Desde el CIL y
Apymel no manifiestan expectativas positivas sobre el mercado lechero interno y
externo, sin evolución significativa respecto al año anterior.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - El año empezó
hace un mes, pero parece que para la industria láctea no arranca.
Después de un
2018 muy complejo en general, y particular para el sector, este 2019 no traería
demasiados cambios. Para corroborarlo Agrofy News habló con los dos principales
referentes de las empresas que aportaron sus expectativas.
“Por lo ocurrido
en este último año, me parece que va a continuar una corriente exportadora más
o menos estable, como la que se logró en 2018; y probablemente haya algo más de
consumo local, generado por la demanda de planes sociales y alimentarios del
gobierno nacional y de los provinciales”, explica Miguel Paulón.
Desde el Centro
de la Industria Lechera, que nuclea a las empresas lácteas de mayor envergadura
se entiende que en un año electoral puede haber más tracción en lo que son las
compras directas de leche social y eso es lo que podría mover un poco la
demanda de lácteos, golpeada en los últimos meses por la inflación incesante.
Según Pablo
Villano, “estamos esperando que 2019 sea un año malo, si no se modifican los
parámetros que tenemos. Por la situación económica del país, por las altas
tasas que influyen a la hora de tomar un préstamo para cualquier sistema
productivo; por el nivel de endeudamiento de las pymes, por los plazos de pago
alargados”.
El planteo del
representante de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas es que
“por ahora no hay una preocupación, porque lo que uno está esperando es que
llegue un poco más de leche. Hay poca materia prima y esto acompaña la baja en
el consumo, que a la vez permite cumplir con compromisos de exportación que se
habían tomado meses atrás”.
El responsable
del CIL también entiende que “este será un año bastante parecido al anterior”,
porque “no se aprecia que pueda haber una diferencia en la producción sustancial,
vamos a estar en el orden de los 10.500 millones de litros”, sumándose a esto
que no hubo una apertura exportadora como se intentó trasladar cuando comenzara
la devaluación.
En Apymel saben
que “este enero no es demasiado problemático, pero sí se presenta un 2019 muy
difícil por la combinación de un mercado interno planchado y el externo que
enfrenta un aumento de costos de producción, frente a la continuidad de los
bajos precios internacionales. Eso nos saca afuera del mercado”. Villano añade
que “no hay que olvidarse del diez por ciento de retenciones que tenemos,
además de todos los otros impuestos y costos de servicios”.
En las ventas
externas durante 2018, “tuvieron un buen comportamiento Argelia, Brasil, Chile,
China con suero básicamente, pero no hubo grandes novedades en materia de
mercados”, asume Paulón, sin embargo el trabajo se orientará a impulsar
productos a Méjico, desde un pívot entre el Gobierno y las propias empresas.
Agrega el hombre del CIL que el sudeste asiático seguirá siendo un objetivo
posible, así como algunos otros compradores en Africa. Los tratados de comercio
y los aranceles seguirán siendo fundamentales en las negociaciones y la
competitividad con otros países productores.
Villano
ejemplifica que hoy para no perder los precios de los productos argentinos
deben salir al exterior con remarcaciones que no tienen. “Un queso mozzarella
hecho en una pyme se debería vender a 3.600 dólares la tonelada para no perder,
pero el mercado lo paga a 3.400. Con la leche entera en polvo pasa lo mismo, el
mercado paga 2.700 a 2.800, pero los números cierran a partir de los tres mil
dólares, por la ecuación de aumento de costos, pago de retenciones de tres
pesos por dólar y el aumento de costos, la reducción de los reintegros, por lo
tanto siempre estamos sin resolver el problema de la competitividad”.
En cuanto a los
precios al productor, “estamos viendo que los costos y los precios pagados por
la industria están acercándose prácticamente a un punto de equilibrio, así que
ese sería el objetivo a alcanzar para tener estabilizada a la producción”,
agregó Paulón.
Paritarias
Es para la
industria muy importante la negociación paritaria de cada año que se inicia en
abril, en referencia a la significancia en cuanto a costos. Con un mejor
vínculo, pero con materias pendientes y aumentos que se están pagando, según
Paulón, “ha habido avances significativos. Seguramente se va a seguir
negociando y creemos que se ha normalizado bastante la relación entre el
sindicato y la industria, porque hemos encontrado un punto de confluencia
bastante razonable, por lo cual aspiramos a que sigan mejorando las
relaciones”.
Anular el pago
del aporte solidario, que significa 1.500 pesos por empleado en las grandes
empresas y 750 en las pymes, no se debatirá en próximos encuentros de las
partes, ya que las miradas al respecto son diametralmente opuestas. El gremio
quiere elevar el monto extraordinario y las empresas siguen sosteniendo su
voluntad de abandonar estas erogaciones que comenzaron en 2009 directamente a
Atilra.
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