El norte intenta con la agricultura, pero con una ganadería que sufre

Desde la Agencia de Extensión del INTA en Tostado, un repaso por la producción del Departamento Nueve de Julio.


No es menor que el Ministro de Agricultura haya viajado el lunes hasta Villa Minetti a entregar cinco millones de pesos; y no haya visto ni un lote de lo que la sequía significa, porque eso impide que entienda realmente cuál es el impacto, tanto en la misma naturaleza, como en los productores y el desarrollo de los pueblos.
En definitiva, la sequía de varios meses en el norte provincial es un tema que golpea de manera intensa a la producción; y más allá de las lluvias de los últimos días, la reverberancia en la ganadería tendrá una intensidad mucho más larga que una campaña.
María Inés Parodi, la encargada de la Agencia de Extensión Tostado del INTA, realizó un repaso de la realidad productiva en el departamento Nueve de Julio, para entender el desempeño y las perspectivas próximas.
“El girasol ya se está cosechando, es el único cultivo que en la región anduvo bien, porque se le dieron las lluvias en los momentos adecuados. No hay muchas hectáreas sembradas, sin embargo, porque los productores tienen mucho temor con la plaga de la paloma, que está causando importantes daños. Si los productores no invierten en los cuidados que amerita el cultivo, e incluso agilizar la cosecha, las palomas se llevan buena parte”, apuntó en diálogo con LA OPINION, poniendo de relieve que a pesar de la ventaja de desarrollo, existió una amenaza más allá de la falta de agua, que dañó el rendimiento.
“El resto de los cultivos se presenta con el sorgo muy castigado, un algodón muy sufrido y poca soja sembrada previo a la lluvia, que no llegaba al 30 por ciento de la superficie acostumbrada”. En tanto, con la llegada de dos caídas de agua importantes entre el viernes y el lunes, se retomaron las labores para alcanzar los ciclos de segunda, sin embargo “ya se anuncian heladas tempranas, lo que trae un riesgo grande”.
El repaso por los maíces, da el mismo resultado que en el resto de la Provincia y la zona núcleo, aunque con más intensidad. “Granaron una cuarta parte de la mazorca, fue uno de los cultivos más sufridos, porque es uno de los cultivos que más precisión merece de lluvia”. 
Los que si mostraron cierta recuperación fueron los sorgos, que luego de las últimas precipitaciones rebrotaron. “De cualquier manera los rindes no van a ser buenos”, aseguró a LA OPINION.
“Después de las precipitaciones mucha gente se volcó a la soja de segunda y también algunos sorgos”.
Lo que la Ing. Parodi remarca es que si bien el algodón es el cultivo más sufrido, aguantando las altas temperaturas habitualmente, la falta de humedad los hizo florecer muy petizos y ya se entiende que el rendimiento no va a ser el esperado.
Pero la lluvia tiene su impacto directo en la gente, más allá de lo que pase en la tierra. “Lo que el agua hizo fue cambiar el ánimo de la gente”. Fueron unos cien milímetros promedio en el acumulado, sin embargo en los alrededores de Tostado la piedra afectó mucho algunos lotes.
Se destaca que aunque los cultivos no den bien en cuanto a granos, se los puede utilizar para el forraje ganadero, lo cual es una alternativa posible.

DIFICULTAD
En cuanto a la ganadería, es muy complejo el cuadro. A los pastos el agua les aportó un poco de humedad, sin embargo el problema más grave no se elude. “Con estas lluvias no se hace absolutamente nada, porque es imposible recargar los acuíferos, aunque ayudó a quienes tienen instalado en el campo algún sistema de captación de agua, alguna represa”. Es ineludible la continuidad del transporte de agua diario para abastecer las necesidades de los animales.
“Previamente a las lluvias los productores habían empezado a sacar muchas cabezas del Departamento, en la medida que podían; pero fueron muchos los que ya estuvieron vendiendo animales, por no poder afrontar el costo económico de los traslados de agua”.
La especialista entiende que “con el dinero que llegó de la Nación se va a subsidiar una parte del transporte, pero de cualquier manera es un parche, no es una solución definitiva y el productor va a tener que seguir aportando; y pensar en comenzar a invertir en infraestructura para tener agua”.
El norte tiene una historia de sequías, pero también de gran productividad y empuje, sin embargo a partir de 2009 las pérdidas fueron muchas. Sólo algunos entendieron que al crecer el precio del ganado se daba la oportunidad de invertir en aguadas, en sistemas de reserva que el INTA aconseja para esa zona. “La gente está empezando a concientizarse, están preguntándonos mucho para entender la temática, sin embargo ya se dejaron atrás las ideas de represas que en 2008 no tuvieron éxito”.
La Ing. Parodi habla de “un tema de conciencia”. “Al rellenar una represa se pueden mejorar los acuíferos, es una inversión para siempre en ese campo. Se permite trabajar con la mezcla de agua, entre el agua dulce de lluvia y la más salina de las napas, que le permita a los animales el consumo”, quienes pudieron cumplir con esto no tuvieron que pedir agua por transporte.
Mientras se espera una regularidad en el régimen de lluvias, que permitan hacer subir los niveles de napas, sabiendo que de los 1.200 que se precisan en 2011 el acumulado en Tostado fue de 805 milímetros, teniendo una proyección de años secos, se debe apostar a seguir invirtiendo en captación y cosecha de agua, para que se pueda apuntalar a la producción, sobre todo ganadera.

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