Todo para todos, ahora le tocó a la carne, pero para una parte del conurbano y no se sabe por cuánto. Ayer el anuncio de envío al Congreso de un proyecto de Ley contra la extranjerización de la tierra hacen que el Gobierno se crea más cerca del campo.
Ya pasó un poco más de una semana desde la presentación del grupo Canpo, el movimiento nacional y popular agropecuario que pretende instalar el Gobierno como la forma kirchnerista y adecuada de adaptarse a la ruralidad. Después que la señora se presentara para ser vitoreada por grupos que poco tienen que ver con la producción agropecuaria, esta semana sigue con la intención de acercarse al sector, sin embargo no encuentra el camino ideal. La credibilidad de este mandato en referencia a temas de producción agropecuaria está totalmente hundida y las herramientas que se intentan mostrar como válidas y aplicables jamás tienen ejemplos prácticos demostrables. El Gobierno elige, en vez de apuntalar a los ganaderos que deterioraron desde 2005, aportar en Buenos Aires un mínimo lote de carne para el consumo a precios irreales. Con cortes que se cobrarán entre 15 y 20 pesos por kilo, cifras que hace mucho más de un año que no se consiguen en carnicería alguna. Es mala la apuesta comunicacional, empezando por el latiguillo “para todos”, aplicado desde el fútbol al infantil Paka Paka, esta “Carne para todos” se venderá en cinco camiones, no se sabe por cuánto tiempo, por lo tanto la falacia llega a tal punto que el montaje de un sketch de la Presidente comprando carne frente a la Casa Rosada fue en absoluto falto de realismo, si se tiene en cuenta que hace años que la señora no hace compra alguna, más que zapatos, carteras; y ropa de diseño. Según el anuncio del Gobierno nacional, esos camiones venderán cada día 10 mil kilos de asado a 10,50 pesos, carne picada a 6,92, vacío a 12,65 y entraña a 13,65 pesos el kilo. También se promocionó el bife ancho a 11,80, la carnaza a 7,65 y la cuadrada a 13,13 pesos. Todo esto es a confirmar, con improbable continuidad. La iniciativa surgió a partir de un acuerdo entre la Secretaría de Comercio Interior que dirige Guillermo Moreno y un grupo de empresarios frigoríficos que apoyan al kirchnerismo. Lo que habría que ver es el monto total del subsidio que tienen estos carniceros ante semejante pérdida, si se tiene en cuenta que hoy por hoy en Liniers el kilo vivo llega a promediar los diez pesos. Parece gracioso, pero los planes "Merluza para Todos", en la Semana Santa de 2010; y "Milanesas para Todos", a 21 pesos, jamás llegaron a tener difusión y alcance, ni siquiera en la Capital Federal o el Gran Buenos Aires, por lo tanto entre los subsidios y el marketing de programas inconclusos se gasta tiempo y dinero que podrían orientarse a políticas más efectivas y contundentes.
AHORA... LA TIERRA
LA OPINION lo adelantaba hace algunas semanas en una nota con el dirigente federado Pedro Peretti y ayer se confirmó que un proyecto sobre la normativa para evitar la creciente extranjerización de la tierra va a llegar al Congreso para su debate. Ayer la Jefa del Ejecutivo, hizo buen uso del luto extendido, al cumplirse medio año del fallecimiento de su esposo y aprovechó un acto en su salón favorito de la Casa Rosada para comunicar varios anuncios. En cadena nacional dijo que “el proyecto es muy sencillo, de pocos artículos, y tiene la intención de tener en dominio nacional la propiedad de la tierra”, señaló la Presidenta. Además, “tendrá una limitante de mil hectáreas para la tenencia extranjera, que luego deberá adecuarse a las diferentes zonas”. La presidenta admitió que en la Argentina “tenemos un profundo déficit de información sobre la propiedad de las tierras, sobre todo porque los registros son provinciales” y sostuvo que la ley contempla “un plazo de 180 días para hacer el catastro nacional”, por lo que espera que sea tratada con “mucha celeridad”. En lo que se vuelve a traducir ese profundo déficit es en su conocimiento sobre el sector agropecuario, ya que en el mal aprendizaje del discurso dijo que se importan sembradoras, en lugar de aludir a lo correcto que sería que exportamos las mismas, en tanto, lo que hay que nivelar es la importación de cosechadoras, principalmente de Brasil. Esta suerte de decálogo seguramente quedará abierto para incluir en semanas venideras temas atinentes a materias pendientes y no bien terminadas para su presentación de lechería, así como de producción porcina.
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