LOS TAMBEROS, SIN RESPUESTAS

Por Elida Thiery – Mediodía de invierno en Buenos Aires, a seis meses de cumplirse un período completo de mando y ya en la espera en el Ministerio de Economía los tamberos comenzaban a oler que la reunión a la que habían sido convocados no iba a arrojar grandes resultados.
Había sido el Subsecretario de Lechería el que había intentado hacerles creer que iban a estar presentes otros sectores, pero fueron sólo los productores los presentes, pero ni siquiera de todas las entidades, ya que se restringió la invitación a la Federación Agraria Argentina, la Junta Intercooperativa de Leche, Meprolsafe, Caprolec y los recientemente conformados en Apla, la entidad que aún no tiene personería jurídica, pero por la complacencia con algunas prédicas oficiales es invitada a estos espacios, lo cual no está nada mal, pero se deja de lado a la Mesa Nacional de Productores de Leche, tantas veces discriminada en los encuentros fundamentales por el mismo motivo.
Los recibieron el subsecretario de Comercio Interior, Ariel Langer, el secretario de Coordinación Político-Institucional y Emergencia, Javier Rodríguez; y Arturo Jorge Videla. Tan solo con un funcionario más, la reunión no sirvió para más que repetir todo lo que le habían dicho a los productores hace dos semanas en Morteros. "Vamos a ver", "vamos a analizar", "hay que empezar a trabajar", fueron algunas de las frases repetidas, para no terminar tomando ninguna decisión que resuelva la caída de precios al tambero, el freno a las exportaciones o el avance de una paritaria de ATILRA que no se movería del 35 por ciento, aunque después se intente maquillar con otras cifras más los anexos salariales que la vuelvan a situar como la más elevada del país, en tiempos de sincera crisis lechera.
El Gobierno dice entender el caso, estar preocupado (quizá más por el reclamo que pueda hacer el sector de manera activa, que por las complicaciones económicas en sí y en un año electoral), estar analizando la posibilidad de extender unos meses más el subsidio de 30 centavos por litro, para quienes producen hasta 2.900 diarios e incluso se disculparon por las erróneas o faltantes liquidaciones en este sentido. Ayer precisamente se comenzó a pagar la segunda de tres cuotas del subsidio comprometido, pero a la vez demorado.
La gente de Apla puso énfasis en el reclamo por la agilización de créditos para los productores con certificado de emergencia, que en muchas sucursales cursan un proceso por demás lento.
Sin definiciones los representantes de los tamberos pegaron la vuelta y aguardan por una nueva convocatoria para la semana próxima (por supuesto que sin la cadena comercial sentada a una mesa de análisis y debate), teóricamente el martes, en el mismo lugar y quizá con similares resultados, pero las entidades si son convocadas deben asistir con la expectativa de tener alguna vez una salida viable de tantas crisis reiteradas en las que el Gobierno es gran responsable. No es por hacerle el juego a los funcionarios, pero es una obligación, mientras la administración nacional intenta ponerse el traje de dialoguista y termina siendo nada más que una distracción, mientras avanza la baja de precios, que se supone que se va a instalar el mes próximo y no habrá subsidio que la salve, salvo que se aplique la misma lógica que para otras ayudas de la Nación y se les aplique una extensión en el tiempo y una ampliación del 30 por ciento en el valor.
"No hubo definiciones y otra vez nos fuimos con las manos vacías. Sabemos que en la cadena está la plata para poder balancear los precios, pero nadie le pone el cascabel al gato", señaló en diálogo con CASTELLANOS el titular de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, en alusión a la falta de compromiso con las decisiones fundamentales que aguarda la lechería hace más de una década, para salir del estancamiento en el que permanece y padece. "Nosotros dejamos en claro que estamos cansados de venir a hablar de la coyuntura, pero honestamente debemos reclamar por 30 centavos para los primeros seis mil litros de todos los tambos pero no quiero volver a Buenos Aires cada dos meses con el mismo pedido, entonces hay que ordenar el reparto de la renta, definir el manejo del mercado, pero sólo nos vamos con promesas de empezar a trabajar, lo mismo que hace 12 o 14 años", concluyó contundentemente Marcelo Aimaro.
Algunos se ilusionaban con que sea Kicillof el anfitrión de ayer, pero el Gobierno está muy lejos de comprometer a una de sus figuras favoritas en uno más de estos encuentros que sólo sirven para entretener a un sector que es bastante levantisco, al que hay que dispersar. 
De todos modos no parece que la fórmula siga funcionando por mucho más tiempo, porque los tamberos están despertando de la modorra y quieren respuestas concretas, lejos de las promesas ilusorias de ordenamientos que no se lograron en tantos años y que en pocos meses parecen más inciertos aún.

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