Combatir las malezas, pero con múltiples herramientas

Un tema de todos los días, las malezas resistentes, la merma productiva que generan, pero también las estrategias de acción posibles.

Las malezas son un tema de moda. No es que sea lo único de lo que hay que hablar en la agricultura, sino que se da una situación de reajuste en los controles, en las evaluaciones de sus consecuencias en los rendimientos, que en tiempos de hacer números finitos, son muy importantes.
La región núcleo avanza cada vez más en cuanto a la aplicación de tecnología y son los nuevos relevamientos los que permiten alcanzar parámetros muy interesantes, que incluso ahora pueden valerse de protocolos para hacer seguimientos interanuales que colaboran con las verdaderas buenas prácticas.
Días atrás estuvo en la filial Presidente Roca de la Federación Agraria Argentina desarrollando las problemáticas de las malezas en la región el ingeniero agrónomo Leonardo Picco, perteneciente a AFA San Martín de las Escobas. Es él quien asegura que “algo que se viene dando en los últimos años, quizá por el uso de herbicidas de tipo genérico, o sobre la base única del glifosato, estamos viendo que el sistema en sí colapsa en cuanto a malezas, porque se han tornado resistentes para el sistema productivo tal cual es, lo que trae aparejado pérdidas de rendimiento, específicamente en el cultivo de soja, pero también trigo y maíz”.
Contemplar las necesidades de cada lote nunca está demás. “El sistema productivo agrícola, basado en la siembra directa tiene esta derivación, con un solo modo de acción ante las malezas, con lo cual son muchas las que se han fortalecido ante un único herbicida y hoy, con algunas aplicaciones que no son necesarias hacen más proclive el hallazgo de malezas resistentes, con más frecuencia. Esto hace que tengamos que cambiar el paradigma de producción, para empezar a trabajar de una forma distinta”.
Compartiendo el análisis con los productores de nuestra región, la rama negra fue la más marcada como una de las problemáticas que ya para esta época tiene un tamaño considerable, sobre todo en los lotes donde no se han hecho los barbechos oportunamente. También hay gramíneas resistentes que son las que van avanzando.
En esto no queda más que confiar en los profesionales, porque depende de ellos el relevamiento de cada lote, para vincular el cultivo, con la maleza que se presenta, así como el modo de combatirla con acciones específicas.
Si bien AFA San Martín de las Escobas tiene injerencia directa en nuestra región, son 26 los centros en todo el país que remiten informes al respecto y a pesar de las variaciones de variedades, los problemas persisten en todas las regiones. “El sistema productivo demanda cada vez más tecnología de insumos y de procesos, siendo ahí donde intervenimos los ingenieros agrónomos, por eso los técnicos son fundamentales, tanto para los productores afiliados a una entidad, como los que no los están. Por eso ante alguna duda de la aparición de una maleza que resulte irregular la convocatoria de un técnico puede permitir armar un plan de control adecuado, para atacar a esta problemática que además de disminuir los rindes, lo que hace es incrementar costos, afectando directamente a la economía de los productores”, señaló el Ing. Picco.
Con una problemática que crece y que se incrementa en los lotes que no tienen rotación de cultivos, el especialista de AFA advierte que se privilegian los costos a la hora de tomar decisiones sobre qué sembrar en cada campo, pero que es fundamental el seguimiento.

PROTOCOLO
En este mismo sentido, expertos de REM (Red para el conocimiento de malezas resistentes), CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), AAPPCE (Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos), INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y universidades trabajaron en forma conjunta para consensuar un protocolo que permita a quienes recorren los lotes tener un criterio unificado sobre cómo debe hacerse el monitoreo de malezas. El protocolo elaborado, se basó en uno desarrollado por Eduardo Leguizamón en 2011 y plantea dos etapas, un trabajo previo al monitoreo en el lote y otro ya dentro con el cultivo en marcha. La primera etapa tiene una calendario anual de monitoreo que varía según zona, cultivos y malezas más importantes que incluye como mínimo mediciones durante el barbecho, al inicio del cultivo, hasta el cierre del entresurco; y antes de la cosecha del cultivo, con testeos necesarios antes y después de las aplicaciones de herbicidas para evaluar la efectividad, además de tener en cuenta el “ranking de malezas zonales”. Una vez avanzado el cultivo hay que identificar correctamente el lote con sus ambientes diferenciados, desde los contornos hasta la definición de diez sitios de muestreo en los cuales se marcan las especies presentes con la ayuda de una planilla preestablecida. Al finalizar todas las estaciones se coloca la densidad y tamaño de las malezas con una escala cualitativa ya establecida. Con toda esta información luego se definirá el nivel de alerta, si se requiere una intervención inmediata o si se puede esperar a un nuevo monitoreo.
El Ing. Agr. Martín Marzetti, responsable de REM dijo en diálogo con LA OPINION que este protocolo surge como una necesidad ante los planteos de profesionales de diferentes regiones, “no existía una forma establecida para el monitoreo de los campos, por eso avanzamos en conjunto en este protocolo para poder avanzar en el relevamiento, tal como se hace con otros aspectos agropecuarios, pero que para malezas al momento no existían estas formalidades”, ahora con un sistema periódico y continuo para el acceso a datos progresivos, que son los que ayudan a detectar eventos excepcionales, sobre todo entre campañas.
El protocolo puede descargarse abierta y gratuitamente en www.rem.org.ar para paliar las deficiencias en el monitoreo de malezas y ganar tiempo ante estas amenazas.
Marzetti coincide en que la rama negra es la más “popular” entre las malezas, pero de todos modos aún es manejable en los lotes.
“Hoy las malezas se presentan en la agricultura de casi todo el país, es una realidad de la producción para la cual se avanzó con el uso de herbicidas desde hace años y como es una amenaza, sin lugar a dudas hay que atenderlo”, apuntó el especialista.

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