Las malezas requieren salir del esquema productivo estándar

Las mismas fórmulas productivas, la falta de rotación, la ausencia de limpieza de maquinarias y sobre todo la desaparición de "la pala en mano", para sacar las plantas ajenas a los lotes son algunos de los factores clave en el avance de las malezas. Con una competencia concreta con los cultivos, la asesoría profesional aparece como la llave de mejora.


Para muchos productores la palabra malezas está agobiando cada jornada. Un tema de arrastre, que depende del modo de manejar cada lote y de ampliar la mirada sobre las buenas prácticas se afianza en las temáticas de encuentros y congresos para correr la voz sobre lo que aún hay tiempo de corregir.
Según el Ing. Juan Carlos Papa, del INTA Oliveros, "el productor va a buscar la ayuda cuando se da cuenta que fracasó, que lo que hizo hasta el momento no funcionó".
En una charla con CASTELLANOS, el especialista reconoció que en nuestro país "el 70 por ciento de nuestro problema de malezas son las gramíneas, como es el caso del sorgo de Alepo". Entonces entra en juego una lógica de hacer, pero lo que saben, lo que conocen y lo más barato, por estar siempre pendientes de una rentabilidad por demás acotada. "A esto es a lo que las malezas se han adaptado, por lo tanto, lo que realmente funciona que no es ni lo más barato, ni lo más simple, el productor se resiste a usar porque no es tan sencillo y demanda una mayor inversión. Hay que saber que en este problema, por una cuestión cultural, se entra tarde al lote, se agarra la maleza grande o bien se la trata mal y cuando el problema es inevitable, las consultas o las alternativas no son suficientes".
Entonces mirar el lote cubierto de malezas, que siempre tienen otro color, otra textura y fortaleza respecto a los cultivos, nos demuestra claramente la llegada tarde. "El productor siempre cree que hay una solución química, que siempre habrá un líquido salvador, pero eso es un mito, está en la imaginación y en el deseo, pero no está disponible". Es aquí donde el Ingeniero habla de la desesperación de algunos que los lleva a labrar el campo para empezar de cero.
"Depende del tipo de malezas, porque hay veces que la labranza puede resolver el problema y veces que no. También hay casos en los que se abandonan lotes, sobre todo en el NEA y NOA, con una cobertura completa de sorgo de Alepo, que es resistente químicamente. Por eso, la labranza, incluso en la zona núcleo, es una alternativa luego de no haberle encontrado la vuelta al manejo de la maleza, porque tampoco quiere recurrir al asesoramiento técnico, invertir en eso y entienden que es más fácil meter un disco", esto se relaciona con temas culturales, como el de creer los productores que son "independientes en temas de malezas". En definitiva este es el punto central de la cuestión, porque se debería comenzar por estar siempre asesorado, aplicando buenas prácticas, para evitar males mayores como las pérdidas totales que genera el problema de moda.
"Esto es muy difícil de hacérselo entender a los productores, porque ven al profesional como un gasto y no como una inversión. Lo que es fundamental es que un lote bien manejado persiste en el tiempo, se resiste a las malezas por muchas campañas, por un efecto inducido en el tiempo, sin embargo la costumbre de manejarse por plazos financieros, más allá de los biológicos, termina afectando en mayor medida. Más aún si se piensa que el 60 por ciento de la superficie bajo sistema de arrendamiento tiene un plazo más corto de proyección", no entrando aquí el esquema de rotación de cultivos, sino el cultivo que más rentabilidad de en el plazo más acotado, muchos más allá de las adversidades bióticas.
Claro que el Ing. Papa, del INTA Oliveros, también destaca la importancia de rotar herbicidas. De la tabla de estos productos con 22 mecanismos de acción distintos, se utilizan con mayor frecuencia tres, a lo que se pueden sumar hasta cuatro más, con lo cual se desaprovechan estrategias. "Hoy en día lo sacás al productor del glifosato, del clorimurón, por ejemplo y se da una situcación de no saber que más hacer".
Hay un análisis más para sumar, teniendo en cuenta que "durante 20 años, con soja RR y siembra directa, nos permitió llevar adelante un sistema de agricultura industrial, porque al seguir siempre los mismos procedimientos se obtiene un producto más o menos de la misma calidad, durante mucho tiempo. Ahora empezó a fallar el núcleo, que está dado por la falta de control sobre las malezas y eso hace que esté de moda el tema, porque se arruinó el manejo rutinario. Hay que saber cuál es el problema que se afronta, conocer qué malezas se tienen, cuál es la magnitud del problema y en base a eso elaborar la estrategia de manejo, no de control. No todo pasa por aplicar un líquido, sino por el análisis de los casos. Se trastoca el esquema cultural, se cambia la escala de valores del sistema productivo, se descoloca la mirada que tiene adquirida el productor".
Una de las cuestiones fundamentales que el Ingeniero pone de relieve es que "es fundamental volver a caminar los lotes, hacer un monitoreo, volver a usar al agrónomo como actor fundamental y activo", pero también es estratégico "volver a agarrar la pala, sacar las malezas de raíz ni bien aparecen porque es así que realmente se puede evitar el problema".
Además recomendó hacer limpieza de la maquinaria que ingresa a los campos, de manera sencilla que fueron difundidas por el INTA Manfredi, donde a través del uso de fardos limpios o rollos limpios, material seco que circule por la máquina se puede eliminar una gran cantidad de semilla de maleza que puede quedar en la parte mecánica, lo que permite evitar una mayor diseminación de malezas y enfermedades, entre lotes.
Finalmente, Papa respondió ante la consulta de este Diario sobre la resistencia a hacer bien las cosas, a aceptar sugerencias de orden de trabajo o secuencias recomendadas. "No es el costo el aspecto más importante de la resistencia, sino la complejidad, porque el productor está acostumbrado a buscar la forma más simple de hacer todo, aunque no siempre sea lo más barato, que llega en segundo lugar. Las buenas prácticas implican conocimiento, tiempo, esfuerzo y quizá más inversión, eso es lo que se resiste en la idea de un esquema de producción de tipo industrial. Si cambiase el régimen de arrendamientos, para poder tener entre tres y cinco años los contratos para armar, desarrollar y supervisar planes de producción que permitan rotación de cultivos, que aporten también reposición de nutrientes, seguramente este problema mejoraría, pero no va a pasar nada en tanto y en cuanto todo siga a corto plazo y solo en manos del productor".

Competencia real

 Un trabajo realizado por especialistas del INTA Balcarce mostró la competencia real con los cultivos, determinando que por ejemplo la soja, realizada en siembra directa, rindió hasta un 50 por ciento menos, mientras que en labranza convencional, y sin control de malezas, llegó al 76 por ciento.
Trabajos realizados en el sudeste bonaerense, en cultivos bajo siembra convencional y sin control de malezas, mostraron reducciones en los rindes de 76 % en soja, 65 % en maíz y hasta 38 % en girasol. "La magnitud de las pérdidas varía mucho según el cultivo, el sistema de labranza, las condiciones edáficas –de suelos–, climáticas y las especies de malezas", explicó Francisco Bedmar, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Unidad Integrada del INTA Balcarce y uno de los autores del trabajo.
Su manejo y control se convirtió en una de las principales preocupaciones de los productores debido a "las pérdidas económicas que generan al competir con los cultivos por recursos escasos como agua, nutrientes y luz", aseguró el especialista.
En un contexto en el que las especies resistentes y la superficie infestada siguen en aumento, es necesaria la generación y difusión de conocimientos que guíen el diseño de estrategias de manejo para la toma de decisiones.
La Asociación Latinoamericana de Malezas (ALAM) y la Asociación Argentina de Ciencia de las Malezas (ASACIM), organizaron a comienzos de este mes el XXII Congreso Latinoamericano de Malezas (ALAM) y I Congreso Argentino de Malezas (ASACIM), para profundizar el mensaje de no limitar a las aplicaciones de agroquímicos el combate de malezas. En este sentido Bedmar considera fundamental "el monitoreo permanente de los lotes y la planificación, para actuar a tiempo y evitar que se agrave el problema".
En muchos lotes, las fallas en el control con herbicidas se deben a las aplicaciones tardías sobre malezas muy desarrolladas. "Para evitar esta situación, es importante la detección temprana", indicó Bedmar quien agregó: "Es imprescindible realizar un diagnóstico correcto de las especies de malezas y su estado de desarrollo antes de la aplicación de productos de posemergencia, además de conocer la historia de aplicaciones en el lote".
"La Argentina debe aprender de los errores cometidos por los productores agrícolas y lascompañías de agroquímicos de Estados Unidos". Así lo indicó Michael Owen, investigador especializado en control de malezas del Departamento de Agronomía de la Universidad Estatal de Iowa, Estados Unidos, durante una conferencia ofrecida en el Congreso de Malezas.
Owen advirtió que existe una gran similitud entre los problemas que observa en ambos países, aunque destacó que en la Argentina aún no existen las resistencias múltiples que hacen más complejo el manejo en el país del norte. Y recomendó a los productores y asesores técnicos tomar conciencia respecto de que la problemática de las malezas va mucho más allá del herbicida glifosato.
El americano detalló que las compañías que están introduciendo nuevos herbicidas al mercado, en realidad están ofreciendo nuevas reformulaciones de principios activos existentes que ya cuentan con un número importante de malezas resistentes, que pueden colaborar con las estrategias de la rotación de principios activos y la aplicación de diferentes mezclas de principios activos.

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