El Gobierno pretende una lechería más grande

Así lo resume el Subsecretario de Lechería de la Nación, antes de llegar a visitar la ExpoRural. Alejandro Sammartino habló de los temas más salientes del sector con CASTELLANOS, dando indicios de las definiciones políticas en marcha.

Por Elida Thiery – Durante la 109º edición de la ExpoRural de Rafaela y la Región se contará nuevamente con la presencia de la representación del estado nacional. Desde aquel 2011 cuando fue por última vez que el Gobierno había colaborado con la muestra, no se daba tal situación.
Es en este complejo 2016, con crisis lechera incluida y tras la afección climática que en Rafaela se podrá ver el stand del Ministerio de Agroindustria, con todos sus programas detallados, pero con particular énfasis en las acciones de la Subsecretaría de Lechería.
Adelantándonos a la visita de Alejandro Sammartino, como responsable del área, que estará en la muestra y en la ciudad durante este viernes y sábado, dialogamos con él en la reciente Rural de Palermo.
Poniendo en común ideas, intercambiando criterios y sobre todo, prestando atención a los conceptos del funcionario, CASTELLANOS intentó encontrar a través de sus declaraciones los indicios que hoy los tamberos quieren para tomar decisiones en un futuro próximo muy complicado y en un largo plazo un poco más calmo.
Dos focos
“El Ministerio tiene una estrategia en lo urgente y una estrategia en lo estructural. En lo que ha sido la adversidad en lo que ha sido la caída dramática de la producción en las cuencas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, la respuesta tiene que ser un apoyo financiero y compensatorio como es lo que hemos venido llevando adelante, entendiendo que hasta ahora no es completo y no alcanza, porque tenemos que continuar y es un proceso que no va a terminar ahora”, explica, mientras que para la provincia de Córdoba ahora se proyecta un plan integral de recuperación, no solamente de la producción, sino de los suelos, “teniendo una mirada integral en la urgencia”.
Sammartino advierte que “ante la adversidad que ha sido la tragedia de la producción no lo resolvimos con precio, porque no hay precio que pueda compensarlo”, por lo tanto “en lo estructural el productor se siente desamparado en cuanto a lo que sucede en la cadena láctea y poco partícipe del precio final de la cadena. Entendiendo que hay un valor, como lo tiene Estados Unidos y Europa, de una tercera parte de este precio, metiendo al Estado, porque sin impuestos los productores estarían cobrando el 32 o 33 por ciento del precio final. Entendiendo que hay todavía un camino para recorrer en lo que es la participación, sabemos que hay que ordenar al mercado interno”. Es así que desde Agroindustria comprenden que “no podemos pretender ordenar el mercado si hay sobreoferta de leche”. Sammartino no soslaya que “el ordenamiento terminó llegando como consecuencia de la debacle climática, pero el Estado estaba determinado a ordenar todo a partir de un stock de intervención, que fue lo que ordenó el Ministro en Expoagro”, lo cual terminó sin darse por desconocimiento de las cifras y por el posterior uso de los productos para sustentar la demanda.
Aunque con discrepancias, porque este septiembre no llegará con el mismo ímpetu que en años anteriores, el Subsecretario remarca que “el Estado tiene que estar presente evitando las sobreofertas, por ejemplo con lo que se supone que va a venir en la primavera, en términos de un posible exceso de leche. Entendemos que vamos a estar presentes para que no se desmadre el mercado interno”. Claramente, luego de resolver esta variable cíclica, “tenemos que trabajar en una política exportadora, porque después hay que ver que hacemos con los excedentes, teniendo que manejar el sistema de reintegros, el sistema de financiamiento con warrants y la ampliación de mercados”, en esos tres ejes se sustentará la política del comercio exterior sectorial. Aquí remarca las mejoras que se han dado con el nuevo acuerdo celebrado por privados con Brasil, donde existe por primera vez un compromiso estatal, con un poco más de cuota para la leche en polvo, incluyendo además de la grandes empresas, a las nucleadas en Apymel.
Se deberá trabajar de manera integrada también, para negociar la cuota de quesos con Estados Unidos, ampliarse hasta Méjico y el sudeste asiático.
Por parte
De esto, Sammartino desprende uno de los puntos más debatidos, que es la participación en el precio final de góndola que tienen los tamberos. “En los últimos cinco años, rondó entre el 29 y el 32 por ciento, que es mucho mejor de lo que tenemos ahora. O sea que no tuvimos niveles de participación bajos, sin embargo, no alcanzó ni para evitar el cierre de tambos, ni para dar crecimiento”. Por lo tanto las estrategias no son las adecuadas.
“No alcanza con tener una buena participación, tenemos que tener una política más completa, mucho más allá de esto, pero no hay una solución fácil”, entiende.
Formalización
El hecho que aún el Gobierno no contemple la posibilidad de darle forma a la lechería con marcos legales es lo que abre bastantes interrogantes.
En este sentido, Alejandro Sammartino se calza el traje del Estado y manifiesta “estar de acuerdo con generar herramientas que den previsibilidad y apoyamos el desarrollo de contratos, por ser una herramienta importantísima como los seguros en términos de clima y márgenes de alimentación. Estamos tan de acuerdo que ya implementamos una leche de referencia, a nivel nacional”, lo cual sentaría las bases para poder ponerle un valor referencial a la materia prima, para negociar entre proveedores y receptores. En tanto, “vamos a trabajar en el desarrollo de un tipo de contratos que no solamente generen acuerdos entre las partes, más allá del precio, sino que permita ser una herramienta como garantía de financiamiento o para generar un registro en el Ministerio a partir del cual se dé un mercado de referencia”. El funcionario explica que estos elementos no resuelven temas de valorización de la leche, lo cual está más que claro, pero apunta a emplearlo como herramienta para “ampliar la torta de la lechería”.
Mientras todo esto suceda, por ejemplo Santa Fe genera su camino propio.
Al respecto la opinión del Subsecretario de la Nación es que “en el 90 por ciento de las cosas que está haciendo Santa Fe estamos de acuerdo”. “Hicimos algunas recomendaciones respecto al sistema que están teniendo para evaluar capacidades de pago, porque nosotros veníamos trabajando a través de la Fundación PEL con un sistema más sofisticado y más completo a través de entender que las capacidades de pago las definen los perfiles de empresas y no los productos en si mismos, lo cual son diferencias conceptuales de metodología”. Una de las sugerencias fue la de incluir a la leche UAT, que representan la mayoría del mercado, además de considerar los costos por sí mismos y no como diferencias del ingreso.
“Generar información para la toma de decisiones es algo en lo que estamos de acuerdo”. Apuntando al Observatorio Lácteo con espacio de debate, donde intervienen las partes y las coordina la Nación, Sammartino subraya estar de acuerdo con los contratos , pero con la diferencia de no ir por sobre la Constitución, al sentenciarlos como obligatorios.
Previsibilidad y acuerdos de partes son cosas que contempla el funcionario, que promete la implementación de la liquidación única para este año, un viejo anhelo dirigencial.
Lo que falta para centralizar el esquema de trabajo entre las provincias lecheras y la Nación, es un sinceramiento completo. Sammartino habla de un trabajo conjunto con Córdoba y Buenos Aires, similitudes de agenda con Santa Fe, pero “con la autocrítica de la Nación, la urgencia nos lleva a dar respuestas frente a la demanda, que te hace separar del camino central por un momento”, en cuanto a lo esporádico que se hace el avance en el sector.
En este sentido y tocando el tema de la multiplicidad de entidades y el diálogo cambiado entre unos sectores y otros, el funcionario refiere a que el diálogo se va a seguir dando en el Grupo Lácteo, esquema que se mezcla con el Observatorio, pero se encarga de remarcar que “algo que no vamos a dejar de hacer es recibir a todas las entidades que se quieran juntar a charlar”, con lo cual no se dejarán de lado las reuniones “consultivas”. La elección de citar a la Comisión de Enlace, en vez de a todas las instituciones lecheras, quizá se dio en el afán de marcar la cancha por el desplante de la reunión del 7 de julio, cuando muchas se levantaron de la mesa por no estar de acuerdo en cuanto a debatir temas más superfluos ante la urgencia.
“Nosotros no nos peleamos con nadie, el productor y las empresas nos están mirando y nosotros tenemos que responder”, concluyó, apaciguando el ánimo.
Para los chicos
Sammartino remarca que “el Gobierno pretende una lechería más grande, con más vacas, pero también con más actores”. Sin alejarse del “fenómeno de concentración, que hace a menos protagonistas y más grandes en toda la cadena, también en la industria, por ser una tendencia mundial, el Gobierno está decidido a darle pelea. Tenemos que tener una mirada mucho más sensible hacia el pequeño productor, no teórica, sino que se va a implementar a través del desarrollo del programa Cambio Rural Lechero”. Como un plan piloto, se estima como una herramienta que genere subsistencia y para poder incluir a las nuevas generaciones. “Acá nos gustaría dar el debate sobre el precio, que es condición necesaria, porque sin renta no se puede progresar, pero no es suficiente”. Con precio, la concentración sigue adelante en el mundo, por lo tanto se apunta a “un Cambio Rural ambicioso, con líneas de créditos, pero también dar progreso y crecimiento para las familias que estén en los tambos”. Modelos mentales y políticos estructurales son necesarios en este acompañamiento. Quizá sea necesario “hacer todo de golpe” como dice el funcionario, pero lo cierto es que hoy las malas condiciones de vida que siguen vigentes en el campo influyen en todas las decisiones, más aún si el dinero no alcanza para lo estrictamente necesario.

Comentarios