Producción
contenida, demanda ajustada por inflación y ajuste de valores en el tambo, son
aspectos de un negocio que se muestra en crisis en todo el mundo.
Por Elida
Thiery - Aunque
los números ya se están acomodando, muchos siguen con la mandíbula tensa al
hablar del sector lechero.
Un
año en el que no hubo sequía como en 2018, donde no se registraron inundaciones
como se dieran en 2017 o en años anteriores en las principales cuencas lecheras
del país, tiene algunas variables de consideración para entender los motivos
del aumento de precios al consumo, de la baja en la demanda, pero a la vez la
suba en los pagos a los tamberos.
Argentina
transitó un verano con días de calor intenso y con lluvias benévolas, por lo
tanto la baja productiva y de recepción en las industrias promedió el 15 por
ciento. Pero ya estamos en un otoño generoso, que promete proyecciones de suma
hacia la primavera.
El
Sistema Integrado de Gestión de la Lechería sentencia que la merma productiva
fue del 7,9 por ciento en la comparación interanual, pero de un punto hacia
arriba respecto a febrero, con casi 750 millones de leche procesados.
El
promedio del precio quedó en 11,76 por litro (10,45 fue el valor ponderado en
febrero), en los 28 centavos de dólar, confirmando la tendencia de suba de 1,50
peso por litro, tal como lo veníamos previendo en Agrofy.
Subieron
21 por ciento las exportaciones, con un valor promedio de 2.800 dólares en
general. Pero hay dos datos para prestarles atención.
El
mercado interno demandó en marzo 13 por ciento menos de leche fluida, cuando
comenzó la escalada de precios que bien detallamos y que actualmente tiene
valores desde los 35 pesos en sachet, hasta casos extremos de 70 pesos por un
litro de leche entera en tetrapack. La leche en polvo se compró 10 por ciento
menos, seis puntos menos los quesos (que ya tienen valores siderales, partiendo
del cremoso arriba de los 250 pesos por kilo), mientras el resto de los lácteos
cayeron 11 por ciento en la demanda.
En
esto no sólo influye la remarcación de las empresas que supera desde enero algo
más del 20 por ciento, sino la total disposición del supermercadismo de
disparar diariamente los valores, confundiendo al consumo, lejos de fidelizarlo
o calmarlo.
Pero
otra de las variables llamativas es la de la baja de existencias de leche
entera en polvo, cayendo 60 puntos. No sólo son las exportaciones, sino lo que
contábamos de los compromisos de provisión de leche social. En febrero el
Gobierno licitó la compra de 11 mil toneladas de leche en polvo, a valores que
duplican lo que está pagando el mundo. Cumplir con este compromiso llevó a
priorizar este negocio y debilitar la provisión de la leche más económica del
consumo masivo, que fue lo que despertó la atención sobre el caso.
Se
destaca el porcentaje de inflación de marzo que el INDEC dio a conocer ayer,
con 4,7 por ciento, con un acumulado anual de 11,8 por ciento. Algunos
analistas hablan de subas de 3,5 a cuatro puntos para el mes de abril.
El
mes pasado los alimentos subieron 6 puntos, mientras que los lácteos según el
organismo oficial la leche fresca entera en sachet por litro promedió 39,65
pesos, trepando 9,4%, la leche en polvo entera (800 gr., $241,91, 4,3%), el
queso cremoso por kilo ($266,90, 9,4%), queso pategrás ($440,23, 9,5%), queso
sardo ($462,62, 9,5%), manteca (200 gr., $77,88, 9,2%), yogur firme ($37,53,
1,8%); y el dulce de leche por 400 gramos, 64,74 pesos, aumentando 8,1 por
ciento.
Fenómeno
global
Con
la cotización de Fonterra este martes en alza para los lácteos, trepando sostenidamente
0,5 por ciento en general, pero con la segunda leve baja consecutiva para la
leche entera en polvo, que cayó 0,7 por ciento y quedó en 3.269 dólares.
En
estos meses en la región sur de Australia hubo inundaciones, además de la suba
de costos productivos en alimentación, energía y provisión de agua en las
explotaciones y se comienzan a registrar bajas en la producción que se reportan
en supermercados, tanto en productos básicos como en los de mayor valor
agregado, generando un precio más alto a los consumidores, como consecuencia
lógica. Se registra ya una baja productiva cercana al ocho por ciento y con una
salida del esquema productivo de muchos tambos que compensaban su trabajo con
la terminación de animales para carne, con lo cual algunos ya hablan de
“peligro para la seguridad alimentaria” en ese país.
Aunque
con mejores condiciones, pareciera que contamos situaciones con marca
registrada argentina.
En Wisconsin los problemas comenzaron en 2015 con el descenso de
valores y el año pasado terminaron de derrumbarse. En lo que va del año, en uno
de los estamos americanos más productivos cerraron 212 tambos y la proyección
estima en más de 800 los que pueden perderse. El temor en Estados Unidos es que
esta crisis productiva lleve a lo que estamos acostumbrados por acá, tambos
tomadores de precios sin poder negociar con industrias.
En
Europa también suben los precios al consumo, hay controversias por la baja en
los pagos a los productores, sobre todo en cooperativas. Sin embargo más
polémica trae por estos días la contratación de inmigrantes, legales y no, para
trabajar en tambos, fenómeno que no sólo se da en el viejo continente, sino que
empieza a extenderse hacia Asia.
Los
números concretos de la Unión Europea demuestran que en 2018 la producción
lechera creció 0,8 por ciento, con gran impulso en el inicio del período, pero
luego con un verano seco y caluroso se contrajo 0,5 puntos el final parcial. El
Reino Unido e Irlanda fueron los más progresivos, mientras que Francia,
Alemania y Holanda tuvieron márgenes negativos.
Tomando
los datos de Rabobank conocidos en últimos días, se entiende una menor oferta y
más demanda global. Estancamiento en el primer trimestre del año de los
principales exportadores, como Estados Unidos,
Europa, Nueva Zelandia, Australia,
Brasil, Argentina y Uruguay, demuestran márgenes negativos que tendrán un
horizonte complejo hasta 2020, por primera vez desde 2016.
Emma Higgins, analista del banco holandés,
afirmó “esto
realmente ayudará a respaldar la mejora del precio de los productos básicos que
hemos visto desde finales de 2018”.
China comenzó este año con una fuerte
actividad de importación y demuestran nuevamente altos stocks, que frenarían el
impulso, sin embargo con un complejo horizonte en los próximos 24 meses a nivel
mundial, “los fundamentos macroeconómicos no afectarán significativamente la
demanda de lácteos en los mercados clave”, concluyeron.
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