Si bien los precios seguirán sin acompañar
los costos, parece que el clima será más adecuado para permitir una leve recuperación
en la actividad primaria con un promedio para agosto de 7,40 o 7,50 por litro.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Aunque falta casi un mes para el inicio
formal de la primavera, ya hay jornadas que nos dan indicios del cambio
climático que pronto va a generar el esperado impacto positivo en el tambo.
Claramente será septiembre el mes del alivio para los productores, porque
además de tener más litros en el acumulado de ordeño, comenzarán a aflorar las
pasturas que tanto fueran castigadas en el cruel verano pasado con falta de
precipitaciones y en la seguidilla de otros cuatro períodos estivales de excesos.
Según la estimación del Servicio
Meteorológico Nacional, el tercer trimestre del año terminará con la
probabilidad de ocurrencia de un período Niño, con precipitaciones inferiores a
lo normal en el extremo norte del Litoral; superior a la normal sobre
el norte del país, centro y sur del Litoral, Córdoba, Santa Fe norte y este de
Buenos Aires; normal sobre La Pampa, oeste de
Buenos Aires, como para tomar las principales regiones de producción de la
leche, con temperaturas en márgenes normales.
Por su parte, la Oficina de Riesgo Agropecuario del Ministerio de
Agroindustria de la Nación concuerda con este disparador completando que “la
probabilidad de un verano bajo condiciones El Niño alcanza actualmente el 70
por ciento”, mientras que “los últimos pronósticos estadísticos y dinámicos
prevén el inicio de un evento El Niño débil a principios de primavera,
creciendo posiblemente a intensidad moderada a finales de primavera y
principios del verano”.
Esto generará un buen final de campaña fina para quienes complementan
actividades y permitirá planificar una gruesa rentable y un poco más segura.
Respecto a los precios, si bien hay subas
ínfimas en el horizonte de septiembre, no alcanzan para cubrir los costos.
El último informe del INTA Rafaela es de
junio, momento en el que se registraban costos de producción que oscilaban
entre 7,04 y 7,25 pesos, por lo tanto, añadiendo devaluación a causa de la suba
del dólar (el sexto mes del año se iniciaba a casi 26 pesos) e inflación
mensual acumulada, hoy por hoy los valores seguirán muy por detrás de las
necesidades.
El panel de 18 principales empresas lácteas
nacionales arrojó 7,24 pesos por litro para la
leche de julio, mientras que en el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería
Argentina el promedio fue de 7,12 pesos, mientras que Santa Fe fue la líder en
valoración con una ecuación de 7,22 pesos por litro. Por lo tanto, con un mes
de diferencia apenas se hubieran podido cubrir los costos que para muchos ya
están cerca de los nueve pesos.
Paseando un poco por las
industrias, de varios tamaños, se supone que el promedio del precio por litro
podría subir no más de 40 centavos para la leche cruda que aún se ordeña en
este agosto y que se liquidará con el inicio de septiembre.
Aún sin tener una leche de
referencia en cuanto a calidades en la valoración general, los precios en
promedio estarían 7,40 o 7,50, trepando en el ritmo mencionado, pero con
oscilaciones que tendrían un piso de 7,10 hasta llegar a los 7,80 en la mayoría
de los casos. De todas maneras, en los grupos de comercialización o pooles
lecheros se podría tocar el objetivo de los 8 pesos como un indicio de mejora,
lo cual sólo servirá al discurso positivo de algún funcionario sobre la
obviedad de un deterioro económico que requiere de estos ajustes, pero no será
herramienta de real recuperación para el sector.
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