Sin las obras hidráulicas prometidas, la región vuelve a estar bajo el agua


El departamento Castellanos vuelve a sufrir las inclemencias del tiempo, pero a pesar de haber podido prepararse con canalizaciones, alcantarillas o mínimo mantenimiento, tiene a los costados de la Ruta 70 campos castigados por la pérdida de cultivos y también tambos en unas 35 mil hectáreas. Se esperan respuestas y ayudas, pero no se conseguirá ni de esa forma transformar el desánimo de dos años de crisis.

Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - La Ruta 70 no da los indicios que si presentaba en diciembre de 2012. Campos a primera vista en condiciones normales anticipan silentemente, antes de doblar por la ruta 22 a la izquierda, la desazón de un pueblo y de toda una región.
El agua derivada de los desbordes en Córdoba se encarga de azotar al departamento Castellanos por caída natural. Muchos kilómetros sin obras, décadas de desatención, pero también más de un año de un compromiso en absoluto incumplido en cuanto a la intervención de hidráulica hacen que los productores y los pueblos vuelvan a estar acosados por el agua y se plantan ante un nuevo año sin producción.
Bauer y Sigel parece, como tantas otras localidades de esta zona estar detenida en el tiempo, por las obras, por la sencillez de sus habitantes, pero sobre todo por la precariedad de lucha que tienen los pobladores ante el avance del agua en el pueblo. Bolsas de arena frente a las puertas de ingreso a las casas, a los garajes, son la última frontera ante la fatalidad de perder mucho o casi todo.
Pero el agua está estancada en las cunetas, al igual que sobre la Ruta, que desde el ingreso al pueblo sólo cuenta unos metros más hacia el oeste, donde el ripio sin mantenimiento alguno intenta conectar con Josefina, pero lo único que hace es seguir coleccionando empantanados.
Entonces no sólo es cuestión de canalización, sino que también los caminos no tienen el repaso suficiente para cumplir con su función, pero quizá sea la mansedumbre de los habitantes, que aceptan los sucesos como al destino los que no generen acciones políticas que cambien la realidad. Pero quienes mandan a veces parecen no saber ni aprovechar la exposición, las oportunidades de mejorar sus imágenes y de paso ayudar a la gente, por lo tanto la cosa está como siempre, casi como en la época de la colonia y ni siquiera los últimos años del aporte del fondo de la soja, de los mismos impuestos provinciales pudieron cambiar el declive de las cunetas, para que al menos la mínima cantidad de agua que se acumula con las primeras lluvias se pueda escurrir.
Todo lo que prometiera el director de Drenajes y Retenciones del Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Alberto Mitri en diciembre de 2012 en reuniones desesperadas, a través de un proyecto integral que debía estar terminado al 30 de junio de 2013, no se hizo y allí hay parte de responsabilidad en la repitencia de la situación. Sólo en medio de la campaña electoral pasada se licitaron materiales para mejorar y acrecentar las obras de arte sobre el canal Vila-Cululú, cuyos avances son desconocidos en la práctica.

35 MIL HECTAREAS
El senador departamental, Alcides Calvo, estima que son 35 mil las hectáreas afectadas por este fenómeno, que llegará hoy la Legislatura para que se pueda empezar a tratar el pedido de declaración de zona en emergencia y desastre, para así intentar ayudas extraordinarias en el plano nacional.
Hay anegamientos en una amplia región, en la que se pueden enumerar Ramona, Santa Clara, Eustolia, Colonia Cello, pero es Bauer y Sigel la más comprometida, ya que se calcula que de 13 mil hectáreas productivas, hay 11 mil afectadas por el agua.
Fue el martes por la noche que el secretario del Sistema Hídrico, Forestal y Minero del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe, Roberto Tión, se reunió con referentes regionales para ir planteando soluciones a corto plazo, que más allá de las declaraciones, puedan alcanzar a ciertas asistencias financieras, el traslado de animales a San Cristóbal y Tostado, e incluso prometió acercar a las comunas tubos y alcantarillas para tener disponibilidad inmediata en caso de precisarse reparaciones.
“Estamos atendiendo el tema de una manera integral, no sólo con el Ministerio de la Producción, sino también con Desarrollo Social, porque hay que tener en cuenta que muchas familias tendrán de aquí en adelante una gran complicación económica, pero también, al no contar con agua corriente, ni cloacas, se enfrentarán a una situación sanitaria muy compleja en toda la región, e incluso el agua está muy cerca ya del Cementerio de Bauer”, destacó el Legislador que estará la semana entrante participando del Concejo de Emergencia Agropecuaria, donde se evaluarán los daños del caso, pero al mismo tiempo en el encuentro de la Región Centro se dará a conocer la situación, sobre todo para poder analizar con Córdoba la derivación constante de aguas para este sector.
Haciendo memoria Calvo recuerda aquella inundación de 1981, que la había afrontado con su familia viviendo en el campo. Es por conocer tan de cerca la vida en esas circunstancias, por recorrer tanto el departamento que el Senador insistirá en una asistencia provincial y nacional de forma inmediata, teniendo en cuenta que hay mucha gente que padeció el agua en su tierra en 2007, 2012 y ahora este año. “La gente está esperando soluciones, ayudas financieras para ahora y obras que permitan mejorar el planteo del largo plazo”, concluyó.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural de Rafaela, también estuvo recorriendo la región, donde se padece el agua, después de esperarla tanto durante la sequía del invierno.
Darío Maina aseguró que “hay muchos productores que perdieron todo, la situación es muy grave y lo preocupante es que los pronósticos no son alentadores, porque sigue habiendo días inestables que seguirán trayendo agua, incluso durante el otoño”. El dirigente solicitó el otorgamiento inmediato de la declaración de emergencia y desastre “porque ya van dos años consecutivos en los que los productores están perdiendo todos los cultivos, hay tambos que se cerraron, que se están cerrando o mudando”. Maina destaca la importancia de poder otorgar en este momento un “respiro económico, con la refinanciación de deudas, el freno de los intereses y los plazos, para que puedan arrancar de nuevo y que no se queden más personas en el camino para que la producción se quede cada vez en menos manos”.

UN CENTENARIO 
EN ESA TIERRA
Luis Platini y su hermano alquilan a dos kilómetros de Bauer 210 hectáreas, donde resignados por la falta de renta con el tambo, hace ya varios años que hacen agricultura en el terreno donde la familia de su abuelo comenzara a trabajar hace unos 110 años. Soja, maíz y sorgo se dan bien en el sector, pero “hace dos años que no podemos sacar nada, porque nos agarró la inundación de 2012, la sequía del año pasado, la piedra se llevó el trigo y ahora nos volvimos a inundar”. Así de sencillo, “estos fueron dos años muy malos, porque no tenemos producción, ni ganancias, son muy duros para vivir porque estamos a cuentagotas”, reconociendo que la familia subsiste gracias al aporte de sus dos hijos mellizos, que trabajan en pueblos cercanos; y gracias a ellos se mantiene la familia.
“Yo debo un año y medio de alquiler y no sé de dónde sacarlo, no sé a dónde acudir. Ya tengo una orden de desalojo por parte de la Fundación a la que alquilo y no sé qué hacer, no quiero tener problemas con abogados, ni nada de eso”, asegura mientras mira desde el ripio el campo que con todo su esfuerzo trata de sostener. Es todo agua, el molino está hundido en el líquido, su casa se ve de lejos y detrás de ella, llena de muebles que ya no servirán, hizo una loma para mantener allí a unos chanchos.
La fortaleza de la tarea se desvanece en la mirada perdida de este hombre, que siente a la mitad de su vida cómo se le pierde todo.
“Acá nos faltan mantenimiento de caminos, zanjeo, alcantarillas, canales principales. Necesitamos que se haga todo donde corresponda, donde están los bajos”, sostiene mientras está convencido, “yo de los ingenieros no creo más nada porque delante de la casa del campo vinieron como cuatro veces a medir a dónde iban a hacer un canal y el año pasado me dijeron que como tenía lindo el trigo no lo querían pisar. Les dije que no me importaba, que lo que me interesaba era poder salvar parte de la producción, pero no hicieron nada. No sé qué problema hay en Bauer que no nos hacen obras, no nos dan artículo”.
En medio de la charla con LA OPINION se cruzó en el camino el titular del Comité de Cuenca Castellanos Sur, Francisco Actis Milanesio. Frente a semejante panorama explicó que desde el Ministerio de Aguas se comenzó a decidir sacar las alcantarillas de tubo redondo “que entorpecen el escurrimiento del agua, se van a poner puentes trapezoidales hasta la altura de Bauer y Sigel, sobre el Vila-Cululú; y con el permiso de los propietarios de los campos se va a ensanchar el canal existente”.
Con más de mil milímetros caídos en dos meses es cierto que no hay obras que puedan contener semejante avance, pero también es real que debería haber más decisión en los trabajos. Citando el caso del trigo de Platini, Actis habló de “no querer arruinar el trigo tan lindo para poder trabajar, pero nos sorprendieron las lluvias tempranas de octubre, para tratar de defender al productor que ya venía castigado”.
La tensión estaba en el aire, la justificación ya no sirve y el agua seguirá en la región hasta que pudra las plantas, se absorba y deje el suelo negro, con la marca absoluta del desastre.

Comentarios

Estela Karlen ha dicho que…
Hoy 2 de mayo, leyendo el Portal de noticias del gobierno provincial al inagurar el 132 perìodo de sesiones ordinarias no hace mensiòn a la iniciaciòn de OBRAS DE CANALIZACION EN LA ZONA DE BAUER Y SIGEL.Seràn de poca importancia para una provincia que està perdiendo 30000 Has de su producciòn por falta de obras hìdricas???
Tampoco ,en las reuniones entre funcionarios de la Secretarìa de Aguas con autoridades de la zona y productores se hace referencia a la construcciòn de un canal importantìsimo, que saldrìa del camino interprovincial a la altura de Josefina y que no permitirìa que lleguen a la zona las aguas de San Francisco y aledaños (canal èste que ya fuera proyectado en la dècada de los 90).