Dos años con los mismos precios en la producción ganadera argentina


CELSO ALESSIATO DE HACENDADOS DE RAFAELA COMENTA UN AÑO DE RETRACCION PARA EL SECTOR

“Si tuviéramos que hacer este año un balance en el tema de precios, diría que estamos igual que hace dos años. Los precios en este momento son los mismos a los que teníamos en 2012, con el gran inconveniente que el precio se mantuvo igual para el productor, pero los costos de producción se duplicaron o triplicaron”. De este modo, “la ganancia que puede tener el productor se achica, los insumos son más caros”.
Así explica Celso Alessiato la realidad ganadera de esta parte de Santa Fe. Lo que fuera gigante décadas atrás, es hoy un segmento productivo que se corre cada vez más, mientras las oportunidades pasan de largo, para el país, pero sobre todo para los pueblos y ciudades del interior del país.
Al achicarse la ganadería en la región, que Hacendados cubre con remates en Rafaela y Humboldt, hace casi seis años que trabajan en Huanqueros, en el Departamento Nueve de Julio, donde hay campos netamente ganaderos. “En esa zona y en estos años, hay más cantidad de animales en los criaderos, los están agrandando, es muy buena la calidad de hacienda. Entran muchos novillos, no tantas vaquillonas que se retienen por el criador para que sean futuras madres. En esa zona se piensa en mantener el criadero estable o en agrandarlo, en Rafaela y la región no, sobre todo porque la tierra sirve más para la agricultura que es más rentable”.
Pero más allá de la ubicación, de las condiciones de los lotes, en ambos puntos de la provincia, “no sólo tenemos el problema que los precios no dan, que las políticas no acompañan, sino que en el Norte la sequía fue tremenda en los últimos años, con lluvias desparejas en los últimos tiempos, pero los siguen haciendo necesitar agua, en tanto en la zona de Rafaela ahora hay problemas con las pasturas por el exceso de agua”.
Todo influye y complica. Dos años de precios estancados y poca motivación generan un panorama complejo para 2013. “La política del Gobierno es la de mantener el precio de la carne estable para el consumo. Por eso se redujeron las exportaciones, se achicaron a un 20 por ciento, porque si se vendiera afuera lo de hace unos años atrás, hoy la carne al público no tendría el valor que tiene”.
De una media res de 350 kilos, sólo se vende al mercado internacional una quinta parte, pero sin corresponder a animales de consumo como sucedía años atrás. Entonces, “puede haber una pequeña mejora en el precio al productor por la escasez que se plantea a medida que pasa el tiempo y avanza más la agricultura, peso que no pueden terminar de equilibrar los feed lots, que son los que compensan al mercado”. Sin embargo, “el feedlotero se encuentra en problemas por el costo de la alimentación que afronta”. Están faltando entre ocho y diez millones de cabezas que ganado, pero la recuperación es compleja, porque hoy en la zona de Huanqueros se vende entre 12 y 13 pesos el kilo de un ternero de invernada, mientras que los gordos se venden en nueve. “Se le cargan kilos al animal, pero el costo lo deja igualado, no hay rentabilidad, por eso, la escasez de animales es la que puede llegar a dar algún aumento en la rentabilidad del productor que no superaría el año que viene el diez por ciento”.

EN LOS TAMBOS
Los precios para la raza Holando Argentino, que se destinan a los tambos “cayeron bastante”. Alessiato recuerda que “hace un año atrás una vaquillona al parir, valía entre siete y ocho mil pesos; y hoy el mismo animal se consigue a seis mil pesos”. La crisis de los tambos se acrecienta al tener en cuenta que el precio de la leche es malo, es bajo, sigue igual que hace más de un año”.
El parámetro de la vaquillona al parir, genera una idea del recambio que se presenta en los establecimientos. “Hay oferta, pero no hay quien la compre, por eso se da la caída en el precio. La oferta sigue siendo la misma de siempre, pero no hay muchos interesados en agrandar los tambos, al contrario, los quieren achicar por la baja rentabilidad de la leche”. Desde Hacendados de Rafaela, “vemos que mucha gente cierra el tambo por problemas económicos y lamentablemente, esa producción no se vuelve a recuperar, porque el campo se destina a agricultura”. Lo que confirma Alessiato es que “este año se vieron más cierres de tambos, entre los colonos, entre los tamberos tradicionales más chicos, los que tenían un promedio de 50 vacas desaparecieron, para alquilar esas 70 u 80 hectáreas. Los únicos que van quedando son los más grandes”. Entonces un productor desde su casa recibe 16 mil pesos mensuales por la simple renta y ya sin el esfuerzo de la producción lechera, sin arriesgar capital, ni los disgustos por las liquidaciones de las industrias. 
“Acá no hay una política que obligue al productor a criar vacas, porque todo tiende al achique, no hay créditos, por ejemplo”, dice conociendo muy bien al sector el hombre de Hacendados de Rafaela.
Actualmente es negativo el ánimo de los productores. “No tienen ganas de invertir”, esto se da porque “hoy por hoy nadie se arriesga en un negocio que no sea rentable; y es lo que le pasa al campo, que además es un negocio a largo plazo en la ganadería. El que invierte en ganadería, tiene que tener una espalda económica bien ancha para poder aguantar como mínimo tres o cuatro años, sin tener entradas positivas para seguir manejando la explotación”. Esto es decisivo para quienes quieren arriesgarse a apostar y es lo que desde el Gobierno nacional se desconoce.
“Este es un negocio largo, de muchos años; y con el panorama que tenemos de no poder tener modificaciones en los precios, la gente se arriesga a invertir en otra cosa”, lo sufre la ganadería y los tambos. La agricultura aporta más soluciones y más efectivo para los productores y mientras esa disparidad siga fija, jamás se podrá retomar el liderazgo productivo en carne y leche a nivel nacional.
En esto Alessiato entiende que más allá de la dependencia vigente por debajo de la Nación, son las administraciones provinciales las que tienen que soportar y promover las producciones.
“A nosotros que estamos en el rubro de la ganadería hace años, yo hace 52 años que estoy en Hacendados, nos parece triste el deterioro. En la mejor época, durante la década del ´70 esta empresa manejaba unas 20 mil cabezas por mes, cuando se exportaba el cien por ciento del vacuno en medias reses; mientras que ahora se venden entre seis y siete mil cabezas por mes. Lo que vendíamos en un remate hace 30 años, hoy se vende en un mes; y a medida que pasa el tiempo se achica cada vez más”.
Soñar con el crecimiento en la producción es un tema común a todos los sectores. La ilusión termina en la Casa Rosada. Triste pero real, una ganadería que se achica ante un horizonte plagado de oportunidades.

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