La Nación no aportó nada para los tamberos santafesinos inundados

Por Elida Thiery - Desde Navidad la lluvia no es bienvenida en la cuenca lechera central. Así como desde hace años, por la falta de obras hidráulicas cada diluvio se transforma en pérdida, desde el buen ánimo hasta los animales y los tambos, por eso, los productores se agotan y con ellos la actividad.
Lejos de debatir la rentabilidad, e incluso los sistemas productivos, lo cierto es que en menos de un año los tamberos del centro-oeste santafesino han padecido el agua y la desidia.
Por primera vez en muchas décadas, pareciera que lentamente las obras de ordenamiento en rutas, caminos y sobre todo canales y ríos, empiezan a tomar forma. Sin embargo, ese impulso anímico no es suficiente, porque las pérdidas económicas son tan reiteradas y profundas que con cada lluvia el temor crece y los números se remarca más en rojo.
Fue así que desde que se inundara por última vez toda la región, el Gobierno de la Provincia estuvo dispuesto a afrontar una ayuda grande, pero lo más ágil posible.
Con un cálculo de 1.300 tambos afectados, la necesidad económica estaba dada en lo que significa mucho más que el presupuesto de varios ministerios santafesinos. Fue así que con la única visita del Ministro de Agroindustria de la Nación y parte de su gabinete, se pidió una ayuda a la Nación.
En aquella reunión en la Casa Gris, Ricardo Buryaile, decía que se iban a enviar unos 150 millones, pero a préstamo. Afortunadamente la provincia no esperó ese dinero y siguió avanzando.
En las últimas semanas se firmaron los acuerdos con los productores que recibirán dos mil pesos para los primeros 200 animales del rodeo, con un año de gracia y tres para la devolución y hoy se oficializará la línea.
Será a las 11 de la mañana en la ciudad de Santa Fe, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno provincial que el propio gobernador, Miguel Lifschitz encabece la presentación y habilitación del Programa de Asistencia Financiera a Productores Santafesinos afectados por la emergencia hídrica. También lo acompañarán funcionarios del Ministerio de la Producción, que fueron los que decidieron este riesgo y su concreción.
El vacío de la Nación se siente, la desatención se ve y el oportunismo queda expuesto, por más que haya existido un atisbo de esperanza entre tanto funcionario oriundo del sector dirigencial del sector agropecuario.
Los tamberos de la mayor provincia lechera están dispuestos a seguir adelante, incluso conservan la expectativa de tener un segmento productivo mejor hacia adelante aquellos que debieron colgar las pezoneras en la fosa mientras vieron irse a sus vacas. El tambero es un hombre de trabajo, de insistencia única y allí está la clave para seguir endeudándose, para tomar una nueva oportunidad en medio de la crisis e intentar sacar adelante a un sector que no tiene una a favor, ni la politica central, ni el clima.

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