En los últimos años la caída en el consumo de leche en Estados Unidos ha
comenzado a preocupar a la industria, que intenta encontrar alternativas para
recuperar la caída del 40 por ciento, en comparación con las cifras más
optimistas tomadas en 1975.
Como una forma ínfima pero interesante de recuperar el consumo, en una
escuela secundaria de Dakota del Norte, un grupo de tamberos generó una
subvención de cinco mil dólares para pagar la instalación de una máquina de
café expreso, que permite obtener raciones con hasta 250 centímetros cúbicos de
leche, con lo cual se pueden superar los dos mil litros al año.
"Compramos mucha leche", dijo Lynelle Johnson a la agencia
Associated Press, directora del servicio de alimentos del Distrito de Escuelas
Públicas de Williston, en el camino por recuperar terreno y renovando la
campaña de las industrias que tenderá a instalar el concepto “innegablemente
leche”, frente a alternativas vegetales derivadas de soja, almendras o avena.
La intención es promover el consumo de bebidas calientes y frías, según la
época del año, pero respetando los cambios en los consejos nutricionales, entre
los que la grasa está muy mal vista, por lo que se populariza el secado de
leche entera y la producción de lácteos con mayor valor agregado.
La industria láctea culpa a las reglas que limitan el contenido de grasa de
la leche en las escuelas debido a que el consumo disminuye, argumentando que
generaciones de estudiantes están creciendo y no les gusta la leche debido al
sabor acuoso de la leche descremada, por lo que se contraponen las posturas.
En Florida, un grupo de productores lácteos dijo que pagó por las máquinas de café en 21 escuelas secundarias el año pasado. En el suroeste, otro
grupo otorgó subvenciones a siete escuelas para programas de café. No todas las
cafeterías de las escuelas secundarias obtienen subvenciones de los grupos de
productores, sin embargo los encargados de los comedores escolares advierten
que estas raciones de café con leche invitan a pasar más tiempo en la escuela
en instancias de intercambio y socialización, por lo tanto ya se promueven
ofertas con los almuerzos, para agregar un café extra.
Claro que ya hay advertencias sobre el consumo de cafeína en los jóvenes
que parten del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, donde no se
pueden exceder los 300 centímetros cúbicos de café con leche descremada al uno
por ciento, para no superar las 150 calorías por ingesta. En tanto, la Academia
Estadounidense de Pediatría desalienta el consumo de cafeína entre los niños,
citando efectos potencialmente dañinos en los cuerpos en desarrollo.
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