Granizo y lluvia fuerte afectaron cultivos y tambos en la región

Un cielo y muchos colores. Del sol a las nubes gris claro, a simular la noche en plena tarde y hasta resplandecer antes del atardecer. Todo eso como escuadra de una tarde de jueves que tuvo lluvia, pero sobre todo desastre para el campo.
No tanto sobre Rafaela, donde la lluvia y el viento estuvieron dentro de los parámetros normales de una tormenta de primavera, pero con gran afección en las cercanías, una vez más el campo padece.
En una franja que vino avanzando desde el Oeste, con intensidad y algo de granizo, se transformó en pesadilla para aquellos que están en el sur del Departamento Castellanos, en Las Colonias y en parte de San Martín.
Parece que no puede haber año o campaña de descanso, siempre el clima pega y lo hace fuerte. De un otoño de inundaciones a la presencia de un granizo que ayer se llevó muchos lotes, e incluso algunas instalaciones.
El que venía siendo un desenlace de campaña fina con buenos márgenes, termina siendo para muchos productores una preocupante situación, con pérdidas totales en zonas como las de Estación Clucellas, pero también en cercanías de Pilar, donde los registros de precipitaciones llegaron a los 50 milímetros, según la medición en algunos campos. En casos como el de Rafaela fue muy inferior, aunque muy dispar según los sectores de la ciudad.
Fue la Cooperativa Guillermo Lehmann la que lo empezó a advertir ayer por la tarde en sus cuentas de redes sociales, como imágenes concretas de la acumulación de granizo en las calles de la vecina localidad de Pilar y los mensajes de los productores no tardaron en llegar con las peores noticias.
No solo la agricultura padeció, sino que los tamberos una vez más sintieron el golpe de la naturaleza, porque la pedrada volvió a afectar salas de espera, a los tambos en sí, con lo cual el raid de pérdidas sigue su curso.
Cuando algunos aventuran precios futuros, el ritmo del mercado, nunca hay que olvidar estos imponderables que vienen a cambiar el comportamiento de cuestiones tan volátiles como los precios.
El campo no puede reposar, no se lo permiten algunas decisiones, pero mucho menos el efecto de la naturaleza. A partir de hoy se empezarán a medir los daños, a hacer cálculos, a estimar cuánto se podrá recuperar con la gruesa, cuando se podrá tener de las emergencias, pero sobre todo hay que meditar cuanto queda librado al azar al no tener un respaldo de rentabilidad que permita avanzar en cuestiones ligadas al reaseguro de las cosechas, a activar las herramientas que se tienen a mano, al menos para resistir tiempos de daño.
Los pronósticos más fieles indican que para la salida del fin de semana y la transición hacia el lunes, podrían volver las precipitaciones intensas, aunque el sábado y los días venideros las condiciones se corresponderán con esta etapa del año, elevando los termómetros a más de 30 grados por la tarde, como viene sucediendo entre las recientes lluvias.
La inestabilidad será la constante, con un fenómeno Niña débil, aunque de corta duración con impactos no tan intensos según el Servicio Meteorológico Nacional. De todas maneras no se descartan repitencias de episodios como el de ayer, a lo largo de toda la estación.

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