicionales de la oferta tienen un efecto cada vez menor sobre el precio del ganado: "el consumidor ya no estaría dispuesto a seguir convalidando aumentos en el precio al mostrador por encima de los 30 a 35 pesos por kilo". Hace un año, el consumidor argentino gastaba 910 pesos (equivalente anual) en carne vacuna, resultado esto de una 
ingesta de 65 kilos por persona y de un precio de la carne al público de 14 pesos (promedio). "Doce meses después, se está resistiendo a dejar de comer carne y gasta 1.537 pesos (53 kilos, a 29 pesos el kilo). "Ha aumentado su gasto en un 80 por ciento", aclaró.

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