En un año hay 3% menos de stock en el Departamento

En las últimas semanas finalizó la campaña de vacunación contra la aftosa que la Fundación Castellanos desarrolló en todo el Departamento, con un buen ritmo en el cumplimiento y cobertura efectiva. 
“Los resultados finales que arrojó la vacunación fueron de 553.505 cabezas en todo el departamento Castellanos, que es el área de influencia de la Fundación”, indicó Juan Invinkelried, representante de la Sociedad Rural de Rafaela en la entidad. “Si se lo compara con la campaña de marzo de 2010, porque la última vacunación de septiembre y octubre sólo incluyó a animales menores, la pasada fue de 572.946 animales, con un tres por ciento menos de cabezas que en la actualidad. Si se toma la vacunación de 2009, se demuestra que hay ahora un nueve por ciento menos de cabezas, ya que en ese momento se habían aplicado las dosis a 607.934 animales”.
De marzo de 2009 a marzo de 2011 hubo una baja de más de 50 mil cabezas en el total del departamento.
"A nivel nacional todavía no se saben bien los datos, pero va todo de la mano. Esto viene con una caída fuerte desde los años 2001 y 2002, cuando había 740 mil cabezas y hoy a casi diez años tenemos una 200 mil cabezas menos”, aportó Invinkelried, por lo cual hay que tener en cuenta que si se analizan los datos, se puede entender que cuando se hacen reclamos gremiales, por la manera de maltratar a la ganadería por parte del Gobierno Nacional, se demuestra que la crisis se ha desatado de tal manera que no se puede mantener, sino que siempre se presenta en baja.
“El entorno rural que tenía que crecer, como sucedió en Uruguay o en Brasil, acá cayó, nosotros fuimos para atrás en la ultima década y bajamos el numero de cabezas de forma drástica. En algunas zonas más, en otras menos, pero el resultado final es un stock menor de animales, teniendo en cuenta para Santa Fe la gran mortandad que se dio hasta el año pasado, que se reflejó más en el centro-norte”, por lo tanto, “en nuestro caso, lo que sucede es el desplazamiento de la ganadería y la lechería, a causa de la agricultura”.
Sumado a esto se da una situación de inestabilidad a partir de los precios, lo cual se entiende desde la base de la ley de la oferta y demanda, “la gente sigue consumiendo, al convertirse la carne en un producto escaso, ante una gran demanda, es eso lo que tracciona los precios”, sin embargo eso no garantiza una apuesta directa a la actividad. “El problema de los precios es que se pueden cambiar de hoy para mañana, pero el producir en sí depende del ciclo biológico que demora tres años; y quien dejó todo, ¿como hace para empezar de cero?. El ganadero que dejó, vendió todo, es el tambero el que reparte un poco más, pero el golpe fijo es para el criador, para el invernador”. Es así que Invinkelried se cuestiona, ¿que previsibilidad se tiene en este país en las cadenas productivas, como lo son la leche y la carne?”, lo cual queda absolutamente demostrado con la leche por ejemplo, que lo que se produce hoy no se sabe cuanto va a valer dentro de un mes cuando lleguen las liquidaciones. Entonces, con esa indefinición, “alguien que salió del sistema no va a volver a entrar porque ahora los precios son buenos”.

MODIFICACIONES
Los veterinarios privados podrán incorporarse en la próxima campaña al Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa y así vacunar contra la enfermedad. Los profesionales actuarán en la comercialización de la vacuna antiaftosa, su aplicación en campañas sistemáticas y como agentes de vigilancia epidemiológica, tal como alude la Resolución 368/2011, firmada el 9 de junio por el titular del Senasa, Jorge Amaya; y se aguarda su próxima publicación en el Boletín Oficial para que entre en vigencia.
Para Juan Invinkelried, “Senasa hizo algunos cambios, porque en ciertos puntos del país las fundaciones eran entes muy cerrados, que desde hace muchos años vacunan a los mismos grupos, con pocos técnicos o veterinarios. En el caso de la Fundación Castellanos, damos la posibilidad de vacunar a cualquier veterinario que tenga a su cargo un campo o un cliente dentro del departamento, se inscribe y puede vacunar, llegando a trabajar con unos 150 profesionales por campaña”.
El sistema que rige aquí dispone que la Fundación compra la vacuna en los laboratorios y la vende al mismo precio. “En el caso que algún veterinario quiera hacerlo, puede, pero tiene que comprarla, pero la recibe la fundación, la viene a buscar y la puede aplicar. Cuando esto se difunda más, no van a ser muchos los que quieran cambiar la modalidad de ahora, porque se van a tener que hacer cargo de cobrar la vacuna, los honorarios e incluir el pago a la fundación de la cadena de frío”, explicó.
Es así que con todo auditado por la Fundación, “estimo que no va a haber grandes cambios, pero de todos modos ya vamos a convocar a charlas para veterinarios para poder dar toda la información”, concluyó Invinkelried.

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