El sector lechero se
prepara para reencontrarse con el Presidente, mientras se apuró ayer la
presentación de una herramienta formal que podría anticipar el valor de la
materia prima.
Por Elida Thiery - Con un cambio de horario
a fin de la semana anterior, durante unas tres horas ayer se desarrolló un
nuevo encuentro de la Mesa de Competitividad Láctea. La expectativa de
reencontrarse con el Presidente y las ideas arrebatadas marcaron este lunes que
se coronó con la presentación del Mercado a Futuro de Lácteos.
Fueron muchas las
entidades presentes, en un día donde el clima golpeó muy fuerte a la cuenca
lechera central, sin embargo la clave del encuentro fue otra.
Sabe la gente de la Dirección
Nacional de Lechería que se debe mejorar en múltiples sentidos el Sistema de
Gestión Integrado de la Lechería, para tener concretas certezas en cuanto a
datos. Si bien la versión oficial es que el Siglea evita la marginalidad, en el
encuentro las entidades solicitaron mayor cobertura para conseguir así un
precio promedio más representativo que el actual, ya que sólo el 51 por ciento
de las empresas paga en el país en este marco de liquidación, destacando los
representantes industriales que la calidad actual de la materia prima es baja.
Se intenta desde la
Nación instalar la voluntad de generar pagos por calidad y composición, algo
que está pendiente desde la gestión anterior, pero no se logra encaminar por
completo para todo el sector.
El Banco Nación informó
nuevas líneas de crédito ajustadas por UVA, además del 9 por ciento de tasa de
interés, con montos máximos de cinco millones de pesos y plazos de entre cinco
y siete años, a sola firma o con prenda sobre el ganado, respectivamente.
Estarán orientados a productores y se entiende que las cuotas no deberían
superar el diez por ciento de la facturación mensual, siempre y cuando se
remita a empresas autorizadas por el banco, siendo actualmente la única
habilitada Mastellone Hnos.
La estimación es que en
la primera quincena de diciembre se pueda dar el encuentro con Mauricio Macri,
prometido a comienzos de este año, para lo cual la Mesa de Competitividad se
volverá a reunir en varias oportunidades, siendo la primera de ella el martes
27 de noviembre a las 14 horas.
Sobre el final del
encuentro se adelantó, en boca del Secretario de Agroindustria lo que minutos
más tarde se presentaría a la prensa, el Mercado a Futuros de la Leche, donde
no participarían las entidades, ni siquiera gobiernos provinciales.
Con muchos rumores
rondando a Luis Etchevehere, puede ser este elemento el más marketinero de la
gestión.
Los productores lo miran
con reserva y con mucha razón, existen puntos pendientes y que no se zanjan con
la promesa de mejorar todas las condiciones que hace el Gobierno sólo con una
decisión a la que pareciera faltarle algún sustento más.
Los mercados MATba y ROFEX, que a fin de año deberán definir su fusión,
fueron los que el año pasado comenzaron a
desarrollar un esquema de contrato que pueda determinar la negociación a
futuro de la leche cruda, por cinco mil litros cada uno, liquidado en base al
precio mensual que indica el Siglea y lógicamente en referencia al circuito
formal de la leche. Las condiciones fueron debatidas en conjunto, en una mesa
técnica con todos los eslabones de la cadena y con la coordinación del entonces
Ministerio de Agroindustria.
Consultando a Marcelo Commisso, gerente de Desarrollo de Rofex, se puede
intentar dilucidar la gran incógnita del tema.
El Siglea tiene un precio promedio, no discrimina calidades, ni pone
condiciones, aunque informe la composición de la leche que contempla. “Este es
un contrato para hacer cobertura, no es un índice. Se liquida con entrega de
leche que negocia la expectativa que va a tener el precio con anticipación. Lo
que se intenta es fijar una cobertura en base a la evolución promedio del
mercado de leche. No tiene nada que ver con el precio que se pacte en una
transacción individual, o lo que reciba mensualmente el productor por parte de
la industria a la que remite habitualmente”.
Commisso indicó a Agrofy que en definitiva esta herramienta “permite
cubrirse en la suba o baja promedio del mercado lácteo, funcionando de manera
parecida al contrato que ya tenemos para ganadería, donde ahí se toma el precio
de Liniers”. De todas maneras, el ganado de carne está muy bien delimitado por
categoría, no como en este caso de la leche que todo puede terminar siendo un
líquido blanco, sin distinción, porque no existe un parámetro de referencia
composicional.
La semana anterior la Comisión
Nacional de Valores aprobó el contrato, con la anuencia de Agroindustria y
supuestamente estaría en marcha el 15 de diciembre próximo, sin embargo desde
Rofex reconocen que no habría operaciones sino hasta el primer trimestre de
2019.
Etchevehere explicó ante la
prensa ayer que esta herramienta modificará la forma de producir porque
"conocer el futuro mejora el presente de los productores, que van a poder
simplificar sus costos de producción para adaptarse al mercado, y de los
industriales que van a poder comercializar de una manera previsible, firmando
contratos a un año o más. Esto sin dudas es una posibilidad de generar empleo,
de potenciar el arraigo rural, y de ingresar nuevas divisas por parte del sector".
Quizá hay un excesivo optimismo en este elemento faltando aún varias
piezas en el medio desatendidas y con una situación climática que en las
últimas horas volvió a cambiar la realidad en los tambos, mucho más allá de los
precios.
Según Commisso puede ser este un aporte más a la transparencia del
sector, “sirve para descubrir precio, porque a través de las transacciones del
mercado a futuro se permite conocer que podría pasar con los precios hacia
adelante, en un mediano plazo”, lógicamente los problemas estructurales del
valor de la materia prima no se resuelven con esto, aunque de alguna manera a
mayor adopción de este tipo de herramientas formales, puede mejorar la
condición en la valuación general.
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