A media mañana en el
Ministerio de Agroindustria se reunirá el espacio de la cadena lechera, para
ver qué temas le trasladará el jueves a las 11:30 en Casa Rosada a Mauricio
Macri.
Por Elida Thiery - Como
si se tratara de un gran buffet de quesos, este miércoles por la mañana volverá
a reunirse la Mesa de Competitividad Lechera, con todos sus integrantes, el
Gobierno Nacional, los de las provincias, las industrias de todos los tamaños y
las entidades de productores. La alegoría gastronómica no es por el servicio de
la Mesa, sino por la gran cantidad de temas que habrá que seleccionar sobre un
solo plato para ofrecérselo un día después al Presidente de la Nación.
En lo que será el tercer
encuentro con el Presidente de la Nación, no se tienen grandes expectativas de
respuesta, en ninguno de los cuatro tópicos principales.
Con mucho movimiento de
entidades tamberas en las últimas semanas, e incluso la presentación de una
declaración de emergencia sectorial por un año en el Congreso a través de
Diputados, se precipitó la cita, pero no así las decisiones de Gobierno.
En cuanto a la
coyuntura, que tiene una comisión especial aún no activada, habrá que elegir en
la mejora de acceso al crédito y costos en el segmento, prórrogas de
vencimientos, crear un fondo de garantías para agilizar el acceso al crédito.
Sobre la presión fiscal se debería tratar el diferimiento de vencimientos de
impuestos, reducir aportes patronales en pymes, racionalizar plazos de
intimaciones de AFIP, disminución de impuestos en tarifas de energía. Todo
llevaría a la necesidad de decretar la emergencia económica en el sector
lechero, sin embargo hay un punto que ya fue negado en la propia mesa, el de
reducir aranceles para la compra de maquinaria y bienes de capital. Se dijo en
una reunión pasada que “no es momento de invertir para la lechería”, con lo
cual se reconoce la crisis, pero no se da la opción al que pueda de comprar por
ejemplo robots, lavadoras o maquinaria que no se hace en el país y que tiene hoy
la obligación de pago del IVA en tres tramos, 14%, 20% y 21%. Insoportable
hasta para el más grande y eficiente, este tipo de señales son las que sacan del
juego a los más chicos, los que construyen la base fundamental de la lechería.
Sobre los mercados se insiste en la solución mágica de los nuevos mercados internacionales, de los negocios que demandan al menos 90 días, aunque se pide facilitar procesos administrativos, e incluso replantear las compras estatales de leche en polvo, con un detalle en este punto que suena casi a una ofensa a la más básica lógica.
Sobre los mercados se insiste en la solución mágica de los nuevos mercados internacionales, de los negocios que demandan al menos 90 días, aunque se pide facilitar procesos administrativos, e incluso replantear las compras estatales de leche en polvo, con un detalle en este punto que suena casi a una ofensa a la más básica lógica.
Generar un código de
buenas prácticas comerciales (clearing e intercambio de materia prima), mejorar
la fiscalización en el sector, consolidar al Siglea como plataforma de
comercio, son parte de los temas ligados a la transparencia.
Finalmente, con paladar
gourmand deberán seleccionar del menú amplísimo de temas, del que han quedado
muchísimos platos que deben comerse calientes, en cuanto a infraestructura una
vez más la necesidad de mejorar caminos rurales (ya fueron relevados a pedido
de Macri 12 mil kilómetros a mejorar pero ni Nación ni provincias aportan el
dinero), disponer de energía trifásica y constante en los tambos e incluso
avanzar en obras hidráulicas. La multiplicación de robots en los tambos y
mejoras en las líneas de producción de las industrias cierran las sugerencias.
Con un colador bien
grande y maître para cada tópico se
llegará a la Rosada el jueves, sabiendo que es difícil tener una definición
positiva, sobre todo porque todas las versiones oficiales de la lechería están
sobrecargadas de un positivismo irónico y ficticio que intentaron velar dos
años y medio de deterioro, en el que la misma cantidad de leche sigue estando,
pero las sombras en los tambos se multiplican en lo que ya se conoce como un
silencio ensordecedor en los dos turnos de ordeño de cientos de explotaciones.
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