Por Elida Thiery - Hablar de dinero en la cadena lechera se hace cada vez más complejo. El tema es el que viene demorando el final de las negociaciones para poder cerrar el acuerdo marco que en la jornada de ayer adelantaba CASTELLANOS.
Con las entidades de productores ya imbuidas en el tema, aceptando los 40 centavos de compensación para los primeros tres mil litros de todos los tambos, a pagarse a través de las cuentas bancarias de sus titulares, aunque el dinero no sea suficiente para recuperar las pérdidas constantes de la producción primaria, también fueron los gobiernos de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires los que dieron su visto bueno a los lineamientos, avanzando además, hacia acuerdos futuros de trabajo conjunto para fortalecer esta economía regional y a la vez fundamental. Pero la demora está puesta en la industria.
Serían los procesadores los que deban pagar cifras no menores a los 2,60 pesos por litro, según la iniciativa explicitada por el Gobierno Nacional, para tener además de una suerte de precio sostén, una unificación de criterios económicos para las producciones en los diferentes territorios, porque hoy de menor a mayor, los valores van muy pisados para los entrerrianos, luego santafesinos y cordobeses, alejados por varias decenas de centavos de los bonaerenses, más allá de las industrias receptoras, que solo en el caso de SanCor supera los tres pesos por litro. El debate es complejo, no falta la empresa que habla de recibir menos leche para dejar de perder tanto y solo dos de las más importantes son las que asumieron superar por muy poco la cifra propuesta. Claro que el acuerdo también sostiene que se debe comprometer una suba porcentual en los meses venideros, teniendo en cuenta ayudas estructurales, que más allá de los subsidios, llegan a la eliminación de los ROEL e incluso acccesos a créditos con tasas subsidiadas para capital de trabajo, tanto en tambos como en industrias.
Esta falta de consenso, que tiene aristas diversas en el Centro de la Industria Lechera, la Junta Intercooperativa de Productores de Leche y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, hace que la firma del acuerdo pueda contar una semana más y así llegar con el anuncio para la lechería, tan ansiado por esta nueva administración al inicio de 2016.
El diálogo es importante pero la laxitud de los plazos puede ser comprometedora para muchos de los productores que tienen en juego a sus explotaciones. Pasa el tiempo y la paciencia se acorta mucho más, de todas maneras siempre hay espacio para esperar las buenas noticias de un nuevo amanecer, aunque sea en 2016.
Con las entidades de productores ya imbuidas en el tema, aceptando los 40 centavos de compensación para los primeros tres mil litros de todos los tambos, a pagarse a través de las cuentas bancarias de sus titulares, aunque el dinero no sea suficiente para recuperar las pérdidas constantes de la producción primaria, también fueron los gobiernos de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires los que dieron su visto bueno a los lineamientos, avanzando además, hacia acuerdos futuros de trabajo conjunto para fortalecer esta economía regional y a la vez fundamental. Pero la demora está puesta en la industria.
Serían los procesadores los que deban pagar cifras no menores a los 2,60 pesos por litro, según la iniciativa explicitada por el Gobierno Nacional, para tener además de una suerte de precio sostén, una unificación de criterios económicos para las producciones en los diferentes territorios, porque hoy de menor a mayor, los valores van muy pisados para los entrerrianos, luego santafesinos y cordobeses, alejados por varias decenas de centavos de los bonaerenses, más allá de las industrias receptoras, que solo en el caso de SanCor supera los tres pesos por litro. El debate es complejo, no falta la empresa que habla de recibir menos leche para dejar de perder tanto y solo dos de las más importantes son las que asumieron superar por muy poco la cifra propuesta. Claro que el acuerdo también sostiene que se debe comprometer una suba porcentual en los meses venideros, teniendo en cuenta ayudas estructurales, que más allá de los subsidios, llegan a la eliminación de los ROEL e incluso acccesos a créditos con tasas subsidiadas para capital de trabajo, tanto en tambos como en industrias.
Esta falta de consenso, que tiene aristas diversas en el Centro de la Industria Lechera, la Junta Intercooperativa de Productores de Leche y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, hace que la firma del acuerdo pueda contar una semana más y así llegar con el anuncio para la lechería, tan ansiado por esta nueva administración al inicio de 2016.
El diálogo es importante pero la laxitud de los plazos puede ser comprometedora para muchos de los productores que tienen en juego a sus explotaciones. Pasa el tiempo y la paciencia se acorta mucho más, de todas maneras siempre hay espacio para esperar las buenas noticias de un nuevo amanecer, aunque sea en 2016.
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