ANTE SAPUTO, APLA Y ATILRA PEDIRÁN POR EL VALOR DE LA LECHE

Desde las 10, frente a la planta de la Av. Ernesto Salva de nuestra ciudad.


Por Elida Thiery - La mañana de hoy se estima, una vez más, como nada apacible en las cercanías de la planta industrial de Saputo en el corazón de la ciudad de Rafaela.
Con una convocatoria que fue elevando su tono con el correr de las horas, los tamberos nucleados en la Asociación de Productores Lecheros de Argentina, e incluso la Asociación de Trabajadores Lecheros de la República Argentina, se impondrá un marco de asamblea, de protesta, pero también de amenaza a la empresa de origen nacional, pero que desde hace un tiempo escribe su historia con capitales canadienses. Este es uno de los datos salientes que hace que hoy se congreguen allí tamberos y lecheros, para reclamar por el precio de la materia prima.
Aunque el año pasado en el mismo escenario se libró una lucha de intereses muy marcada entre ATILRA y la firma, por la iniciativa de lanzar un nuevo sindicato para los trabajadores de la industria, que luego de negociaciones directas y mucha presión en la calle quedó de lado. Pero ese vínculo conflictivo se mantiene, al menos en las palabras de algunos referentes y es por eso que esta mañana se enrarecerá el panorama, sobre todo teniendo en cuenta algunas ideas descabelladas de los que convocan.
Se escucharon y se leyeron en redes sociales todo tipo de expresiones, desde las más violentas, hasta las más esperanzadoras, para poder acceder a un encuentro civilizado con los industriales, en que en definitiva sería lo más racional, a través del diálogo comprender la situación actual.
El jueves se firmará la formalización del nuevo acuerdo salarial para ATILRA, que sumará 31 por ciento en seis meses a los sueldos de los trabajadores, además de algunos detalles nada menores como los aportes solidarios al gremio, que superarán ya ampliamente los 2.500 pesos por persona y por mes, además de un aporte no remunerativo de más de 26 mil pesos a pagarse en cuotas, acuerdo muy debatido la semana anterior por los industriales, pero curiosamente defendido por quienes hoy recibirán todo el reclamo. Con estos elementos cabe preguntarse, ¿cómo se conjugan los intereses de los tamberos, que se lamentan por centavos, con los de un gremio que consiguió su objetivo de generar una mejorar salarial contundente, incluso en un marco de crisis sectorial que excede lo nacional y llega a los mercados internacionales?. Esta es la gran incógnita para muchos, tamberos, industriales, comerciantes, e incluso el Gobierno nacional que mira de lejos el caos y espera que pasen estos cinco meses de la forma más rápida posible. Pero son las pequeñas y medianas industrias lácteas las que no pueden hacer frente al incremento de los sueldos propuesto, que no logran exportar y a quienes se les negó todo tipo de ayuda económica, aunque sea de ocho cifras para cubrir las excepcionalidades, contando siempre con el cobijo de cierto sector del Ministerio de Agricultura.
Algunos dicen que de la suba salarial trasladarse directamente a los precios por litro, el recorte a los productores debería rondar los 50 centavos.
El debate en ámbitos industriales generó importantes rupturas, discusiones que no quedarán sólo en la anécdota de una reunión, sino que podrían generar un quiebre interno que a futuro generaría ciertos cambios, pero para eso ahora no hay tiempo.
Las industrias intentarán llegar indemnes a ver de qué se tratarán las políticas del Gobierno futuro, sea cual fuere, pero las importante deudas, el sobrestock por la falta de demanda internacional, la ausencia de capital para cubrir compromisos y el consumo interno que no reacciona, ni siquiera con algunos precios ajustados en baja en las góndolas, no se hace fácil el tránsito hacia una primavera compleja, que promete más materia prima, que podría generar un abarrotamiento en los procesos y con ello precios que ya se empiezan a ofrecer en 2,70 por litro, allá cuando las flores estén en su esplendor.
CASTELLANOS contactó a todos los espacios con intereses en juego y todos refieren a que esta crisis es diferente a las conocidas, porque no hay un horizonte cercano de recuperación, porque habría que esperar hasta el próximo otoño para que la situación se normalice.
Lo ideal sería que las partes sinceren posiciones, que las industrias al haber bajado unos 15 centavos en promedio para la leche cruda de junio, por litro, expliquen a todos los referentes de las entidades tamberas cuál es la situación, las razones concretas de no poder recuperar los precios y así de manera conjunta asistir a un encuentro con el Gobierno, en el intento de conseguir un tipo de cambio competitivo, que pueda mejorar la condición de tener hoy a la leche más cara del mundo para la exportación. De este modo se debería evitar cualquier tipo de protesta que paralice el procesamiento de materia prima, lo cual podría ser una estocada mortal para la cadena láctea, que tiene engranajes cada vez más débiles, cada vez más alejados de políticas progresivas y con amenazas de ciertos irracionales, que ideando fórmulas heroicas y sin nada que se parezca a la eficiencia le dan más importancia al logro personal, a la reberberancia de un nombre, a una oportunidad económica, que al resultado final de gestión concreta y posible por el sistema completo.
Recién el viernes la industria recibiría a los productores y a los trabajadores del rubro. Hasta ese momento no se descarta el incremento de una medida de fuerza que se justifica en todo su espectro, con gestos de poca caballerosidad de por medio, con tan sólo un comunicado en el que se deslinda en la falta de diálogo de las usinas lácteas cualquier tipo de consecuencia.

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