Los productores que definirán la conversión
en sociedad anónima de la cooperativa entienden que puede haber una mejora en
el mercado.
Por Elida Thiery (EDairyNews) - Los tropiezos de SanCor para subsistir como
cooperativa tienen ya una fecha límite. Luego de la asamblea del próximo 6 de
abril, para homologar los Acuerdos Preventivos
Extrajudiciales que ya fueran presentados en tribunales de la ciudad de
Rafaela, con el aval de escribanos santafesinos y que representan al 72,97 por
ciento de los acreedores y al 69,73 por ciento del capital adeudado, darán paso
a lo que viene anticipando con claridad EDairyNews. Como anticipábamos esta
mañana, será el 12 de abril que la reestructuración llegue a su punto cúlmine.
Dejando de lado a un grupo
europeo no revelado y al gigante Fonterra que empalagó a muchos, Adecoagro
terminó siendo que quedó en mejores condiciones y será su oferta la evaluada.
Los tamberos, los que
producen lo que SanCor procesa serán los que deban decidir.
Entre el amor y el odio, la
Cooperativa siempre contó en su historia con fanáticos y detractores, pero
sobre todo desde 2006 las heridas se hicieron cada vez más grandes. Problemas
administrativos pésimamente combinados con malas políticas y desastres
climáticos hicieron que el éxodo de leche y de productores se diera
cíclicamente. Muchas cooperativas menores quedaron en el camino y también
cientos de tambos que fueron cambiando de apellido, en una imagen donde las
empresas determinan no sólo el precio de la materia prima a mes vencido, sino
los modos de andar por la lechería.
Hablando con tamberos
netamente la expectativa positiva se apodera de sus voces. Nadie está tan
confiado como para ciegamente esperar cambios, sin embargo todos entienden que
un nuevo jugador puede acarrear errores, pero sin dudas y en el plazo
inmediato, más pelea por la materia prima y así algún acomodamiento de precios.
Muchos miran la “pelea” que podría renovarse entre la “arcorizada” La
Serenísima, pero otros creen que será más de cerca que las empresas que le
comieron mercado a SanCor salgan a responder con clara competencia.
Son los que se fueron antes
y después del espinoso acuerdo con Venezuela los que no descartan volver, con
esta privatización.
También están los que temen
el destino de Milkaut, en el que el cooperativismo fue aplastado en un año y
hoy son los menos los que siguen entregando su leche a la que fuera una empresa
en parte propia.
La esperanza le gana a los
temores, para coincidir todos en el cambio de paradigma lechero. Que haya
oportunidades no quiere decir que todos salgan triunfantes, pero sí que se
pueda recuperar un poco de la mística del tambo, que algunos pueblos vuelvan a
respirar y que con mucho trabajo la lechería vuelva a posicionarse y dar una
pelea internacional, para la que le puede sobrar espalda.
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