Nueva caída para la cotización internacional de los lácteos


Por Elida Thiery - Promedia el mes de octubre y los temores se acrecientan. Ayer, en el evento número 150 de la subasta electrónica que cada dos semanas hace Fonterra, desde Nueva Zelanda, volvió a retraer el comportamiento de los precios lácteos.
Con 34.519 toneladas vendidas a 163 compradores, la mayor cooperativa láctea terminó con una caída en promedio de 3,1 por ciento, para un valor de 2.735 dólares por tonelada láctea, mientras que hace 15 días ese valor estaba en 2.834 dólares.
La de este martes es la primera caída luego del repunte del 4 de agosto, por lo tanto, el año será uno de los más complejos de afrontar en el último tiempo para el negocio lechero. Así se frenó la recuperación del 52,1 por ciento en las cotizaciones que se había logrado en tres meses y medio.
Los productos que subieron fueron la manteca en polvo, con 2,4 por ciento, la grasa anhídrida de leche (3,2%) y la caseína con 2,1 puntos porcentuales de variación positiva. Sin embargo los que condujeron la baja fueron la manteca, la leche descremada en polvo, con 11,1 y 4,5 por ciento, respectivamente, además del queso cheddar con 2,2 y la lactosa al 3,8 por ciento. Concretamente la leche entera en polvo tuvo un retroceso de 4,6 por ciento, cayendo a 2.694 dólares.
Lo que se debe leer desde aquí es cómo impacta en la vida cotidiana del tambo este resultado.
Si bien este año las bajas llegaron antes de lo esperado y con ello también antes de lo que se creía su recuperación, el impacto de los precios internacionales en declive aceleró la crisis de la lechería argentina.
Una baja de precios que no se pudo eludir, pero sí trasladar del inicio del año al segundo trimestre, se sostuvo consistentemente por la depresión de las cotizaciones internacionales y más aún por los problemas de mercado generalizados, que desde nuestro país se complicaron aún más y con anterioridad, por la falta de agilidad en la entrega de permisos de exportación que tuvieron gran influencia en la pérdida de cuantiosos negocios. Sin acción propositiva del Estado, no hubo alternativas para industriales y mucho menos para los productores, con lo cual, hoy se está pagando un promedio de 2,40 pesos por litro, con diferenciales por encima de los tres pesos para los asociados a SanCor, que tampoco pudieron eludir las ecuaciones de la dilusión de sólidos en más líquido de la materia prima por efecto primaveral.
Hoy ya se habla de los precios a futuro, pero no como en el mercado de granos, proyectando lo que sucederá el año próximo, sino sobre el destino de las liquidaciones que se entreguen en noviembre.
Muchos estiman que se podrían repetir los precios pagados por la leche de septiembre. Se detendría la caída, pero la falta de rentabilidad seguiría, para justificar de manera importante la debilidad del negocio.
Sin fecha de pago para las compensaciones que corresponderían al mes de julio, en los tambos la situación se pone cada vez más tensa.
Justamente ayer, la FAA de Tandil, advirtió que se está perdiendo un tambo por semana en la región. Gente que se funde trabajando, o que intenta salir del negocio antes de perderlo todo, genera más concentración vendiendo años de inversión en genética de golpe.
Pero en el esquema eleccionario esto no influye en nada, más que en cambiar algún resultado zonal de los comicios.
Fueron pocos los candidatos preocupados por tratar en campaña y públicamente la situación delicada de esta economía regional, así como la de la fruta, como para poner otro de los grandes ejemplos de deterioro en la vinculación economía-producción-política.
Puede ser la ruralidad la que pueda definir un cambio en los resultados de este 25 para intentar torcer su rumbo de precarización de los últimos años, sin embargo es complejo el planteo, poco potentes las alternativas y a pesar del cansancio de una situación de desatención de años, serán los productores los que deban darle pelea a un destino escrito ahora como complejo, pero que se puede modificar a mediano plazo.
Nombres, políticas, votos, definiciones, necesidades, algunas de las palabras que se mezclan y no en la tinta de las boletas, sino en las intenciones de los ciudadanos.

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