La lechería, con más oportunidad que crisis

CORDOBA (Enviada especial - Elida Thiery). - La lechería es tan compleja en su entramado como atractiva para conocerla. Ese es uno de los secretos que hacen que después de diez años de haberse iniciado como una emprendimiento pequeño en la localidad de Canals, Córdoba, hoywww.lecherialatina.com.ar sea el portal más consultado del sector, tanto en lo comercial, como incluso en sus foros de debate. Fue que en honor a la década se organizó en la ciudad de Córdoba, en el auditorio A del Holiday Inn, un evento que reunió a toda la representación del sector lechero, desde la producción y la industria, hasta el Gobierno, sin presencia de la comercialización, por una preferencia de ese eslabón.
Damian Morais, el encargado de contenidos de la web que encabeza Alejandro Maurino consignó en la apertura la intención de mostrar ayer “todas las miradas de la lechería”, con lo cual se pretendió dar un “puntapié para una cadena más unida, más cercana”.
Si bien las disertaciones fueron muy ricas, quedó demostrado que todos hablan de lo mismo, pero no todos hablan igual. 

PRODUCTORES
Néstor Eduardo Roulet, titular de Cartez, integrante de CRA y candidato a vicegobernador por el radicalismo en Córdoba, mostró que hay en producción 1.175.000 vacas, con alta reposición al 30 por ciento, pero con menos madres hoy que en 2003.
Argentina tiene un potencial de crecimiento del seis por ciento para la lechería, con un cálculo de hasta 11.490.995.000, sin embargo no está dado el despegue, a pesar de todos los pronósticos de expansión de los mercados. Es por eso que su idea para el sector es apostar a la adaptación, pero para eso los 11 mil tamberos que hay en el país tienen que entender que “la escala es importante, pero lo más importante es tener una política lechera, de Estado. No es imposible la lechería de 18 mil millones de litros, pero hay que tener la defensa del interior productivo. Hay que trabajar unidos”.
Otra voz tambera, de la vereda más oficialista estuvo repartida entre Juan Melchor Trossero de la Cámara de Productores de Leche de Córdoba; y Ricardo Garnero, de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe.
El planteo que hicieron es el de una lechería con control, no libre, lo cual atenta un poco contra el crecimiento a través de las decisiones individuales de los tamberos, siempre sentándose sobre la idea de una ley de lechería, que estuvo en el Congreso, pero cuya idea eje no ampliaba el criterio a todas las miradas del sector y por eso no prosperó. Plantean la necesidad de un marco regulatorio, para acordar precios y volúmenes y así trabajar con un mercado interno planificado, que deje a los excedentes para exportación, que es lo que sucede hoy, pero con esta teoría más estricta consideran que el negocio se puede hacer más previsible. Sostienen que hoy “el precio no es de 1,80, pero puede estar en 1,60”, citando a la colocación de productos como el mayor problema de esta cuestión en tiempos de sobreoferta.
Eduardo García Maritano, de Plassaco, planteó por su parte el desafío de lograr una comercialización justa, para dar igualdad de oportunidades.
"No podemos hablar de una cadena integrada si la transacción no está alineada y el funcionamiento se da por eslabón y no como cadena”, sostiene al recordar que la venta, consignación o como se llame a la entrega de la leche a las industrias no tiene marco, se necesita tener un bien transable definido para generar precio cierto, que a su vez sea arbitrable. Para esto no hace falta una nueva norma, sino el cumplimiento de otras leyes, del Código Civil, Código Alimentario, que en definitiva ejercitan el rol activo del Estado a través del cumplimiento de estos elementos. Un poco de eso es lo que se logró en Santa Fe con la leche de referencia, el detalle de la composición, pero aún resta mucho sobre los laboratorios arbitrales, la liquidación única, para ponerle reglas a la transferencia de materia prima de alto valor. “Hay que llegar a un mercado lácteo institucionalizado, porque eso genera mercado, muestra precio y permite tomar decisiones. De ahí la necesidad de una comercialización justa de la leche”, porque la “lechería sigue en discusión, pero todos los días seguimos vendiendo”.
Finalmente José Di Nucci, titular de la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de Buenos Aires, propuso ponerse en el lugar del otro para iniciar el diálogo, reconociendo que “los tamberos somos débiles” y es por esto que “necesitamos una única entidad, pero para solucionar problemas”, para la cual se debe tener un sistema de renovación democrático de autoridades, para no poner nunca a la organización al servicio de otro proyecto. 

INDUSTRIALES
Fue Ercole Felippa, presidente de la cooperativa Manfrey, de la Unión Industrial de Córdoba; y también productor quien soportó uno de los dos momentos tensos de la jornada, a cargo de dos tamberos oficialistas.
Luego de presentar los detalles de la necesidad de un marco institucional para adecuar la cadena, teniendo en cuenta que para 2010 el sector podría expandirse un diez por ciento, para lo cual se precisa mayor capacidad de proceso, luego de cinco años con pocas inversiones industriales, hay que sumar proceso para tres millones de litros de leche por día, con 300 millones de dólares volcados a plantas, pero para eso una política estable es clave; y así generar una visión estratégica, desatomizando a la industria en el mercado local, competitividad, apuesta a los recursos humanos, diversificación del negocio, para aprovechar todas las oportunidades que da el mercado internacional.
"Hay que mejorar competitividad a través de reintegros a las exportaciones, para que el país no se convierta en exportador de impuestos, sobre todo en quesos”, es por eso que el Estado tiene que dar un marco, pero con intervenciones controladas.
Fue allí que Alejandro Leveratto de Caprolec, lo increpó para que presente un proyecto de ley de lechería, alterando el ritmo de toda la jornada y derivando la exposición en lo que terminó siendo una buena y coherente defensa de la industria, con ataques poco argumentados.
Breve pero concreta fue la exposición de Pilacor, una entidad que trabaja desde 2003 con el diez por ciento de las PyMEs cordobesas. El pedido directo al Gobierno nacional fue de políticas activas de inclusión, apoyo de reposicionamiento en el mercado, por la exclusión de los más débiles de un negocio amplísimo.
Presentando cifras industriales, Javier Baudino de Apymel Córdoba y Pablo Villano de la entidad nacional, fueron los que mejor soportaron una puesta en escena triste de Juan Melchor Trossero.
Apymel reconoce la precariedad de estas firmas a la hora de afrontar los pagos de la leche, es el encasillamiento en la producción de quesos, bastante estancada y con poca tecnificación la que hace que de 182 empresas en todo el país, sólo cuatro exporten. Este fue el dato que generó en el tambero cordobés un cuestionamiento irrespetuoso, que lo cerró con un aplauso solitario, levantándose de su silla en el auditorio y corriéndose hacia el fondo, casi como si fuera una escena de telenovela. Extraño pero real, no terminó lo que Baudino auguró para el corto plazo, “tenemos que cambiar nuestro sistema comercial para salir a buscar negocios al mundo, porque hoy no estamos preparados”, ya que por ejemplo, un queso cremoso que se tiene que vender a 16 pesos para poder descartar volumen, le da a la PyME en góndola una participación del 13 por ciento del precio total de 26 pesos. Esta precariedad en la comercialización, es la que hace que las PyMEs sean débiles a la hora de salir a pelear mercados y condiciones, trabajando de manera constante con márgenes extremadamente bajos.
Hoy por hoy una PyME que procesa 16 mil litros por día, tiene pérdidas del diez por ciento mensuales sobre un nivel de gasto que supera el millón de pesos, por lo cual son estas pequeñas y medianas empresas, las que procesan casi el 30 por ciento de la leche nacional las que empiezan a buscar alternativas de mejora en el comercio, mercado y negocio lechero.
A su tiempo y ya clausurando la mirada industrial, el titular del CIL, Miguel Paulón, sostuvo que “no sólo hay que fortalecer los mercados vigentes, sino hay que adaptar a los nuevos requerimientos mundiales, que no terminan en el queso”.
Desde las grandes industrias se propone una articulación positiva para llegar a mejores soluciones en el corto plazo. “Estamos en un ciclo verdaderamente positivo en la lechería. Aunque tengamos que resignar algún nivel de rentabilidad, vamos a seguir creciendo”, reconoció y animó así a todos los presentes a seguir avanzando en la tarea lechera, desde todos los rincones.

PARA TODOS
Luego de la presentación de datos que Roberto Socín mostró como panorama oficial lechero, Jorge Videla, el subsecretario de Lechería de la Nación apuntó que “hay que dejar en claro que no estamos en una crisis ni en un escenario apocalíptico”, si bien hay un reacomodamiento de todos los eslabones de la cadena láctea, es por eso que invitó a “priorizar la mesa de negociación que él encabeza, sobre la cual sostiene una “visión integral de todos los sectores”.
Será el momento de presentar pistas claras para que todos se queden en el negocio, para que apuesten e inviertan en el crecimiento; y a la vez, para que dejen crecer la oportunidad, para que la hagan tan grande como tenga que ser a la lechería que tiene en el campo argentino el terreno más fiel posible, en las manos de los tamberos la oportunidad que combinada con las estrategias de la industria, pueden hacer ineludible este progreso dispuesto por el ritmo internacional y el sostenimiento del mercado local.

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