HACER LAS COSAS BIEN EN EL TAMBO

Jornadas Tecnicas de SanCor

Que un mejor cuidado de las vacas redunda en los resultados económicos es un criterio internacional, tal como lo venimos reflejando en nuestras páginas.
Ayer por la mañana en la sede del Club Libertad de Sunchales, SanCor CUL realizó la primera de cuatro Jornadas Técnicas Regionales para productores asociados, donde el énfasis de los mensajes se puso en una mejor manera de trabajar, para obtener resultados que puedan ir más allá de las problemáticas coyunturales, superándose hasta elevar el objetivo a una mejor manera de comercializar el producto que todos los días surge de los tambos.
La actividad que se replicará hoy en Morteros, el 3 de junio en Devoto y el 4 en Laboulaye, posibilita un acercamiento a las novedades climáticas de los próximos meses, las problemáticas de las micotoxinas y las novedades en cuanto a la reproducción, la mayor cooperativa argentina le acercó al centenar de productores presentes las nuevas alternativas de comunicación, de intercambio, que involucran desde los teléfonos inteligentes, hasta las redes sociales, para permitir un vínculo de ida y vuelta que fortalezca una relación esencial, entre la empresa y los productores.
Como asesor y veterinario, Mario Sirven habló francamente sobre los mínimos gestos que sin grandes inversiones pueden cambiar la productividad y el ambiente de trabajo, por lo tanto "Los desafíos en la fosa de ordeñe apuntando a la calidad de leche", concitó una atención especial. Empezando por hacerles levantar la mano a quienes eran productores tamberos, la amplia mayoría, siguiendo con la consulta de quiénes habían ido a la hora del ordeño a la explotación y recibiendo solo dos o tres brazos en alto en el auditorio como respuesta, les confesó a todos que "al tambo no se va, pero resulta que hay que ir". Hacerse cargo de todos los aspectos que hacen a la explotación, corresponden a un titular responsable de cada tambo.
Desde su oficina el productor puede hacer una lectura de los resultados de calidad de la materia prima, que son los que influyen cada liquidación mensual, pero de allí, además de la composición, son las Unidades Formadoras de Colonias las que nos hablan de la higiene, pero en general. "Para solucionar problemas hay recetas y andan bien", sostuvo Sirven, en referencia a los cuidados que hay que tomar desde las instalaciones, los pezones de las ubres y las manos del personal a cargo.
Como la Argentina tiene un gran potencial, pero es uno de los destinos del mundo donde el empresario tiene empleados para cumplir con la tarea, a diferencia de casos como el de Europa por ejemplo, se debe avanzar en los cuidados, en los controles del aguado de la leche, de los inhibidores, los antimicrobianos, la presencia de plaguicidas, entre tantas otras cosas, que quizá acepta la industria local, pero que son los componentes que terminan afectando en los precios finales de la exportación, en la valoración de productos agregados.
Entonces, el control de Células Somáticas, que están mejores que hace 15 años, pero mucho peor de lo que deberían, es la variable que afecta a los precios y que de mejorar, "es lo que va a cambiar la lechería argentina".
Los tambos manejan valores por encima de las 200 mil, pero se debería estar por debajo de las cien mil para una mayor tranquilidad cualitativa. "Hay valores diversos en cuanto a las micotoxinas, por eso, una mirada le importa a la industria y la otra al productor, porque este es un parámetro para conocer sobre la posibilidad de inmunodepresión del animal. Si en los análisis no hay menos de 150 mil células somáticas, las vacas están infectadas a partir de cien mil" y esa es una de las razones por la que la producción merma. Entonces "la calidad de la leche refleja lo que se paga por la materia prima y la salud de las vacas, al mismo tiempo".
Por lo tanto, "estar cerca de las 200 mil células somáticas es un límite discutible en la salud de las ubres; y está demostrado que con 400 mil, la vaca produce 800 gramos menos de leche, por día y por vaca". Las células somáticas son glóbulos blancos, las defensas visibles del animal ante infecciones, que son el primer indicador de la mastitis, pero que también se pueden elevar por un golpe, por un padecimiento en el plano físico de las vacas y es por eso que los cuidados en el espacio son tan importantes como las posibles curaciones que puedan precisar. La mastitis es una enfermedad infecciosa, por lo tanto se debe tomar a tiempo la decisión de apartar del rodeo a los animales que no se pueden curar los animales en situaciones más complejas, para evitar así nuevas infecciones. Para esto se debe avanzar en una completa higiene, desde las manos del personal y de todos los elementos intervinientes en el ordeñe, hasta la desinfección de pezones. Es fundamental el cuidado de la integridad del esfínter del pezón, tomando el dato de un menor tiempo conectado a la ordeñadora, pero también evitando infecciones posteriores a la extracción de leche, por lo tanto el animal "tiene que salir de la sala, para ir a comer y no para echarse", para que no entre nada en el conducto que está más abierto que de costumbre, a pesar de la utilización de los selladores, que por mejores que sean "no ponen candado a la entrada de bacterias", aunque no se puede eludir su uso, porque sólo como un dato, un gramo de materia fecal contiene cien millones de bacterias coliformes, como riesgo constante para cada vaca en producción. Es fundamental un buen ordeñe, para buenos resultados, lo cual "hay que controlarlo personalmente, tanto a las máquinas como a los empleados". El proceso tiene que ser agradable, rápido (con ocho minutos como máximo en la conexión a la ordeñadora automática, para vaciar la ubre pronto, especialmente en los alvéolos), con lo cual no debe existir un sobreordeño que desgaste al animal.
Sirven fue sincero, "todos trabajamos para esta señora, la ubre, pero no tenemos que olvidarnos que alrededor hay una vaca", por lo tanto se debe trabajar en el estímulo previo al ordeñe, de unos 45 segundos, un descanso de 30 segundos antes de conectar la máquina y así obtener mejores resultados, para que la oxitocina actúe para hacer bajar la leche y trabajar mejor. Hay que lograr reducir los dolores en las vacas, el miedo que le provocan las personas y los otros animales, e incluso los cambios de rutina, porque son todas las variables que modifican negativamente a la producción.
Como a las personas, las esperas a las vacas las estresan, sobre todo si es para poder ir a dar leche, por más que el entorno sea agradable, pero "hay que saber tratar a los animales, porque la experiencia no alcanza", se debe estudiar, profesionalizar el trabajo, generar condiciones óptimas para animales y empleados, para que una tarea de esfuerzo cotidiano sea lo más agradable posible, sin gritos, sin golpes a las vacas, con música sin estridencias para mejorar la experiencia en la ordeñadora, para todos, porque "es mucho capital el que estamos manejando como para hacer las cosas mal". Ojalá estas ideas, sencillas, posibles, puedan cambiar a la producción tradicional, hacer crecer los tambos con un cambio de actitud y superar las circunstancias superficiales del precio, que a veces se lleva puesto lo más fundamental de la producción en cuanto a la calidad y la respuesta a la demanda internacional.

Comentarios