Tiempo de acercamiento y también de silencios


A POCAS HORAS DE LOS COMICIOS, EL CAMPO SIGUE ESPERANDO RESPUESTAS A SUS PUNTOS CLAVE

El lunes y después de haber pospuesto su visita por motivos familiares, la Presidenta estuvo en la sede capitalina de Coninagro, en un encuentro que desde el Gobierno se lee como un triunfo y desde el campo como un acercamiento.
Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - 
No es que con haber tendido una mano la Comisión de Enlace se desarticula, como tantas veces se especuló y nunca se vio, sino que con este encuentro el sector agropecuario intenta demostrar una suerte de tregua real con el Gobierno para empezar a conectarse por el bien mutuo.
La merma en las cotizaciones de la soja, el menor ingreso impositivo que tendrán las arcas nacionales pueden haber sido un motivo valedero para que la señora vaya a cumplir con este encuentro protocolar. Sin embargo, mucha cordialidad en la charla, un reclamo recibido por la consabida imposibilidad de comercializar el trigo, pero ninguna respuesta.
Sobre esto se puede repasar el acontecer campo-Gobierno de los últimos meses, incluso desde antes de las elecciones primarias, a partir de cuando el Ejecutivo realmente se armó de fuerza para avanzar hasta este domingo, cuando las urnas definan el camino para los próximos cuatro años, o al menos para los inmediatos dos, cuando ocurran las elecciones legislativas que pueden o no tener un sentido diverso a las presidenciales, como sucedió entre 2007 y 2009, cuando el campo tuvo mucho que ver. Lo cierto es que el Gobierno no tomó ni una sola decisión favorable para el campo en este tiempo. No hubo respuestas a los grandes interrogantes del sector que se vienen arrastrando desde hace demasiados años y es por eso que no se termina de comprender la condescendencia de algunos dirigentes de menor rango, que los de las cuatro entidades madres.
Salvo el anuncio de la liquidación única para los tamberos, que aún no tiene miras de poder comenzarse por la falta de herramientas impositivas, no hubo otro anuncio. Sin embargo el Gobierno ganó en silencios, en esperas, en una merma en las críticas que sirven y dan lugar a los comunicados diarios del Ministerio de Agricultura en los que Julián Domínguez se luce con las bondades del trabajo agropecuario.
El Plan Estratégico Agroalimentario fue presentado pero más allá de objetivos conocidos por el trabajo de varias cadenas sectoriales de manera previa, no se conocen los modos para poder llegar a cumplirlos a 2020.
Hay inseguridades a futuro que se suplen actualmente con la seguridad de tender a seguir por un mismo camino, pero que sin embargo no garantizan los resultados que muchos imaginan.
Son muchos los que se abstienen de mencionar opiniones que hasta hace unos meses expresaban gentilmente, quizá son muchos los sectores que ataron su futuro a promesas de actores del Gobierno, las cuáles solo en la práctica demostrarán comprobación.
Los que quedaron en el mismo lugar de siempre, desde donde venían dando su lucha, esperarán que algunos vuelvan o que se retiren definitivamente, sin embargo para ninguno la esperanza de una mejora general está perdida, todos quieren que de alguna manera las ideas desencontradas se destraben y finalmente se pueda hablar en grande de un país que tiene herramientas propias, oportunidades para aprovechar, pero muchos preconceptos por vencer para lograrlo.
Que este domingo se vote libremente, que no haya quien se tenga que arrepentir, aunque sea en su intimidad con la decisión que tome ante la urna; y que tanto el campo, como la industria, el comercio y los servicios puedan definitivamente andar por caminos sólidos y confiables, sea el resultado que se encuentre.

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