La soja está cerrando una campaña con buenos rindes

En toda la región está bien avanzada la cosecha gruesa, con un balance positivo a nivel general.
Con una trilla iniciada a mediado de abril para la soja en los grupos más cortos, 4 y 5, tuvo en ese principio “excelentes rendimientos”, según analiza el Ing. Agr. Jorge Villar.
Sin embargo, el impulso tuvo cierto freno a medida que fue avanzando la cosecha de primera, con lo cual se “normalizaron los rendimientos”. Es así que el especialista del INTA Rafaela cita en un promedio de “33 a 34 quintales para la soja de primera, más normal que los primeros rendimientos que se dieron de cuatro mil kilos”, superándose en la región el promedio nacional que se ubica en los 28 quintales por hectárea.
“Partamos de la base que para la soja de primera, para nosotros, ha sido un muy buen año, bastante mejor que en otras regiones de la provincia de Santa Fe, particularmente hacia el este. Para la soja de segunda, que recién se cosecharon muy pocos lotes, se calcula que los rendimientos van a caer un poco, por la falta de lluvias durante los meses de febrero y marzo”. Este balance que se da, entre lo más promisorio del inicio y con un declive para la segunda fase, es pertinente recalcar que “esta es una buena campaña de soja, no es excepcional como lo fuera el año pasado, con el año Niño, pero tampoco es la temporada que se esperaba al principio de la campaña, pensando en un verano seco por ser un año afectado por La Niña, porque llovió, dándose condiciones de lluvia más benévolas de lo que suponíamos”. Por lo tanto, el Ing. Villar remarca que “dentro de todo es una campaña buena, con rendimientos buenos, al compararlos con los números históricos regionales”.

MAICES
Por su parte, el maíz viene con una definición concreta, ya que a principios de febrero el cultivo de primera había resultado con rindes malos, “porque le faltó mucha agua. El cultivo más castigado este año fue el maíz de siembra temprana, porque no llovió prácticamente entre octubre y noviembre. El agua recién llegó entre diciembre y enero; y eso lo demoró mucho”.
Pero en la zona, los maíces de segunda, que se implantan a mediados de diciembre aprovecharon toda el agua caída de enero y febrero. Si bien no arrancó la cosecha y se sabe que mucho de ese maíz se pica para forraje, “creo que va a ser un año excelente para maíces de segunda”, lo cual estabilizará un poco la campaña. Con un destino diferente y con áreas de cobertura menores, permitirán estos cultivos de segunda regular un poco el rendimiento.

AGUA Y
TIERRA

Las lluvias fueron más de las esperadas durante el verano. Hubo altas temperaturas, el agua cayó de forma espaciada pero sirvió para mejorar el espíritu de los productores.
“Llovió hace unos 15 días, fueron unos 40 milímetros, pero de forma muy errática” recuenta Villar que sabe que a nivel regional los registros llegaron a más por sectores, ayudando todos a humedecer un poco los perfiles que ya se alistan para una nueva fase productiva. 
Entre hoy y mañana se inicia una nueva evaluación del INTA sobre los terrenos, que se calcula que será positiva, ya que en el último relevamiento desarrollado hace unas tres semanas, antes del acumulado importante de agua, “teníamos terrenos que venían de la soja de primera con buenas reservas, normales; y los que vienen de la soja de segunda, que venía consumiendo humedad hasta los últimos días, hay pocas reservas, son críticas, es por eso que si no llueve en el invierno hay cultivos de trigo que se pueden complicar”.
Se necesita una nueva lluvia importante para tranquilizar el panorama de planificación de cultivos regionales, para asegurar los cultivos de invierno, creándose una reserva en los perfiles que será muy válida en tiempos de crecimiento del trigo, por ejemplo.
Se está preparando todo para iniciar la siembra a mediados de mayo, con mayor desempeño en los terrenos durante el mes de junio, partiendo de los ciclos intermedios-largos a los intermedios-cortos.
Es ineludible entender la incertidumbre que sigue reinando entre los productores, lo cual se traduce en la descripción que hace el Ing. Villar de lo que productores e incluso corredores atraviesan. 
“En este momento no hay reservas de semillas, hay muchas consultas sobre el trigo y también sus alternativas para producir en invierno, pero la situación está fría, porque todo depende de lo que suceda más adelante, teniendo en cuenta que se habla de una apertura de exportación que facilite el cierre comercial de la campaña pasada, teniendo en cuenta que hay mucha gente que aún tiene trigo”. Para este especialista también dependerá la apuesta al trigo en aumento “si se presenta un mayo con lluvias, lo que puede generar entusiasmo más allá de la situación comercial. De todos modos sería mejor que sucedan las dos cosas, mejores exportaciones y que llueve un poquito más para acomodar la campaña”.
Por lo tanto, la estimación actual que hace Villar para la región es que “la superficie de trigo va a ser igual o algo inferior a la que se obtuvo el año pasado”, con lo cual sin señales políticas efectivas, no va a haber mucha apuesta al cereal, que se puede cambiar por una soja de primera que asegura techos y pisos más altos de rendimiento, con más estabilidad para recuperar la inversión, pero perdiendo el aporte del trigo al mismo sistema productivo, en general.

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