La indecisión del Minagri lleva al lunes la reunión con los tamberos

Ojalá que sea para dar respuestas concretas, empezando por la liberación y mejora del precio, pero lo cierto es que de la idea original de hoy, la cita con Casamiquela pasaría al lunes, si es que no rigen nuevos riesgos de reprogramación.

Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) - “Decisión política”, eso es lo que según Jorge Videla, derivado de la palabra del ministro Casamiquela lo llevó a presenciar la asamblea en Sunchales convocada por los tamberos.
Lastimosamente decidir algo no es concretarlo, por lo tanto la historia de la demanda de respuestas será más larga de lo que la paciencia estaba preparada para esperar.
Comenzaron a caer los rumores de “ciertos cambios” que llegaban desde Buenos Aires, de la voz de funcionarios que parecen no estar preparados para afrontar los pedidos de los productores, no sólo en lo estrictamente referido al precio de la leche, sino en cuanto a las malas políticas dispuestas en todos estos años, esas que ellos mismos hacen como que las piensan, pero las ejecutan sin dudar, sin medir la consecuencia que tienen, sobre todo, en pueblos y ciudades del centro del país.
No sólo que el Subsecretario de Lechería de la Nación no pudo el lunes definir de golpe un encuentro, teniendo ya preacordada una cita con el Foro de Presidentes Comunales, sino que también retrocedió en estas horas, pidiendo más espacio para preparar algo más el discurso a presentar recién la semana que viene.
De la expectativa y la organización de los productores, se pasará a una guarda que recién tendría el lunes esa primera instancia.
No es de fiar la palabra oficial, en definitiva no queda otra conclusión. Sin dar nombres, pero quedando obviamente definido, este tipo de afirmaciones son muy mal recibidas, pero en esa senda de ser malpensados lo podríamos derivar a tantas otras conclusiones, a tantas frases recientemente escuchadas, pero sin embargo vamos a sentarnos a creer que para la próxima semana las ideas van a estar más asentadas en el Ministerio de Agricultura, que realmente se ofrecerá una alternativa viable, posible y que realmente resuelva graves problemas como la liberación del precio a los productores, con mejoras sustanciales atadas al ritmo inflacionario. Del mismo modo, la disponibilidad de permisos de exportación que no detengan ni el cumplimiento de compromisos internacionales, ni el ingreso de dólares al país; y finalmente, el acceso a ayudas económicas para los productores que sufrieron las contingencias climáticas, las cuales no pueden representar largas esperas o más sumas de deuda.
Realmente nada de esto parece que vaya a suceder. Lo máximo que acontecerá es que el Ministro abra la puerta del edificio en el que es la máxima autoridad y seguramente en el encuentro de este 14 de julio, se sabrá como derivar las palabras hacia el concreto interés gubernamental de llegar a escribir un proyecto de Ley de Lechería, que replique mucho del de 2009, rechazado por la Mesa Nacional de Productores de Leche, por haber tenido irregularidades groseras e inaceptables, con la simple constatación de normas vigentes como las del código de comercio, o como hace Santa Fe desde este mes, con la invitación a generar alguna forma de acuerdo entre productores e industrias, e incluso poder avanzar en la aplicación del formato de contratos que ya tiene dispuesto la Bolsa de Comercio de Rosario.
Pero para esto, realmente hace falta esa “decisión política” a la que se refería Videla ante 250 productores. Eso parece que lo tenía aprendido, pero no concebido. La postergación es el resultado a la vista.

TODOS JUNTOS
Claro que con estas noticias que terminaban de llegar mientras Argentina peleaba cada pelota con Holanda, el intercambio de mensajes entre quienes se enteraban de la cita del próximo lunes y quienes debían organizarse para el encuentro original que tendría lugar hoy a las 14, de acuerdo a una respuesta inicial al Foro de Presidentes Comunales, la claridad estuvo de por medio y los costos, los tiempos de los pueblos primaron y decidieron que acudirán al reajustado encuentro del 14, para ellos, los tamberos, los autoconvocados, las entidades, los intendentes (de Rafaela y Sunchales); y los Ministros de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires en el ámbito productivo. 
Estas son las cosas que restan seriedad a los compromisos de palabras, pero es así, cuando la cuestión de caballeros queda en el pasado, ya nada vale de la misma manera.

LOS DICHOS, LAS 
CONTRADICCIONES
Recordábamos en la edición de ayer de LA OPINION que Videla mencionaba que “no existe ninguna resolución, ninguna firma del Secretario de Comercio Interior respecto al pago de tres pesos para la materia prima, no existe, ni participó de esa reunión”, en alusión a un encuentro en el que estuvieron los industriales, sin embargo seguimos sosteniendo desde estas letras que la presión por el pago sostenido desde las liquidaciones de mayo existió y es por eso que ni las promesas de las industrias de subir escalonadamente la leche, en muchos casos por más de diez centavos mensuales quedó en el olvido.
Demonizando siempre a los demás, sin siquiera ser ágil para eludir las culpas, el Subsecretario decía en la asamblea, “iniciamos el año en enero, previo a la mejora del tipo de cambio o la devaluación, como quieran denominarlo y ya había rumores respecto al escenario del sector lácteo, precio de corte, precio de equilibrio, pisada de las exportaciones, hasta cuando hubo una complicación climática. Nada de eso existió, de hecho el volumen exportado en este primer semestre, sin tener en cuenta las contingencias climáticas, está casi en un nueve por ciento arriba y ni hablar de los valores”. Pero es sencillo recurrir a los archivos y recordar que en el fin de mayo, cuando los rumores de congelamiento surgían y miles de toneladas se estancaban por la falta de extensión de permisos de exportación, los mismos Roe que tuvieron una ampliación de su cobertura justo después que Jorge Videla quedara efectivo en su cargo, renuncia pedida de por medio y rechazo de otros nombres idóneos también, en el cierre de 2013. Así fue que todos los lácteos tienen este doble control de venta que lo único que hace es demorar los envíos, complicar los cumplimientos de compromisos y demás cuestiones bien conocidas por las industrias. En tanto, hace poco más de un mes, Videla había estado en Saputo, en los hábitos de un operario diciendo, en el parte de prensa que emitía el Minagri, que la lechería argentina había crecido como nunca en estos diez años, sin mencionar que luego de una retracción se había logrado recobrar lo producido justamente una década atrás y que el récord de más de once mil millones de litros de 2011 se diluyó en el recuerdo por los desaciertos de la política. Lo que no decía en el texto eran las disculpas por las trabas a la exportación que sí publicaba LA OPINION en esa oportunidad.
No era casual este paso por la industria que más preocupa al Gobierno, por los compromisos que le remite, pero también por otras grandes empresas que hoy se ven aplazadas por el nivel de ventas, por la competitividad al momento de ofrecer precio por la materia prima, e incluso del peso de las palabras que pueden tener las que emite Héctor Molfino, uno de los dueños originales, que quedó dentro del Directorio de esta industria de capital canadiense que no cesa en su crecimiento y que fue citado, sin mencionar su nombre el lunes por la noche en Sunchales, como “el hombre de Rafaela que le pone el precio a la leche”, en boca de varios productores, mientras el funcionario deslizaba una sonrisa entre medio.
Pero para Jorge Videla la demonización de la industria va mucho más allá. “Lo que pasa es que en un sector donde hay muchas entidades de la producción, dónde la industria desde hace muchos años tiene una clara estrategia de cómo llegar por sus gerentes de producción primaria y cómo se genera el 'run run' de tanta noticia y tanta información generando distorsiones y escenarios que pinta 'la apocalipsis' (textual) total para el sector y eso no es así. Va generando un sinfín de ruido en la cadena y desinformación y en eso 'a río revuelto, ganancia para algunos', en este caso para los que siempre tienen una ventaja del sector. En estos años se han ido productores, pero menos de la media internacional”, porque en el mundo la media de concentración está en el cinco por ciento y “en Argentina no se llega al tres por ciento”. Esto se puede interpretar como que no somos los peores del mundo, pero tan bien no nos va, a pesar de la mirada colorida del funcionario, que sigue pidiendo hace cuatro años y medio una “articulación público-privada que nos lleve a resolver los problemas estructurales de la cadena”.
Pero Videla, autodefinido como ex-productor y siendo un hombre del “interior del interior y conocer el termómetro de la actividad”, parece que recién cargó el mercurio porque empezó a elevar la temperatura recientemente, bien demostrado cuando habló de la necesidad de encontrar en las entidades una mirada unificada sobre el rol del estado, sobre la posibilidad de haber diversificado las voces industriales, luego de importantísimos aportes directos al cooperativismo tiempo atrás. Pero cuando se menciona la plataforma exportadora, el funcionario menciona a China como gran mercado, a los negocios de alto valor agregado de SanCor, pero ni se mete en la falta de habilitación de las plantas nacionales para vender a ese destino por los olvidos de trámites desde el Senasa, que debieron conseguir prórroga para que no se caigan los contratos.
“Yo estoy convencido que la coyuntura es complicada y por eso estoy acá poniendo la cara” dijo energizado, para continuar analizando que la caída productiva de 2012 que se arrastra puede ser consecuencia de los intereses de “algunos actores de la cadena”. Seguidamente sostuvo que “Saputo puede ser un 'cuco' y se puede quedar con gran parte de la industria nacional y muchas cooperativas pueden terminar desaparecidas. Pero también es cierto que SanCor es un 'cuco', lo dijiste vos (le dice a un productor en referencia a la fijación de precios). Tenemos un problema un problema estructural en la cadena láctea y mucha responsabilidad la tiene el sector industrial, si no, no podés explicar que se llegue a un record de exportación, al otro año te castiguen y especulen con los precios de los commodities de quienes entran y salen del negocio”. En esto acierta, también en que son muchas las empresas que en la informalidad se hayan cómodas, sin embargo, ¿cuánto ayudó por momentos este Gobierno a las industrias que ahora critica?, ¿cuánto poder se les otorgó en otros tiempos para que actualmente actúen a gusto?. ¿No sucede a caso lo mismo en el sector comercial?. Estas son partes de las críticas que tienen que hacer los funcionarios antes de seguir decidiendo.
Claro que “hay que tener una estrategia única”, pero también el Estado debe responder en consecuencia y dar sustento con consenso en sus decisiones, extender en el tiempo las ideas y no actuar sólo por intereses directos.
Ya está dicho es el momento en el que los caballeros se quiten el sombrero, se sienten a la mesa y debatan. Aunque sean los mismos de siempre, los de hace tantos años, los que tengan o no éxito en sus empresas. 
La gente que asistió a la asamblea está preocupada por su futuro y hoy el Gobierno Nacional reconoce el hecho crítico. De a uno se deberán dar los pasos y sinceramente, por el clima de controversia en el sector, ansiando que se vuelva a los tiempos de calma, con el sinceramiento estricto pensando en la oportunidad y concretando los objetivos que en el mercado interno se disponen y que el externo propone de manera constante.

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