Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - Febrero, en sus días hábiles comenzó con una reunión multisectorial para la cadena láctea. La convocatoria parecía prometer una puesta en común, un verdadero adelanto para el sector, sin embargo quedó al momento en un pedido, en una idea confusa de cómo proseguir e incluso ya incumple los plazos planteados en inicio.
Hoy se cumplen diez días del encuentro inicial y así el plazo planteado para volver a reunirse, sin embargo no hay nueva convocatoria desde el Ministerio de Economía.
Es entendible que en tiempos tan convulsionados no sea sencillo cumplir con la agenda normalmente, aunque para varios integrantes de este esquema productivo, no estuvo bien planteada la idea central, el pedido de aumentar el siete por ciento el rendimiento y con esto más de cuatro puntos porcentuales el empleo industrial.
Para algunos fue un exceso por desconocimiento la expresión gubernamental, para otros era de esperar un pedido desmedido, para cumplir con la reunión que habría solicitado la titular del Ejecutivo; y hay quienes no tuvieron más que reconocer el valor del encuentro sin cuestionar las posibilidades de cumplir con las metas.
Es de entender que con los números que se habían derivado del Plan Estratégico de la Lechería para 2020, con 18 mil millones de litros de leche a producirse para ese momento, la administración nacional se entusiasma y convencida de todas sus decisiones, sin evaluar error alguno, sale a pedir un crecimiento inmediato que no es posible ni por la naturaleza, ni por el nivel de inversión actual que tiene la producción industrial.
No le vendría mal crecer en recepción de materia prima a las industrias, tampoco al comercio, en definitiva, tampoco a los tamberos, pero esto debería darse en un esquema de políticas diversas, donde al menos se puedan acoplar los precios de insumos, costos y ventas a la realidad, mucho más allá de esta idea forzada de los “precios cuidados”.
No se descarta una convocatoria para la semana entrante, pero sin dudas el trabajo previo que el Gobierno hizo con las industrias, tanto el CIL, Apymel, como la Junta Intercooperativa, no está en condiciones de plasmarse en realidad al momento. La devaluación deja de lado las chances de reinvertir de manera inmediata y las críticas surgidas luego del encuentro de la semana anterior podrían redireccionar los pedidos del Gobierno, en cuanto a metas de crecimiento, pero no en la intención de poder motivar las exportaciones para poder aprovechar el valor superior a cinco mil dólares la tonelada de leche en polvo, con quesos también altamente valuados.
Hoy se cumplen diez días del encuentro inicial y así el plazo planteado para volver a reunirse, sin embargo no hay nueva convocatoria desde el Ministerio de Economía.
Es entendible que en tiempos tan convulsionados no sea sencillo cumplir con la agenda normalmente, aunque para varios integrantes de este esquema productivo, no estuvo bien planteada la idea central, el pedido de aumentar el siete por ciento el rendimiento y con esto más de cuatro puntos porcentuales el empleo industrial.
Para algunos fue un exceso por desconocimiento la expresión gubernamental, para otros era de esperar un pedido desmedido, para cumplir con la reunión que habría solicitado la titular del Ejecutivo; y hay quienes no tuvieron más que reconocer el valor del encuentro sin cuestionar las posibilidades de cumplir con las metas.
Es de entender que con los números que se habían derivado del Plan Estratégico de la Lechería para 2020, con 18 mil millones de litros de leche a producirse para ese momento, la administración nacional se entusiasma y convencida de todas sus decisiones, sin evaluar error alguno, sale a pedir un crecimiento inmediato que no es posible ni por la naturaleza, ni por el nivel de inversión actual que tiene la producción industrial.
No le vendría mal crecer en recepción de materia prima a las industrias, tampoco al comercio, en definitiva, tampoco a los tamberos, pero esto debería darse en un esquema de políticas diversas, donde al menos se puedan acoplar los precios de insumos, costos y ventas a la realidad, mucho más allá de esta idea forzada de los “precios cuidados”.
No se descarta una convocatoria para la semana entrante, pero sin dudas el trabajo previo que el Gobierno hizo con las industrias, tanto el CIL, Apymel, como la Junta Intercooperativa, no está en condiciones de plasmarse en realidad al momento. La devaluación deja de lado las chances de reinvertir de manera inmediata y las críticas surgidas luego del encuentro de la semana anterior podrían redireccionar los pedidos del Gobierno, en cuanto a metas de crecimiento, pero no en la intención de poder motivar las exportaciones para poder aprovechar el valor superior a cinco mil dólares la tonelada de leche en polvo, con quesos también altamente valuados.
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