Así lo considera Daniel Costamagna, productor y ex dirigente que analizó el mercado local de carnes desde el inicio productivo. Con precios altos para consumidores y generadores de ganado, no descarta desarticulaciones en el pago de impuestos por esas cifras.
Por Elida Thiery (redacción LA OPINION). - Si bien esta es una región destacada por la lechería, la ganadería también afecta, ya sea por producción localizada o por lo que genera en ganaderos que se radican en el radio de influencia de Rafaela.
"La ganadería viene de situaciones muy complicadas, no sólo en lo productivo, sino en lo económico, con lo cual se han perdido muchos productores pequeños y medianos, además de una cantidad de hacienda, por lo que se hace imposible, o al menos muy difícil en el corto plazo, tener una política exportadora que pueda atender a las demandas internacionales", esta es la mirada ampliada de Daniel Costamagna sobre este sector.
El productor, ex presidente de la Sociedad Rural de Rafaela y titular de agricultura a nivel provincial en el Gobierno de Obeid, sostuvo que "en la región van a venir años de retención de vientres, años de recuperación, que van a tener que ver con la incorporación de tecnología, con la diversificación y el buen uso de la tierra". Todas estas alternativas que derivan de una etapa negativa, terminan resultando en "algo muy sano desde todo punto de vista, porque la ganadería pasa a ser una opción que puede alternarse o competir con la lechería y la agricultura, lo cual es beneficioso fundamentalmente para el país, pero a la vez para el suelo y para la situación económico-financiera de los productores".
"La ganadería viene de situaciones muy complicadas, no sólo en lo productivo, sino en lo económico, con lo cual se han perdido muchos productores pequeños y medianos, además de una cantidad de hacienda, por lo que se hace imposible, o al menos muy difícil en el corto plazo, tener una política exportadora que pueda atender a las demandas internacionales", esta es la mirada ampliada de Daniel Costamagna sobre este sector.
El productor, ex presidente de la Sociedad Rural de Rafaela y titular de agricultura a nivel provincial en el Gobierno de Obeid, sostuvo que "en la región van a venir años de retención de vientres, años de recuperación, que van a tener que ver con la incorporación de tecnología, con la diversificación y el buen uso de la tierra". Todas estas alternativas que derivan de una etapa negativa, terminan resultando en "algo muy sano desde todo punto de vista, porque la ganadería pasa a ser una opción que puede alternarse o competir con la lechería y la agricultura, lo cual es beneficioso fundamentalmente para el país, pero a la vez para el suelo y para la situación económico-financiera de los productores".
PRECIACION
Existe en el tire y afloje de la carne vacuna una bifurcación de consecuencias, poco naturales y que reflejan la crisis generada desde 2004 para todo el sector.
Ciertamente, este año registró un alza promedio de al menos un 43 por ciento en el precio de la carne pagada por el mercado interno, pese a que los frigoríficos recortaron sus exportaciones e incrementaron sus ventas al mercado doméstico. El cálculo se da según la evolución de precios realizada en base a datos del Indec y del Instituto Nacional de la Promoción de la Carne Vacuna, en la cual un corte emblemático como el asado registró un aumento del 30 por ciento, sólo en los primeros diez meses del 2010, pasando de 17,4 pesos por kilo en las carnicerías en diciembre de 2009 a un valor superior a los 22,6 a octubre pasado, mientras que el pollo en igual período registró una suba inferior, al ubicarse en un piso de diez pesos por kilo, con un alza promedio del 16 por ciento anual.
En tanto, para el productor también hubo una suba que pasó de un promedio de tres pesos por kilo vivo, a los actuales 7,5, con lo cual el pulso inflacionario sufre el desbalance de los extremos del mercado.
Para Costamagna, "existieron propuestas muy inteligentes que se le hicieron al Gobierno nacional en su momento; y que de haberlas adoptado, no hubiéramos llegado a esta situación donde ha disminuido notablemente la faena, hay capacidad ociosa en las industrias frigoríficas, con una demanda insatisfecha, trasluciéndose todo eso en un precio que hoy le permite al ganadero recomponer la cuestión económica, mejorar el endeudamiento, que llegó a ser muy grave para el sector". Lo que aduce el especialista es que todo esto destapa "la aparición de muchos campos en el norte argentino, fundamentalmente, que están sin hacienda y que hoy tienen muy pocas posibilidades que sean repoblados en el corto plazo, porque entrar al negocio de la ganadería tiene altos costos". Es por eso que considera que "la ganadería va a ir creciendo desde adentro, lentamente, a medida que la vaca lo permita", para lo cual será fundamental la tan reiterada "previsibilidad", a lo cual se debe añadir "buenos precios sostenidos, que paulatinamente se incrementen las exportaciones, que se abastezca el mercado interno plenamente".
Existe en el productor un optimismo, luego de la gran tormenta. "Creo que se ha tocado fondo, desgraciadamente el costo fue altísimo para muchas familias y se ha desintegrado parte del tejido socio-productivo que hace a Santa Fe; y fundamentalmente al norte provincial".
Pero para poder establecer al sector y escalar hasta el consumidor, será momento de poner de acuerdo objetivos del sector público y del privado, para dejar de lado cierta confrontación generada a través de los años. Es entonces que las provincias no deben quedar de lado en el nivel del incentivo productivo. Sabiendo de lo que habla por sus años de gestión, "hoy hay que generar políticas que incentiven y permitan la facilitación de compra de genética, el repoblamiento de campos, generar créditos, todo lo necesario para que el productor cuanto antes recupere el stock. El daño producido es muy grande y va a demorar, como optimista, un año y medio para recuperarse en la recomposición mínima de la oferta, con un escenario de máxima de tres años".
GANANCIAS
"La ganadería tiene que ser grande y fuerte, no pequeña como lo es hoy, que se ha reducido para lograr mejores precios".
Costamagna alude en ese párrafo a una situación vigente donde por kilo se recibe más del doble de lo que se venía percibiendo, pero esto comienza a generar un nuevo posible conflicto que se ata al impuesto a las ganancias.
Esto es algo que desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación ya se comienza a manejar como nuevo foco de conflicto. Suben los precios, aumenta el monto a derivar al Estado y la cuenta del productor volverá a desbalancearse.
"Es un tema sumamente atendible y si no se generan contextos claros, el pago de impuestos se va a devorar mucho. Si hoy no se tiene en cuenta la cuestión inflacionaria, que hace a la diferencia de precios que había a fines de 2009, con lo que se va a dar este año, el productor va a tributar un Impuesto a las Ganancias por ganancias inexistentes; y eso va a inducir al productor a tener que vender más hacienda para pagar esos impuestos". Concretamente se dará un efecto contrario al que se trata de impulsar y es por eso que "si bien el sistema tributario argentino tiene estas cuestiones difíciles de resolver, desde la faz política se podría avanzar en cuestiones que eviten el pago de grandes subas para los ganaderos, lo cual se podría alivianar por ejemplo con liberar de esto a los vientres".
El productor pretende pagar por lo que ganó y no lo que generó el proceso inflacionario, sin embargo, la lógica no funciona bien en ámbitos de Gobierno y habrá que esperar no sorprenderse con reclamos álgidos en este sentido.
Existe en el tire y afloje de la carne vacuna una bifurcación de consecuencias, poco naturales y que reflejan la crisis generada desde 2004 para todo el sector.
Ciertamente, este año registró un alza promedio de al menos un 43 por ciento en el precio de la carne pagada por el mercado interno, pese a que los frigoríficos recortaron sus exportaciones e incrementaron sus ventas al mercado doméstico. El cálculo se da según la evolución de precios realizada en base a datos del Indec y del Instituto Nacional de la Promoción de la Carne Vacuna, en la cual un corte emblemático como el asado registró un aumento del 30 por ciento, sólo en los primeros diez meses del 2010, pasando de 17,4 pesos por kilo en las carnicerías en diciembre de 2009 a un valor superior a los 22,6 a octubre pasado, mientras que el pollo en igual período registró una suba inferior, al ubicarse en un piso de diez pesos por kilo, con un alza promedio del 16 por ciento anual.
En tanto, para el productor también hubo una suba que pasó de un promedio de tres pesos por kilo vivo, a los actuales 7,5, con lo cual el pulso inflacionario sufre el desbalance de los extremos del mercado.
Para Costamagna, "existieron propuestas muy inteligentes que se le hicieron al Gobierno nacional en su momento; y que de haberlas adoptado, no hubiéramos llegado a esta situación donde ha disminuido notablemente la faena, hay capacidad ociosa en las industrias frigoríficas, con una demanda insatisfecha, trasluciéndose todo eso en un precio que hoy le permite al ganadero recomponer la cuestión económica, mejorar el endeudamiento, que llegó a ser muy grave para el sector". Lo que aduce el especialista es que todo esto destapa "la aparición de muchos campos en el norte argentino, fundamentalmente, que están sin hacienda y que hoy tienen muy pocas posibilidades que sean repoblados en el corto plazo, porque entrar al negocio de la ganadería tiene altos costos". Es por eso que considera que "la ganadería va a ir creciendo desde adentro, lentamente, a medida que la vaca lo permita", para lo cual será fundamental la tan reiterada "previsibilidad", a lo cual se debe añadir "buenos precios sostenidos, que paulatinamente se incrementen las exportaciones, que se abastezca el mercado interno plenamente".
Existe en el productor un optimismo, luego de la gran tormenta. "Creo que se ha tocado fondo, desgraciadamente el costo fue altísimo para muchas familias y se ha desintegrado parte del tejido socio-productivo que hace a Santa Fe; y fundamentalmente al norte provincial".
Pero para poder establecer al sector y escalar hasta el consumidor, será momento de poner de acuerdo objetivos del sector público y del privado, para dejar de lado cierta confrontación generada a través de los años. Es entonces que las provincias no deben quedar de lado en el nivel del incentivo productivo. Sabiendo de lo que habla por sus años de gestión, "hoy hay que generar políticas que incentiven y permitan la facilitación de compra de genética, el repoblamiento de campos, generar créditos, todo lo necesario para que el productor cuanto antes recupere el stock. El daño producido es muy grande y va a demorar, como optimista, un año y medio para recuperarse en la recomposición mínima de la oferta, con un escenario de máxima de tres años".
GANANCIAS
"La ganadería tiene que ser grande y fuerte, no pequeña como lo es hoy, que se ha reducido para lograr mejores precios".
Costamagna alude en ese párrafo a una situación vigente donde por kilo se recibe más del doble de lo que se venía percibiendo, pero esto comienza a generar un nuevo posible conflicto que se ata al impuesto a las ganancias.
Esto es algo que desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación ya se comienza a manejar como nuevo foco de conflicto. Suben los precios, aumenta el monto a derivar al Estado y la cuenta del productor volverá a desbalancearse.
"Es un tema sumamente atendible y si no se generan contextos claros, el pago de impuestos se va a devorar mucho. Si hoy no se tiene en cuenta la cuestión inflacionaria, que hace a la diferencia de precios que había a fines de 2009, con lo que se va a dar este año, el productor va a tributar un Impuesto a las Ganancias por ganancias inexistentes; y eso va a inducir al productor a tener que vender más hacienda para pagar esos impuestos". Concretamente se dará un efecto contrario al que se trata de impulsar y es por eso que "si bien el sistema tributario argentino tiene estas cuestiones difíciles de resolver, desde la faz política se podría avanzar en cuestiones que eviten el pago de grandes subas para los ganaderos, lo cual se podría alivianar por ejemplo con liberar de esto a los vientres".
El productor pretende pagar por lo que ganó y no lo que generó el proceso inflacionario, sin embargo, la lógica no funciona bien en ámbitos de Gobierno y habrá que esperar no sorprenderse con reclamos álgidos en este sentido.
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