Tambo: del padecimiento del calor, al temor por las lluvias

La realidad de los tambos en la cuenca lechera central se da en un tironeo de situaciones.

Por Elida Thiery - Este verano se inició muy complicado. Primero las temperaturas no levantaban y muchos temían por los cultivos en esta situación irregular. Lentamente se fueron alternando días de calor, con jornadas levemente templadas. Mientras tanto, hacia el norte de Santa Fe y el resto del territorio nacional el exceso de precipitaciones generó anegamientos que hasta hoy no liberan miles de hectáreas y combinan de la peor manera la falta de obras de infraestructura y el golpe de la naturaleza.
Ni los actores políticos de antes, ni los de ahora, ni los que vienen por delante contemplan a esta variable como fundamental para las gestiones, en cualquiera de los planos, desde las comunas, hasta la Nación. Comités de cuenca que no cumplen con sus funciones, municipios y comunas que no invierten en mejoras, provincias que sólo se acuerdan de la emergencia con el agua a las rodillas y una administración nacional que no gasta siquiera los ínfimos presupuestos anuales por emergencia de 500 millones de pesos y no se sonroja a la hora de prometer ayudas que jamás llegarán a quienes se desesperan ante la catástrofe, sea cual fuera su envergadura.
La principal cuenca lechera del país tiene como eje a la ciudad de Rafaela, en el centro-oeste santafesino. Han pasado cinco años de inundaciones y un reciente verano de sequía, mientras todo esto ocurrió no hubo más que promesas para obras hidráulicas fundamentales y salvo algunos canales menores, o la limpieza de cunetas, no ha ocurrido mucho más.
Desgracias de todo tipo cuenta la región a causa de las inundaciones. Desde los que perdieron cosecha tras cosecha y siguen intentando, los que se fueron del negocio y se resignaron a vender o alquilar los campos, hasta cuestiones que se han llevado la vida de los productores.
Es por eso que desde hace un tiempo a esta parte entre diciembre y abril el padecimiento de cada jornada se reparte entre el calor y las lluvias.
Cuando no llueve el verano hace que sea tan agobiante cada día que el productor desvía el pensamiento del temor a los anegamientos, hacia la merma productiva y la pérdida de dinero por menor cantidad de litros de leche en el tambo. En los días más complejos el índice de temperatura y humedad que elabora el INTA llega a los 87 puntos, siendo a partir de 72 que los animales acusan recibo del clima y tienen mermas de hasta 25 por ciento en la producción.
A medida que pasan las semanas esa tensión está en el aire y los cambios en los campos se ven a simple vista. Si bien las lluvias en este punto geográfico vienen siendo benévolas y sin excesos, drenando bien las precipitaciones, los encharcamientos se encuentran al recorrer pocos kilómetros y se ve a los animales descansando en sombras escasas, donde el barro forma parte de la oferta.
Días atrás remarcábamos la importancia de tomar decisiones tales como definición de alteos y caminos, mejoras que tengan relación con la parte interna de los campos, al menos para que cada productor no se culpe si llegan más lluvias. Lo que pase afuera de la tranquera está demostrado que no es manejable.
Está terminando enero y con febrero, junto a marzo y abril llegarán tiempos más inestables y con mayores registros de precipitaciones. Entre calor y lluvias cada día se entremezcla con la falta de rentabilidad con precios por litro de leche que no cubren costos, con reservas que deben asegurarse a tiempo y seguramente con agricultura que con suerte llegará a subirse como grano a un camión y así emparejar las pérdidas de cada empresa agropecuaria. Cada día debe estar acompañado de definiciones en la empresa agropecuaria que intenten mitigar tiempos difíciles.
Por ahora a no empalagarse con el ímpetu optimista oficial y contar dinero que todavía no se tiene en el bolsillo, para no malgastar energía. Ser realistas y transitar cada día es la mejor decisión, intentando eficiencia a pesar de los costos.
A aplicar el proverbio y "no llorar sobre leche derramada". 

Comentarios