Tiempo de respuestas para la lechería nacional

Dos semanas para exponer a la sociedad la dispersión de precios entre los tambos y las góndolas; y para que el Gobierno de soluciones a la caída de precios en las liquidaciones.


Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - Parece un cuento reiterado, pero el martes la Sociedad Rural de San Francisco volvió a ser el escenario de un efervescente reclamo tambero. Así como en 2002, para superar la mayor crisis, o en diciembre de 2007, antes que se repartan a los dirigentes entre kirchneristas y no, el martes unos mil productores volvieron a darse cita para iniciar un camino de lucha activa y medida, contra la baja de los precios.
Lo que se definió quedó plasmado en un documento, bien puntualizado. 1- Comenzar con una serie de acciones permanentes por una lechería con más tamberos. 2- Realizar una campaña nacional de esclarecimiento sobre el precio que cobra el productor y lo que paga el consumidor final. 3- Solicitar una audiencia inmediata a los Ministros de Agricultura y Economía de la Nación. 4- Para el caso hipotético que tuviese que llegarse a la no comercialización de la leche se invitará a la adhesión del sector agropecuario en general. 5- Convocar a una nueva asamblea en la Sociedad Rural de San Francisco próximamente para el caso que continúe la situación de emergencia que vive el sector. 6- Profundizar acciones en todos los niveles endureciendo las medidas tendientes a lograr un precio justo para la leche. 7- La asamblea declara por unanimidad que la Mesa Nacional de Productores de Leche sea la coordinadora de las acciones a seguir en el futuro.
Lo que se tiene que entender de esto es que la jornada nacional de concientización para el consumo, será dispuesta por la MNPL, así como la nueva fecha de asamblea, que se dará antes de las internas nacionales.
La necesidad de respuesta de los tamberos no tiene sólo que ver con un tiempo electoral, sino con el adelantamiento de la baja de precios, que llegó a fin del otoño, en vez de ser tema clásico de la primavera.
Esta crisis, a diferencia de las anteriores descubre a una Argentina con grandes posibilidades de salir a vender leche al exterior, pero con un listado largo de trabas impuestas por el Gobierno en el otorgamiento de los permisos, que sólo se aligeró cuando la situación crítica ya estaba encima y el desagotar grandes stocks de productos generaron un apiñamiento, difícil de aligerar. También demuestra que después de tanta exigencia para que los tamberos produzcan más, las mismas industrias hoy por hoy están colapsadas en capacidad de proceso, lo que se ata a una falta de apuesta en inversiones que tiene mucho que ver con los vaivenes económicos y la inestabilidad política nacional.
Sin un ordenamiento, el que produce más y mejor hoy no tiene todo el reconocimiento que debiera tener. Los tamberos aún no pueden percibir las ventajas de mejorar en cantidad y calidad como correspondería y es esa una de las materias pendientes de la industria, el gobierno, e incluso de la producción, que de haber conseguido una Ley de Lechería consensuada hace dos años; y no tendenciosa como se había articulado, actualmente esta crisis se podría manejar de una manera más llevadera.
Son también los productores los que deberán comenzar a trabajar más eficientemente en la relación costo y pago de la materia prima, para aligerar estas tensiones que hoy por hoy acogotan a muchos, a pesar de lo que el mismísimo Subsecretario de Lechería pretenda difundir.
Quizá la asamblea del martes debiera haber fijado un precio sostén, pero sin embargo se optó por una alternativa más abierta, con la esperanza de conseguir ser escuchados por los ministros que son responsables del sector, como lo es en Economía y Agricultura. Son pocas las esperanzas en este sentido, pero el campo vuelve a demostrar que dar nuevas oportunidades no está de más.
Se pone en juego la responsabilidad de la función pública, porque pareciera que el Gobierno nacional se cree dueño de los cargos y no le corresponde responder ante quienes representa y es eso lo que se está dejando a la vista con los desoídos reclamos.

CONDICIONES
Actualmente el precio promedio de los tambos en todas las cuencas ronda los 1,50 pesos, mientras que hace un año, a pesar de tener más de 30 puntos porcentuales de inflación ese mismo cociente estaba en 1,40. ¿Por qué no hay un ajuste correspondiente?, sencillo, porque los aumentos que autoriza Guillermo Moreno siempre apuntan a las industrias y a la comercialización; y es ahí donde se escapan las ganancias que nunca llegan al inicio de la cadena y van relegando a la producción a un desprendimiento. Pero este reclamo que bulle en el campo tiene que ver con un fuerte cuestionamiento a la falta de revisión de ese segmento lácteo. Los tamberos le están diciendo, con su convicción de seguir haciendo leche, basta a la desigualdad; y es por eso que una vez más se apostarán en las ciudades para mostrar cómo es que ellos producen a 1,50 y la leche en las góndolas o en los almacenes no se consigue por menos de 4,50.
Las industrias son conscientes que también están del lado de los que menos ganan ante el comparativo con la comercialización, pero son los tamberos los más perjudicados y los que ponen un plazo de dos semanas para encontrar alguna respuesta posible del Estado, que es el responsable de mediar en estos temas, antes de endurecer las protestas.
Este deterioro no está sólo en los tambos, también la carne, el trigo, el algodón, los cerdos (ver pág. 6) y muchos otros segmentos productivos más sienten un agobio que puede terminar en una protesta generalizada nacional.
La preocupación por un resultado electoral adverso fue lo que determinó una mínima liberación de la cuotificación del trigo, puede ser que este resurgimiento de la fuerza del campo permita que desde la Nación se de lugar a mejoras en las alternativas productivas, a un sinceramiento de las actividades, con derechos y obligaciones, pero sin seguir tendiendo a la contradicción de discursos. 
Hoy los tamberos se pusieron de pie para volver a ser vistos y escuchados, ya sin pedir por la unidad representativa, saben hacia donde marchan y es por eso que su avance está lejos de ser detenido con anuncios al aire, con excusas vacías.

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