El campo se fortalece “por la unidad de los productores”

El presidente de Coninagro, Carlos Garetto, estuvo ayer en Rafaela y repasó la realidad agropecuaria en el contexto socio-político. Sin rupturas en la Comisión de Enlace, remarcó que en el país hay muchas posibilidades para crecer y “no está en riesgo la seguridad alimentaria”.


Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - Entre los días miércoles y jueves, se desarrolló un seminario de formación cooperativa para jóvenes, organizada por Uncoga, con el apoyo de Coninagro en el salón de eventos del Hotel Campoalegre. Pasado el mediodía de ayer, Carlos Garetto, titular de la entidad ruralista, acompañó en el acto de clausura al presidente del frigorífico, Roberto Trossero.
“Ha sido una permanente preocupación de Coninagro la manera en la que vamos formando nuestros propios cuadros, las estructuras y en esta oportunidad con los jóvenes, que es un desafío que tenemos para adelante, para que vayan tomando conocimiento y capacidades en los ámbitos donde están las decisiones, donde el sector y el cooperativismo está inserto”, señaló el dirigente cordobés. Al mismo tiempo, sostuvo que “sin duda está planteada hacia el futuro la posibilidad que el país siga creciendo y nosotros queremos ser parte de ese crecimiento, que esté consolidado con más desarrollo, con más equidad, recuperando la capacidad productiva, integrar las cadenas con más equidad, tanto en ganadería, agricultura y las propias economías regionales, teniendo en cuenta los ciclos biológicos que van más allá de cualquier gobierno de turno”, es por eso que la representación gremial considera que “tenemos que estar preparados para debatir las políticas y los productores, junto al que país necesitan”.
La nueva dirigencia que se forma actualmente tiene el legado de seguir avanzando en una mejora sectorial, en lo que el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada considera como “una etapa post conflicto”, ya que después de 2008, “el campo ha dejado al sector en un escenario ubicado en el centro de la escena pública y también ha marcado un quiebre en su necesidad de participar en los espacios de decisión, más allá de las diferencias y las coincidencias que haya dentro de las entidades y con el gobierno de turno, pero hay que terminar de resolver los problemas que también tienen los argentinos”. Carlos Garetto sostiene que “al campo hay que posicionarlo en ese ámbito; y desde el movimiento cooperativo, con una larga trayectoria y un lineamiento integrador solidario, tenemos que tratar de contribuir en este espacio, para que ese desarrollo se dé no sólo en lo económico como en lo social”.
En estas jornadas participaron jóvenes de cooperativas de Paraguay, lo cual sirvió para compartir experiencias y en el intercambio seguir apuntalando la propia identidad, “como una expresión de la propia filosofía que tenemos los cooperativistas con una propia concepción de vida, posicionándose en el interior del país, integrando cadenas de valor, formando tejidos de contención social, porque cada cooperativa es una unidad democrática, participativa, de contribución al desarrollo local. La apuesta a la juventud dirigencial en las cooperativas tiende a generar una progresión y crecimiento del sector y de cada unidad, enfrentando todo tipo de circunstancias futuras.

DE ADENTRO
PARA AFUERA
El ordenamiento de las entidades responde a las necesidades de sus integrantes, pero también está ligado al escenario político que se plantea hacia adelante. “La sociedad argentina se ha expresado mayoritariamente hacia un modelo con el cual nosotros tenemos algunas diferencias, no muchas, pero importantes en lo estructural, que hacen a una consolidación de más crecimiento con más productores y con más equidad, que también hacen a los objetivos que están planteados en el Plan Estratégico Agroalimentario, para que lo dotemos de las herramientas, instrumentos y expectativas, para que se puedan alcanzar”. Esta situación necesita de un acuerdo que excede al campo y al Gobierno, alcanzando a la oposición. “Hay que lograr consensos para alcanzar políticas de estado, políticas públicas, que realmente nos posicionen con reglas a largo plazo, claras, pensando en una primera etapa en los que menos tienen, para tener un equilibrio social más justo. Hay que revalorizar el rol del Estado en su función reguladora, fiscalizadora, pero que no sea un competidor en el ámbito de la producción y del trabajo, sino que sea un orientador de la actividad social y económica del país".
Mucho se dijo en los últimos meses sobre la continuidad de la Comisión de Enlace, a al cual siempre se la intentó quebrar, sigue en su camino. “Tenemos un soporte muy importante que son los propios productores, la Comisión de Enlace está fortalecida por la unidad de los productores, no por las decisiones de un presidente de alguna entidad en particular, lo cual hace que con las historias distintas de cada una de las cuatro instituciones, las estructuras diversas, las producciones diversas, hace que haya muchos temas comunes y vamos a seguir trabajando como lo hicimos desde hace 50 años, no sólo durante lo que fue el conflicto”, aseguró el titular de una de las cuatro organizaciones que conforman esta unidad agropecuaria.
Lo que Garetto asume es el constante desafío que se le presenta a la dirigencia, “hay que estar preparados para salir de la etapa de protesta y posicionarnos en los ámbitos de negociación, con las fortalezas que el sector ha sabido adquirir y cómo convivir con el resto de los actores económicos y sociales, atendiendo lo importante y planteando las perspectivas a largo plazo”. No hay dudas que la suma de fuerzas rurales “vino para quedarse”. “Si en algún momento las decisiones pasan por un ángulo diametralmente opuesto a lo que el sector está reclamando, con justicia, con autenticidad, la protesta siempre va a ser una herramienta a la cual no queremos volver, pero que siempre está presente. Pero también hemos aprendido, como la sociedad argentina, a vivir en un país con más diálogo, con más acuerdo, con más respeto, valorando las minorías, respetando el federalismo y las instituciones”, enalteciendo el respeto por la ideas y el debate de las propuestas.

DISTRIBUCION
EQUITATIVA
Básicamente, Garetto advierte que “lo importante es lograr consensos, porque el beneficio de un sector, en detrimento de otro, termina generando conflicto y si el Gobierno no lo puede resolver, esto desestabiliza; y la sociedad argentina ha madurado en este sentido”.
El campo no perdió vigencia, sigue siendo el eje de la economía y más allá de los tironeos permanece firme. “Las posibilidades de producir alimentos para el mundo y abastecer la mesa de los argentinos, son inmensas. Acá no está en peligro la seguridad alimentaria, porque generar más producción implica una primera etapa en la que se de mayor productividad que resulte en mayor empleo, más actividad económica; y a través del salario digno se da la mejor forma de distribuir la riqueza”. Su llamado es a entender un concepto básico, hoy girado que sigue manifestando vulnerabilidad dentro de la sociedad, porque “en el país de la carne, la leche y el pan, no puede haber gente que pase hambre. Hay entonces una responsabilidad en las dirigencias en todos los órdenes por lo que pasa esto”, es así que un crecimiento determina un incremento de recursos que le brinden al Gobierno más recursos para ofrecer mejor educación, salud, seguridad, más viviendas y la infraestructura que consolide más equitativamente la expansión que la Argentina sigue aguardando.

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