La influencia del pago de sueldos y los litros de gasoil por kilo de animal son los que marcan la devaluación del negocio de la carne.
Por Matías Sara (especial para LA OPINION). - Cuando se habla del negocio ganadero, se suele poner el ojo en los precios de lo producido, "Que el ternero vale casi 12 pesos, que el novillo vale 9 y medio, que una vaca con cría pisa los 2800... y tal y tal".
Sabido es que sólo una parte del negocio es lo que se vende. Lo que se compra también influye, y mucho, en la rentabilidad de un establecimiento.
Hablar de los costos es un poco más difícil que hablar de precios. Son pocos los insumos que se usan de igual manera y en todas las zonas. Tampoco abundan las fuentes de precios confiables.
Para no hacerlo muy tedioso, tratemos dos, el combustible (más precisamente el gasoil) y la mano de obra (más precisamente el sueldo de peón general). El gasoil, además de usarse en las maquinarias y vehículos del campo, tiene una incidencia importante en los fletes de los productos e insumos.
El sueldo también tiene doble importancia. Hasta los criaderos más chicos necesitan un empleado (aunque sea eventual) para las tareas de corrales y, por otro lado, debería ser la retribución mínima que un ganadero, por chico que sea, reciba por su trabajo.
Para evitar los problemas que implican hablar de precios de hace unos años en una economía con inflación... mejor hablemos de cuántos kilos de ternero se necesitan para pagar el sueldo de un peón mensual y cuántos para comprar 10 litros de gasoil.
Todos los datos fueron sacados de la página web de AACREA (www.aacrea.org.ar), por eso ahora pasemos al análisis.
Tomemos los últimos nueve años.
De mayo 2003 a diciembre de 2005, los kilos de ternero que hacían falta para pagar estos dos insumos se fueron reduciendo. Un mes de sueldo de peón pasaba de 142 a 197 y los 10 litros de gasoil bajaban de 7,8 a 4,4 kilos de ternero.
Por aquellos años todos éramos optimistas: los rodeos crecían, los productores arreglaban sus casas, tomaban nuevo personal, cambiaban la camioneta (hasta algunos cambiaron la esposa)... posiblemente ustedes lo recuerdan.
Esto se modificó a partir de enero de 2006. Comenzaron los pesos mínimos de faena, luego los cierres de exportaciones, más tarde la intervención y listas de precio en el mercado de hacienda de Liniers y finalmente la sequía de 2008. Durante ese período de tiempo el precio del ternero subió muchísimo menos que el sueldo de un peón y el gasoil. Así fue que para enero de 2009, de los 197 kilos que había que vender para pagar al mensual, pasamos a 453 kilos y de los 4,4 kilos de ternero que valían los 10 litros de gasoil en 2006 pasamos a 8,7.
No sólo se perdió lo que se había crecido en el período previo, sino que se perdieron miles de puestos de trabajo en toda la cadena de la carne ¿Cómo olvidarse de esos años?
Pero el mercado, a la larga corrige. Entraron a faltar terneros y el precio pegó el salto. De enero de 2009 a octubre de 2010 recuperó y le ganó la carrera a los costos. Así pasamos de pagar 453 kilos de ternero el mes de peón a 150 y de 8,7 los 10 litros de gasoil a 3,2.
Lástima que ya se habían achicado los rodeos y unos cuantos colegas quedaron en el camino. Aquellos que vendieron sus vacas baratas luego no pudieron volver a comprar y quedaron fuera del negocio.
Finalmente, al achicarse el stock nacional, la industria frigorífica entró en crisis por falta de producción y de este modo se perdieron más puestos de trabajo.
¿Dónde estamos ahora? Los precios luego de octubre de 2010 se han calmado y los insumos siguen subiendo. Según los datos de mayo de 2012, hacen falta 234 kilos de ternero para pagar el mes de un peón general y 5,3 para comprar 10 litros de gasoil.
Para tener en cuenta. En los 38 meses que van de diciembre de 2005 a enero de 2009 la relación ternero/sueldo de peón general mensual aumentó a razón de 6,7 kilos por mes y la relación ternero/10 litros de gasoil 0,11 kilos por mes. En los últimos 19 meses (de octubre 2010 a mayo 2012) la relación ternero/sueldo de peón general mensual ha aumentado a razón de 11,5 kg por mes y la relación ternero / 10 litros de gasoil 0,11 kilos por mes.
Una reflexión para concluir. Hemos estado peor, pero lo mejor ya pasó. No estamos mal pero vamos camino a un escenario de costos que suben y se comen la rentabilidad. No perder esto de vista puede evitarnos dolores de cabeza en el futuro.
Sabido es que sólo una parte del negocio es lo que se vende. Lo que se compra también influye, y mucho, en la rentabilidad de un establecimiento.
Hablar de los costos es un poco más difícil que hablar de precios. Son pocos los insumos que se usan de igual manera y en todas las zonas. Tampoco abundan las fuentes de precios confiables.
Para no hacerlo muy tedioso, tratemos dos, el combustible (más precisamente el gasoil) y la mano de obra (más precisamente el sueldo de peón general). El gasoil, además de usarse en las maquinarias y vehículos del campo, tiene una incidencia importante en los fletes de los productos e insumos.
El sueldo también tiene doble importancia. Hasta los criaderos más chicos necesitan un empleado (aunque sea eventual) para las tareas de corrales y, por otro lado, debería ser la retribución mínima que un ganadero, por chico que sea, reciba por su trabajo.
Para evitar los problemas que implican hablar de precios de hace unos años en una economía con inflación... mejor hablemos de cuántos kilos de ternero se necesitan para pagar el sueldo de un peón mensual y cuántos para comprar 10 litros de gasoil.
Todos los datos fueron sacados de la página web de AACREA (www.aacrea.org.ar), por eso ahora pasemos al análisis.
Tomemos los últimos nueve años.
De mayo 2003 a diciembre de 2005, los kilos de ternero que hacían falta para pagar estos dos insumos se fueron reduciendo. Un mes de sueldo de peón pasaba de 142 a 197 y los 10 litros de gasoil bajaban de 7,8 a 4,4 kilos de ternero.
Por aquellos años todos éramos optimistas: los rodeos crecían, los productores arreglaban sus casas, tomaban nuevo personal, cambiaban la camioneta (hasta algunos cambiaron la esposa)... posiblemente ustedes lo recuerdan.
Esto se modificó a partir de enero de 2006. Comenzaron los pesos mínimos de faena, luego los cierres de exportaciones, más tarde la intervención y listas de precio en el mercado de hacienda de Liniers y finalmente la sequía de 2008. Durante ese período de tiempo el precio del ternero subió muchísimo menos que el sueldo de un peón y el gasoil. Así fue que para enero de 2009, de los 197 kilos que había que vender para pagar al mensual, pasamos a 453 kilos y de los 4,4 kilos de ternero que valían los 10 litros de gasoil en 2006 pasamos a 8,7.
No sólo se perdió lo que se había crecido en el período previo, sino que se perdieron miles de puestos de trabajo en toda la cadena de la carne ¿Cómo olvidarse de esos años?
Pero el mercado, a la larga corrige. Entraron a faltar terneros y el precio pegó el salto. De enero de 2009 a octubre de 2010 recuperó y le ganó la carrera a los costos. Así pasamos de pagar 453 kilos de ternero el mes de peón a 150 y de 8,7 los 10 litros de gasoil a 3,2.
Lástima que ya se habían achicado los rodeos y unos cuantos colegas quedaron en el camino. Aquellos que vendieron sus vacas baratas luego no pudieron volver a comprar y quedaron fuera del negocio.
Finalmente, al achicarse el stock nacional, la industria frigorífica entró en crisis por falta de producción y de este modo se perdieron más puestos de trabajo.
¿Dónde estamos ahora? Los precios luego de octubre de 2010 se han calmado y los insumos siguen subiendo. Según los datos de mayo de 2012, hacen falta 234 kilos de ternero para pagar el mes de un peón general y 5,3 para comprar 10 litros de gasoil.
Para tener en cuenta. En los 38 meses que van de diciembre de 2005 a enero de 2009 la relación ternero/sueldo de peón general mensual aumentó a razón de 6,7 kilos por mes y la relación ternero/10 litros de gasoil 0,11 kilos por mes. En los últimos 19 meses (de octubre 2010 a mayo 2012) la relación ternero/sueldo de peón general mensual ha aumentado a razón de 11,5 kg por mes y la relación ternero / 10 litros de gasoil 0,11 kilos por mes.
Una reflexión para concluir. Hemos estado peor, pero lo mejor ya pasó. No estamos mal pero vamos camino a un escenario de costos que suben y se comen la rentabilidad. No perder esto de vista puede evitarnos dolores de cabeza en el futuro.
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