La Mesa de Competitividad Lechera retomó hoy su agenda, para iniciar tarde el año 2019. Los debates no dejaron más que incógnitas, otra vez. No se sabe cuándo será el próximo encuentro.
Por Elida Thiery (El Blog de Elida Thiery) - Ya bien comenzado el cuarto mes del año, esta tarde se dio el primer encuentro del año de la Mesa de Competitividad Lechera, en la sede de la Secretaría de Agroindustria.
Como para quien empieza el gimnasio en septiembre y pretende llegar al verano bien tonificado y musculoso, esta cita tardía tuvo el repetido resultado de la nada.
Lo único que llamó la atención, tal como lo habíamos adelantado, fue el proyecto del Progama Nacional de Leche a cargo del Ing. Miguel Taverna del INTA, basado en necesidades y prioridades de la producción primaria, que precisa financiamiento con el que actualmente no se cuenta. En el mismo sentido, Juan Linari, secretario de Lechería de Buenos Aires explicó los alcances de un idea para tratar efluentes en los tambos. La intención es correcta, porque la exigencia para generar más y mejores exportaciones está puesta en todo este tipo de acciones, abarcando a toda la cadena, pero el problema se ubica nuevamente en la financiación de este tipo de inversiones.
La reunión es definida por varios de los presentes como "aburrida" o "igual a las anteriores, sin novedades".
Lo más saliente
En los diversos debates se pudo saber por ejemplo que las cuestiones vinculadas a rebajar a la mitad el IVA a los lácteos, no se podrá dar de ninguna manera. Lo mismo sucederá con el esquema de retenciones a las exportaciones, de materias primas o productos, porque la secuencia recién culminará en 2020, siempre y cuando no acceda al Ejecutivo alguien con alguna otra idea sobre las alícuotas.
Al momento de hablar sobre la instauración de contratos entre producción e industria se decidió, al fin, dejar por un tiempo este tipo de cuestionamientos, teniendo en cuenta que hay muchas otras prioridades para definir. Una de ellas es sin duda la fijación de una fecha para que definitivamente el pago por calidad se unifique en todo el sector. Es tiempo de anteponer los componentes a las cantidades para avanzar hacia una lechería más delineada y donde también se priorice la legalidad en los pagos, fuera de la marginalidad que sigue vigente.
Una vez más se insistió con que el Banco Nación podría extender créditos a la producción, con la reaparición en el encuentro de Néstor Roulet, para terminar cayendo en la cuenta que con las tasas siderales y los ajustes disparatados por UVA, no es viable la alternativa, mucho menos en un sector que sigue a pérdida desde hace años.
No hay fecha para una nueva reunión, puede que ni producción, ni industria, ni gobiernos encuentren motivación en seguir debatiendo para no avanzar en nada.
¿Será por eso que los representantes de la provincia de Santa Fe se levantaron antes de la mesa para asistir a una reunión de pesca, incluso sin reclamar los 130 millones que la Nación aún les adeuda para ayudas a tamberos inundados en 2017?. Esto puede entrar en la lista de misterios del sector.
Autocrítica cero
Aunque le moleste al Director Nacional de Lechería, lo cierto es que estos años no han tenido cambios de consideración en el sector, porque como lo mencionamos, ni siquiera está generalizado el pago por componentes para la materia prima.
En el encuentro se presentó el Balance Lácteo, a partir de los datos que va arrojando mensualmente el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería. Los dos puntos clave están en la contracción de 1.500 millones de litros en la producción, entre 2015 y 2018, mientras que en el mismo período el consumo cayó mil millones de litros.
Sin sentir que se afectó al mercado y al consumo en estos meses con pagos exorbitantes de leche social, por encima de los seis mil dólares por tonelada, tampoco se hizo referencia al deterioro sectorial que los propios números oficiales demuestran.
Rostros de agobio durante la reunión de este lunes. Foto: FunPel. |
Como para quien empieza el gimnasio en septiembre y pretende llegar al verano bien tonificado y musculoso, esta cita tardía tuvo el repetido resultado de la nada.
Lo único que llamó la atención, tal como lo habíamos adelantado, fue el proyecto del Progama Nacional de Leche a cargo del Ing. Miguel Taverna del INTA, basado en necesidades y prioridades de la producción primaria, que precisa financiamiento con el que actualmente no se cuenta. En el mismo sentido, Juan Linari, secretario de Lechería de Buenos Aires explicó los alcances de un idea para tratar efluentes en los tambos. La intención es correcta, porque la exigencia para generar más y mejores exportaciones está puesta en todo este tipo de acciones, abarcando a toda la cadena, pero el problema se ubica nuevamente en la financiación de este tipo de inversiones.
La reunión es definida por varios de los presentes como "aburrida" o "igual a las anteriores, sin novedades".
Lo más saliente
En los diversos debates se pudo saber por ejemplo que las cuestiones vinculadas a rebajar a la mitad el IVA a los lácteos, no se podrá dar de ninguna manera. Lo mismo sucederá con el esquema de retenciones a las exportaciones, de materias primas o productos, porque la secuencia recién culminará en 2020, siempre y cuando no acceda al Ejecutivo alguien con alguna otra idea sobre las alícuotas.
Al momento de hablar sobre la instauración de contratos entre producción e industria se decidió, al fin, dejar por un tiempo este tipo de cuestionamientos, teniendo en cuenta que hay muchas otras prioridades para definir. Una de ellas es sin duda la fijación de una fecha para que definitivamente el pago por calidad se unifique en todo el sector. Es tiempo de anteponer los componentes a las cantidades para avanzar hacia una lechería más delineada y donde también se priorice la legalidad en los pagos, fuera de la marginalidad que sigue vigente.
Una vez más se insistió con que el Banco Nación podría extender créditos a la producción, con la reaparición en el encuentro de Néstor Roulet, para terminar cayendo en la cuenta que con las tasas siderales y los ajustes disparatados por UVA, no es viable la alternativa, mucho menos en un sector que sigue a pérdida desde hace años.
No hay fecha para una nueva reunión, puede que ni producción, ni industria, ni gobiernos encuentren motivación en seguir debatiendo para no avanzar en nada.
¿Será por eso que los representantes de la provincia de Santa Fe se levantaron antes de la mesa para asistir a una reunión de pesca, incluso sin reclamar los 130 millones que la Nación aún les adeuda para ayudas a tamberos inundados en 2017?. Esto puede entrar en la lista de misterios del sector.
Autocrítica cero
Aunque le moleste al Director Nacional de Lechería, lo cierto es que estos años no han tenido cambios de consideración en el sector, porque como lo mencionamos, ni siquiera está generalizado el pago por componentes para la materia prima.
En el encuentro se presentó el Balance Lácteo, a partir de los datos que va arrojando mensualmente el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería. Los dos puntos clave están en la contracción de 1.500 millones de litros en la producción, entre 2015 y 2018, mientras que en el mismo período el consumo cayó mil millones de litros.
Sin sentir que se afectó al mercado y al consumo en estos meses con pagos exorbitantes de leche social, por encima de los seis mil dólares por tonelada, tampoco se hizo referencia al deterioro sectorial que los propios números oficiales demuestran.
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