Salvo para el maíz, la lluvia fue un bálsamo en la zona

Un repaso por el estado de los cultivos en la región, luego de la llegada de las precipitaciones de las últimas horas. Buenas expectativas para sorgo y soja, con disparidad según ciclos y fechas de siembra, menos para el maíz de primera, que puede encontrar una oportunidad en la siembra de segunda, en esos mismos lotes.


Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - En la ciudad el Radio Club Rafaela registró 44 milímetros caídos entre el final del día martes y toda la madrugada del miércoles. Las lluvias se hicieron más consistentes en el campo, con un registro de hasta 68 milímetros en uno de los tambos del INTA Rafaela. La región aprovechó una caída constante de agua que rondó entre 40 y 80 milímetros, para cortar una fase seca que preocupaba además de este entorno, a toda la zona núcleo nacional, donde ayer se percibió el alivio productivo, por más que un buen registro no resuelva las pérdidas que se dieron hasta el momento, o no quite de todo el temor a esta "Niña" tirana que hizo padecer a cultivos y animales, con días de temperaturas extremas incluidos.
Precipitaciones superiores a los pronósticos son las que abren la posibilidad de mejorar la perspectiva de humedad en el suelo en lo que resta del verano.
El Ing. Oscar Keller, uno de los profesionales del INTA Rafaela que se desempeña en el Departamento Castellanos, brindó a LA OPINION un análisis exhaustivo del estado de los cultivos al momento y su perspectiva luego de las precipitaciones que aliviaron las necesidades. Una mirada extensible a los distritos lindantes de Las Colonias, San Martín, San Jerónimo, e incluso el departamento cordobés de San Justo, en el este de esa provincia permite entender una situación de ajuste, pero no de crisis terminal en lo productivo.
Lejos de las pérdidas de hace tres años, el agua permite ahora retomar la expectativa de producción en lo que resta de la campaña.
“El panorama agropecuario es consecuencia de los dos grandes fenómenos que estamos sufriendo hace más de treinta días en la región. Uno es la falta de precipitaciones, luego de menos de 20 milímetros de diciembre, que es un 15 por ciento de lo que debería haber caído, a lo que se sumó que hasta ayer no hemos recibido más agua, que con la ola de calor entre fines de diciembre y esta semana, con récords de temperaturas y sensaciones térmicas cercanas a las 50 grados, esto nos da la pauta de lo que estuvo pasando en el campo”.
Separando la situación ganadera, que es la más cruel en el norte, la mirada se afianza en el centro-oeste santafesino, donde los tres grandes cultivos de la región, que son en cereales maíz y sorgo; y en oleaginosas la soja, que ocupa una gran parte del territorio, tienen situaciones diferenciadas de acuerdo a la falta de precipitaciones que con lo recientemente acaecido, "ha apagado los fenómenos más recientes de la región". 

MAIZ

Las pérdidas más notorias se dan en el maíz. "Lamentablemente a la cosecha de maíz le podemos poner ya, prácticamente un guión de fracaso, lejos de aspirar a rendimientos que puedan llegar a cubrir los costos que los productores asumieron". 
Keller recuerda que "se partió muy bien con el maíz, porque en octubre y noviembre habíamos recibido una cantidad de precipitaciones interesantes, incluso por encima de los promedios históricos. Eso le permitió al maíz un desarrollo de planta de normal a bueno, con alturas de un poco más de dos metros. Pero llegado el momento reproductivo, cuando empieza a mandar la panoja, la parte masculina, superior de la planta, para fecundar la parte femenina y formar el grano, se encontró con todo este fenómeno. El maíz en ese sentido es muy susceptible. Así como tuvo un muy buen comienzo, cuando en el estado reproductivo le está faltando algo de lo que necesita, pasa plenamente la factura, entonces hay muchos marlos que no están formándose".
Es por esto que "todos los cultivos que hemos revisado en estos últimos diez días, son de rendimientos potenciales que van de los dos mil a los 2.500 kilos por hectárea".
Existe entonces la alternativa de darle otro destino a esos lotes, dejándolos para el consumo animal, aún con la poca calidad de producto se puede picar la planta entera con parte de las hojas secas. Se presenta una situación de irregularidad, “hemos hecho mediciones de plantas enteras picadas, que estaban con muy poca materia seca y húmedas. Esto genera dos problemas, estamos embutiendo agua, pagando un costo que no sirve para nada; y por otro lado tenemos un material muy ´aguachento´, con un proceso de fermentación que no es el adecuado, con lo cual se da una calidad de producto muy baja”. Por esto es que los productores tienen que seguir esperando que se seque un poco más el maíz para poder mandarlo al silo, o si no cosecharlo y que termine dando el rinde que tenga que ser.
Sembrado entre septiembre y principios de octubre, "los maíces más fracasados, los que tienen un destino para ser picados, en muchos casos permitirán hacer un segundo intento con maíces de segunda, teniendo en cuenta una buena humedad actual, sumada a los buenos pronósticos que hay de aquí en adelante, permiten hacer un segundo cultivo, como se ha hecho en otras ocasiones". El consejo es aceptable, "se puede sembrar hasta fin de mes, habiendo tenido en casos similares rendimientos muy interesantes de ocho a diez mil kilos por hectárea en siembras de fines de enero", aseguró el Ing. Keller.

SORGOEl sorgo en nuestra región tiene una situación intermedia. "Si bien está sufriendo las consecuencias de todo este fenómeno meteorológico, todavía está en condiciones de poder recuperarse con estas lluvias, por dos razones, porque se siembra más tarde que el maíz, entre fines de octubre y principios de noviembre; y por lo tanto son plantas más chicas, todavía en estado vegetativo, sin demasiado requerimiento nutricional y de agua, entonces se encontró en mejores situaciones para enfrentar esta situación". Lo que el especialista comenta es que con estas precipitaciones recién va a empezar a sacar panoja y se supone que lo va a hacer en otras condiciones, por eso "se puede esperar un rendimiento, al menos, aceptable. Si bien no van a rendir como en un año normal, van a seguir su camino".

SOJALa soja de primera va sobre diferentes antecesores, como puede ser avena, maíz, o también otra soja, con lo cual cuenta con otros plazos y circunstancias. "Hay diferentes situaciones, por la combinación de los grupos de siembra y la fecha de implantación. Siempre he pregonado evitar la siembra temprana de grupos cortos, porque son estos los que justamente se encuentran débiles en esta situación. Las sojas que se sembraron a fines de octubre o principios de noviembre y son cortas, en este momento están en plena formación de vainas y desarrollo de su grano, siendo un momento de altísimo requerimiento de la soja, entonces, en medio de la sequía, provoca desprendimientos de chauchas, desarrollo muy pequeño de granos, del tamaño de una lenteja, sin peso y muchos terminan siendo perdidos por la misma cosechadora. Esas son las sojas de primera que están sintiendo más esta situación". confirma Oscar Keller.
Las otras que corresponden a la fase de primera, que son el grueso de las implantadas a nivel regional, que fueron sembradas en su momento oportuno, entre los primeros días de noviembre hasta fines de ese mes, con un ciclo "un poquito más largo, del grupo 5 y medio; 6; y hasta 7, en campos de menor calidad, están bien en carrera".
"Todavía están desarrollando su etapa vegetativa y recién ahora están comenzando la fase reproductiva, empezando a florecer y a formar las chauchas. Eso se va a comenzar ahora, por eso con las condiciones diferenciadas después de la lluvia, con temperaturas que por unos días van a aflojar, si bien son plantas que no tienen el desarrollo que hubiésemos pretendido, con una situación como la del año pasado, se suponen que estas sojas de primera con grupos intermedios y largos, podrían tener rendimientos de aceptables a buenos. De ninguna manera van a ser los de 2008/9, que es una campaña que muchos productores quieren olvidar", sostuvo.
Efectivamente, si bien los rendimientos pueden estar algo resentidos, se van a salvar las campañas de primera.
En cuanto a la soja de segunda, que es toda la que va sobre trigo y en general se siembra en grupos intermedios o largos. "Ni bien cosechado el trigo, a principios de diciembre, con una muy buena humedad de las lluvias de noviembre, tienen un buen desarrollo aéreo; y por lo tanto un mucho mejor y mayor desarrollo radicular, por eso, esa soja está tomando agua de una profundidad de hasta un metro, a pesar que en estos días las hojas se hayan mostrado afectadas por el calor. Pero están en plena carrera", concluyó el Ing. Keller.
Esta situación es disímil a la de la misma soja de segunda, "pero sembrada en las postrimerías del año pasado, ya con una humedad muy comprometida, además de haber tenido un nacimiento bastante desparejo, porque en un mismo lote siempre existen estos problemas por diferencias de humedad, sumado que al ser sembradas en un momento más complejo, son las sojas que están más comprometidas. Son las que tendrán los rendimientos más resentidos".
Todo este marco climático deja en suspenso a  una campaña compleja, que sigue teniendo sus condimentos políticos, que ahora van desde el debate por retenciones, hasta el tironeo por las ayudas que en Santa Fe gozan de cierta ventaja, ya que fue el único distrito que recibió de manera directa y casi sin intermediarios una partida de 15 millones de pesos, que será entregada el próximo lunes al Gobierno comandado por Antonio Bonfatti.

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