El IPCVA quiere “concientizar a un Estado que sea activo”


LAS OPORTUNIDADES GANADERAS DEBEN SER APROVECHADAS Y ACOMPAÑADAS POR POLITICAS

Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - La ganadería nacional es uno de los puntos más débiles del campo en los últimos años, luego de haber sido arrasada por las políticas contrarias del Gobierno Nacional.
La intención de permanecer en el negocio de los productores pudo más que las pérdidas generadas, junto con la liquidación del stock. Es por eso que la inflación colaboró para que los precios por kilo vivo suban, que se revalorice cada animal, que hace unos años valía pocos pesos y ahora consiguió un status económico mejor. 
Los mandatos ejecutivos no cambiaron hacia el sector, pero el empeño ya fortalecido hace que el sector no se rinda y apueste a seguir adelante.
“ Indudablemente el año 2011 ha sido una bisagra en la ganadería argentina, fundamentalmente por la recomposición de los precios de los animales en pie. Eso significa que cuando hay rentabilidad, el productor ganadero apuesta todo y en las distintas exposiciones rurales, así como en los remates-feria, hemos visto la adquisición de la mejor genética, que es lo que distingue a la carne argentina”, señaló en diálogo con LA OPINION, Gonzalo Alvarez Maldonado, el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna. 
Este marcación es fundamental para entender la falta de deterioro cualitativo del rodeo nacional a pesar de las fuerzas contrarias. Los productores entienden que sobre la mejora de precios por la escasez se permite seguir creciendo en las condiciones aportadas por la genética de base inglesa, que es una de las mejor consideradas a nivel mundial; y es por eso que se dan los buenos precios para la exportación desde el Argentina, por cualidades también que pasan por el manejo y la alimentación de los animales.
“Hoy eso se ve también incentivado porque los productores tamberos también están resguardando a sus terneros machos, para añadirlos al rodeo de carne”, sostuvo ya que “la carne de Holando Argentino, tanto para el consumo interno, como para la exportación, es muy apetecible, sobre todo por lo magra que es”, reconociendo que la demanda de la misma sigue en un proceso creciente. Alvarez Maldonado puso de relieve que en zonas como las de Rafaela es donde más se manifiesta la intención de apostar por la cría de estos terneros para un destino cárnico.
“En ese sentido, nosotros vemos un futuro promisorio, tal como lo demuestran los números que aporta el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria, con el correr de las vacunaciones, que aumenta el número de terneros respecto a años anteriores. Por eso se puede decir que en la próxima zafra ganadera vamos a tener aproximadamente un millón más; y eso que con el balance de la segunda vacunación de 2012, esto se puede ver incrementado”.
El titular del organismo subrayó que “no sólo necesitamos que haya una productividad agropecuaria, con diversificación, para que sean producciones sustentables a efectos de generar sustentabilidad en cada predio. Para esto se necesita promover las diferentes economías que hacen al sector”.

ESPERANDO LA
EXPORTACION

“Lo que nosotros solicitamos y estamos tratando de interceder es para una mejora comercial, mientras tanto y tal como lo dicta la política del Instituto, ante las restricciones comerciales de exportación del Estado Nacional, estamos acercándonos al productor con jornadas a campo y seminarios, para volcar todos los conocimientos y las distintas alternativas de sistemas de producción, a efectos de incentivarlos. Ya que el ciclo biológico no lo podemos acortar, por lo menos tendemos a reducir el tiempo de engorde, en cuanto sea factible”, aportó el titular del IPCVA.
La entidad es la que aboga por un crecimiento sectorial. “En cuanto al exterior, hemos acompañado al Estado en todas las misiones hechas, dando todo lo necesario para ampliar los mercados”.
En este aspecto, Alvarez Maldonado resalta el logro de la nueva Cuota Americana, por la Resolución 620, que “permite hacienda engordada a corral; y lo más importante es que va a estar cerca de las 90 mil toneladas y ya Australia, Nueva Zelanda y Uruguay la están aprovechando; y nosotros en los próximos meses tendremos disponibilidad de esta Cuota con arancel cero, lo que la hace mejor que la Cuota Hilton”.
Las certezas en la exportación son las que no están, en detrimento de las oportunidades. El también productor ganadero entrerriano señaló que “es en eso en lo que vamos a tener que trabajar, en toda la cadena de ganado y carnes, desde el productor al consumidor y fundamentalmente sobre la necesidad de tener activo al Estado, con la base de saber que la seguridad y que la calidad para los consumidores argentinos están. Desde ese punto de vista el Instituto, como organismo técnico y representante de todos los segmentos, va a estar acercándole al Estado toda la información para que no ocurra lo que sucedió en el pasado, que por una gran sequía y por la interferencia a través de gestiones de Gobierno, perdimos 11 millones de cabezas. Hoy que vemos que se puede empezar la recuperación, a mediano y largo plazo, por el ciclo biológico propio de la producción bovina, se puede recomponer, asegurando el suministro para los argentinos, pero también para poder exportar y traer las divisas que la propia Argentina está necesitando”, afirmó en diálogo con este Diario.

HILTON INCUMPLIDA
Son varios años de generar condiciones adversas desde las políticas para que no se puedan embarcar todas las toneladas pedidas por Europa, en cortes especiales, caros y de consumo no preferido por los argentinos. Esto encuentra una razón en el “desconocimiento de lo que es la cadena de ganados y carnes”. De allí las “interferencias” que demandan una concientización sobre la importancia de la productividad de la cadena de ganados y carnes, no sólo para el país, sino para generar ingresos de divisas.
Este año el reparto de la Cuota, con 29.375 toneladas de cortes enfriados vacunos de alta calidad con destino a la Unión Europea, “es lamentable que se haya dado a cuatro meses de terminar la entrega que se tiene que hacer en junio. Hubiera sido muy bueno haberlo hecho, para poder cumplir con toda la Cuota y además la industria podría haber programado su productividad para lograr los compromisos contraídos”. “No sólo desde el Instituto se tiene que trabajar para mejorar eso, sino desde toda la sociedad agropecuaria”, afirmó Gonzalo Alvarez Maldonado.

EXPECTATIVA
“Las perspectivas, tanto en el consumo interno, como en la exportación son buenísimas, desde nuestro punto de vista, sólo necesitamos concientizar a un Estado que sea activo y productivista, para que conozca que si hay mayor exportación va a haber un mejor consumo en la Argentina. En ese marco estamos trabajando, con universidades y organismos científicos, como el Conicet, e incluso la Universidad del Litoral, en un proyecto muy importante que pronto se dará a conocer para mejorar la productividad de la ganadería argentina, así como del mundo”
La mejora de precios para el productor no tiene que ver con aciertos políticos, sino básicamente con los desaciertos, por la reducción del stock y la consabida suba en las cifras económicas para los consumidores. 
“Según los últimos datos que actualizamos, de los 53 kilos por habitante por año que se venían consumiendo, hoy ya estamos en los 57 per cápita” reconoce Alvarez Maldonado, que recuerda que con mayores precios en todos los cortes, fueron las carnes alternativas las que ganaron ampliamente. “Sobre todo las carnes avícolas fueron las beneficiadas, porque en 2003 se consumían 16 kilos por habitante por año y hoy están casi en los 39/40 kilos anualmente”. El precio puede traccionar hasta cierto punto porque “indudablemente las virtudes de la carne bovina, tanto en lo alimenticio, como en el rendimiento, que es lo que evalúa fundamentalmente la ama de casa, no va a poder ser suplantada totalmente”. El paladar argentino tiende a la carne bovina, por la base culinaria cotidiana, sobre todas las cosas; y es esto lo que la fortalece ante el pollo y el cerdo.
El titular del IPCVA no puede dimensionar la pérdida de kilos por animal que se dio en la ganadería a causa de la última fase de sequía, ya que de los resultados de preñez y partos dependerá el balance más acertado; y en eso sólo se depende de la naturaleza.

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